Impresionante “tocho” de tamaño álbum que incluye toda la obra de Moebius en Métal Hurlant de 1972 hasta 1994, incluso algunas no publicadas ahí, sino que son anteriores, aparecidas en L’Écho des savanes o Pilote.
Lo fácil sería decir que es una maravilla y no mentiría porque lo es. Pero hay matices.
Jean Giraud era un grandísimo dibujante. Su Teniente Blueberry con los magníficos guiones de Jean Michel Charlier es, sin duda, el mejor western de la historia.
La Obra Hermética no tiene nada que ver.
El dibujo es sensacional, en eso no cambia, pero es mucho más libre y experimental, está al servicio de las ideas del autor. Hay algunas historias que recuerdan a Robert Crumb mientras que otras son algunas de las ilustraciones más bellas nunca vistas. En medio de esto se ve una evolución al tiempo que una experimentación. Evolución en la integración del puntillismo y el rayado y experimentación con otro tipo de ideas y técnicas.
Sin embargo, cuando digo que su obra es más libre y experimental, esto significa que no hay una lógica como tal. En muchas de las historias hay un hilo que puede perderse, olvidarse o cambiar, el tiempo y el espacio en algunos casos no son lineales, el aspecto del protagonista de la historia tampoco.
Muchas de estas historias siguen la lógica de la escritura automática, en este caso del dibujo automático, no tienen un guion férreo sino que, por el contrario, cambian según las ideas se van transformando de una página a otra.
Dicho esto, ciertas corrientes del surrealismo tenían una lógica interna y esto sí se aplica aquí.
Creo que la experiencia óptima para disfrutar plenamente este integral es dejarse llevar en una primera lectura y buscar esa lógica, esos signos que indican por dónde va la historia, en una segunda lectura.
No todas son así, hay historias como la maravillosa The Long Tomorrow con guion de Dan O’Bannon (Alien, Aliens) que quizá sea la más clásica y que probablemente sirvió de inspiración a El quinto Elemento y al Incal. Otra es muy dura y realista. Pesadilla Blanca, una visión del racismo descarnada.
La mayoría en cambio sí que son historias de ciencia ficción muy rompedoras, como todas las del Mayor Gruber como EL Garaje Hermético, Mayor Fatal o el hombre del Ciguri.
O Arzach, que mezcla fantasía heroica y ciencia ficción con un dibujo impresionante.
Una anécdota de El Garaje Hermético de Jerry Cornelius. Este Jerry Cornelius, el antagonista del Mayor, no es creación de Moebius sino de Michael Moorcock, el genial creador de Elric de Melniboné, Corum o Dorian Hawkmoon, entre muchos otros. Es otro aspecto de El Campeón Eterno.
Es cierto que muchas de las historias no se terminan de entender a la primera pero sin duda son fascinantes, no solo por los mundos y personajes dibujados sino también por lo que crean en la mente del lector.
Las sensaciones de no tener el control de la historia, de no saber qué esperar y de no estar seguro de lo que te han contado, son un tanto inquietantes y desconcertantes, pero compensan con el descubrimiento de ideas y formas distintas de contar historias.
También reconozco que más de una vez pensé que le hubiera venido muy bien un guionista. Solo hay que ver cómo funcionó con Charlier o Jodorowsky (La casta de los metabarones), pero también pienso que, entonces, no tendríamos esto, las historias salidas de su imaginación y contadas a su manera.
No son mejores, pero tampoco son peores, son distintas.
En cuanto al formato, la edición de Reservoir Books es fantástica pero incómoda como ella sola.
En Cartoné, mide 29×22 cm y son 480 páginas. Es perfecto para la estantería al lado de El Incal y de la colección de Blueberry, pero pesa 2 Kg y 100 gramos. Incomodísimo de leer.
Como extras, están las portadas de los álbumes incluidos pero, sobre todo, un extraordinario artículo de 10 páginas a doble columna escrito por Calude Ecken (escritor y crítico literario) en que se dan las claves de las historias incluidas y de la evolución de Moebius. Realmente, extraordinario y de lo más útil e interesante.
El precio es extraordinariamente elevado, 69 € así que hay que pensarlo. Sin embargo, lo recomiendo a los fans de la ciencia ficción, el surrealismo y Moebius. No creo que leáis nada igual