Me gustan las buenas historias. Las que te hacen ver más allá, soñar, reírte, pensar… y, cuando hallas alguna, hay que contarlo. Y lo contrario, hay que avisar cuando te venden la mediocridad como obra maestra. Sed bienvenidos, fremen
En 1939 Martin Goodman fundó Timely, que más tarde sería Atlas y, por fin, Marvel Cómics. Han pasado 85 años y, la que antes era una editorial y ahora es una de las multinacionales de entretenimiento más importantes del mundo, parte de Disney, ha querido echar una mirada a su recorrido haciendo una exposición espectacular.
Espectacular y con buen gusto y respeto. Porque los ingresos de los cómics a día de hoy son una parte ínfima de lo que generan los super héroes en cine, series o videojuegos.
Sin embargo no solo no lo minusvalora sino que todo está muy bien equilibrado.
Hacía muchos años que no iba a un salón del cómic con tantas ganas y las expectativas tan altas. Llevo asistiendo a la Expocómic de Madrid desde que se inauguró sin haber faltado ni un año aunque podéis ver reflejada mi opinión de las de 2014, 2015 y 2016 en el blog. Ya os adelanto que no eran nada positivas. Generalmente solo se salvaban las exposiciones.
Este año han tirado la casa por la ventana. Un plantel de autores excepcional y eso que finalmente se han caído cuatro de los previstos con nombres del peso de J.G. Jones, Greg Rucka o Bruce Timm pero es que los asistentes son de auténtico órdago. Para empezar Frank Miller que ya hubiera justificado asistir, pero es que también está ese genio que se Bill Sienkiewicz y luego una colección de dibujantes y guionistas de primerísimo orden como Kevin Maguire (JLA), Arthur Adams (Las Guerras Asgardianas, Longshot), Brian Azzarello (100 Balas,) Paul Gulacy (Shang-Chi, Catwoman) Phil Jiménes (JLA Vs. Nuevos Titanes) Paul Levitz (Legión de Superhéroes) Fabian Nicieza (Deadpool, X-Force) Chelsea Cain y Kate Niemczyk (Päjaro Burlón) entre bastantes más. Pero, además, Jenna Coleman, la inolvidable companion del Doctor Who, la «chica imposible» Clara Oswin Oswald, y Lena Headey, Cersey Lannister de Juego de Tronos.
A lo mejor hay que estar un poco tocado para coger un día de vacaciones en la empresa para poder ir a una feria de videojuegos. Puede ser. Pero para mí ha merecido la pena.