Nominadas al Oscar a mejor película 2025 (III) La sustancia

Seguramente sea la más polémica de las películas que están nominadas y tiene sentido. Es difícil quedarse indiferente.

La película sigue a Elisabeth Sparkle, una ex estrella de Hollywood que, al borde de los 50 años, se enfrenta al declive de su carrera debido a su edad. Tiene un programa de fitness pero es despedida.
Desesperada por recuperar su juventud y relevancia, Elisabeth recurre a «La sustancia», un producto revolucionario que promete crear una versión más joven y perfecta de sí misma.
Sin embargo, el proceso tiene efectos secundarios inesperados y aterradores, lo que lleva a una lucha por el control y la identidad.

Antes que nada, aquí está la lista de

Nominadas a Mejor película

Tengo sentimientos encontrados respecto a la película. Tengo que decir que no me ha gustado demasiado. Sin embargo le reconozco bastantes méritos.

El primero de ellos es el casting.

Nadie. En todo el mundo. No se me ocurre a nadie que fuera más perfecta que Demi Moore.

Aunque empezó a principios de los ochenta, se convirtió en sex symbol y mega estrella en los 90, llegando a ser la actriz mejor pagada de Hollywood con taquillazos como Ghost, Una proposición indecente, Algunos hombres buenos o Acoso entre otras.

En los años 2000 también salió en alguna película con cierto éxito como Los Ángeles de Charlie y seguía siendo impresionantemente guapa.

El caso es que siempre ha sido una actriz de la que decir que había pactado con el diablo porque conservaba su belleza a través de las décadas, por lo que encajaba muy bien en el papel y la importancia de la belleza y de mantenerla es algo por lo que había pasado.

Aún así, el papel me recuerda más a Jane Fonda, otra actriz que ganó el óscar, se hizo de oro con el fitness y, a partir de ahí ya sí se separa de la película, ha seguido su carrera con buenos aunque pequeño papeles en cine o en televisión. Ella aceptó bien el paso del tiempo y supo adaptarse.

En este caso, Elisabeth Spark, la protagonista, no y se aferra a la sustancia como la forma de volver a recuperar el programa y ser joven y bella.

Es un impulso, una reacción poco meditada.

La sustancia crea una mejor versión de quién lo toma, pero literalmente. Sale otra persona de la persona original y siete días está despierta una y los siguientes siete la otra.

Pero ambas son la misma.

Esto al principio funciona bien y Sue (Margaret Qualley, Érase una vez en…Hollywood) arrasa como nunca.

A partir de aquí la película es una serie de decisiones autodestructivas porque, en realidad son una, aunque alternen el tiempo despiertas y cualquier decisión afecta a las dos, aunque de forma asimétrica.

Se necesitan la una a la otra. Si Sue está más tiempo del previsto, afecta al cuerpo de Elisabeth.

La primera parte todo es bastante bonito, tipo Flash Dance, glamuroso y una exhibición de la belleza de ambas.

Aunque ya te preguntas qué gana en realidad Elisabeth porque sí, ha perdido el trabajo pero, cuando ella está tirada mientras Sue disfruta de la vida, no tiene relevancia, nadie sabe que es parte de ella, no tiene sus recuerdos ni sus vivencias y, lo peor, puede ser dañada si Sue decide quedarse más tiempo despierta.

En cuanto Sue empieza a disfrutar de su éxito infinito y eso lleva a que comience a abusar de la situación.

Cuando esto pasa la primera vez, Elisabeth no hace nada y te preguntas el porqué.

Cuando pasa la segunda, y de forma extrema, tiene oportunidad de pararlo y no lo hace, llevando al desenlace que parece escapada de Reanimator.

Es evidente que a Elisabeth, quien ha sido siempre admirada por su imagen, quiere, e incluso necesita seguir siéndolo.

Es lo que más le importa.

Eso la llevó a la rabieta que la hace decidirse por probar la sustancia.

Es más, cuando ve que no tiene ninguna ventaja, que incluso Sue se burla de ella en televisión, que sigue sin tener relevancia, no puede acabar con ella porque se ve reflejada en ella. Es la fama por delegación, un reflejo de la fama que le saldrá muy caro.

Sue, para ser la parte mejor de Elsiabeth es un persona enormemente egoísta que solo piensa en sí misma.

No en ellas como una sola sino solo en sí misma.

Tiene un recordatorio de su dependencia de la matriz cuando, después de exprimirla hasta el extremo, Elisabeth ya no produce fluido estabilizador. Ahí está a punto de morir y le recuerdan que tiene que cambiar para que vuelva a estar despierta y se se regenere el fluido.

Sin embargo, volverá a olvidarlo y esto llevará a un enfrentamiento con Elisabeth que será definitivo para todos.

Al final, la ambición, el ponerse por delante de los demás, la necesidad de ser relevante, de ser famosa, de destacar hará que actúen de forma evidentemente equivocada con consecuencias cada vez más graves que no les hacen aprender porque todo merece la pena por esa relevancia, ese éxito.

La última fase de la película ya es un sinsentido , una exageración gore y bufa con un final que cierra el círculo de forma ridícula. Los finales siempre son difíciles pero este es muy malo, aunque es un buen homenaje a la Troma.

También hay una crítica a la televisión, a sus ejecutivos, a cómo crean y devoran a las estrellas y no les importan nada, aunque es una crítica muy de trazo grueso, casi caricaturesco y Dennis Quaid hace lo que puede pero es tan histriónico el papel, incluso rodado con ojo de pez, que queda exageradísimo.

En cuanto a la sustancia en sí, es el Mcguffin de la película. No se sabe quién hace la sustancia ni porqué. No cobran por ello. Solo importa como desencadenante de la trama.

La película se me hizo difícil de ver, es muy desagradable visualmente. Por otro lado, es gracias a la interpretación de las actrices resulta creíble que tomen esas decisiones.

Decisiones que para cualquiera serían obvias.

¿Hay una sustancia que va a sacar la mejor versión de ti pero, a cambio, tú no vas a disfrutar de nada de eso y encima vas a perder la mitad del tiempo que te quede de vida porque tendrás que dormir para que la otra parte viva? ¿Quién elegiría eso?

Solo alguien muy especial para quién la fama sea su vida y se encuentre en una posición de desesperación, como Demi Moore transmite muy bien. No tiene hijos ni a nadie, se ha consagrado a mantener su fama toda la vida.

Si no fuera por esas interpretaciones, la historia se caería porque se rompería la suspensión de la incredulidad.

Una película interesante y valiente, pero está muy lejos de ser redonda y tiene una tercera parte, el desenlace, que me ha parecido lo más flojo, bastante innecesario.

No cuenta nada que no hubiera contado ya y simplemente lo lleva al nivel de una película gore por la satisfacción de pintarlo todo de rojo.

Desde luego, es la que menos me ha gustado por el momento.

Saludos fremen.

2 comentarios en «Nominadas al Oscar a mejor película 2025 (III) La sustancia»

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