Batman Año Uno y Año Dos – DC Finest

Según cuenta este enorme recopilatorio, esta colección da contexto a épocas emblemáticas de personajes de DC.
Seguramente con otras épocas o personajes sea más útil pero aquí, por las características intrínsecas de las obras, no cumple esa función.
El recopilatorio recoge un año completo de Batman, del 401 al 412, otro año completo de Detective Comics, del 568 al 579 y el Anual 11 de Batman.

Vaya por delante que ya es mala baba no incluir el increíble Batman 400 y empezar justo por el siguiente. Sienkiewcz, Bolland, Arthur Adams, John Byrne, Steve Lightle, George Pérez y más autores de legendarios hacían un gran homenaje a Batman.
El caso es que no, empieza en el siguiente número.
La joya es, sin duda y con mucha distancia, Batman Año Uno, que se publicó en los números 404 a 408 de la colección de Batman.

Cuenta el inicio de Batman y de James Gordon en Gotham. Es una obra maravillosamente bien contada con un guion potentísimo de Frank Miller y unos dibujos de David Mazzucchelli simplemente perfectos. Es un cómic que sigue siendo tan bueno ahora como cuando salió en 1986 y que merece todo tipo de homenajes, incluido este.
Lo que sucede con este es que está un poco desnortado y me explico. Aunque Año Uno es parte de la colección, es el comienzo de Batman, no tiene nada que ver con lo que está sucediendo en la colección que guioniza Max Alla Collins (creador de Ms. Tree) y una variedad de dibujantes como Denys Cowan, Dave Cockrum, Trevor Von Eeden o Jim Starlin. Rompe con todo lo que se puede leer en la colección a la que, por otra parte, tampoco ayuda ese baile de dibujantes. Leer esos números es interesante como cómics de Batman y tiene buenas historias pero no aporta nada a Año Uno.

En Detective Comics se publicó del 575 al 578 Batman Año Dos. Aquí nos encontramos con el mismo problema y es que sucede en los comienzos de Batman, nada que ver con lo que contaba la colección. Al menos en el primer número cuenta con los mismos autores Mike W. Barr y el gran Alan Davis pero desgraciadamente deja la historia en el segundo número, siendo sustituido por un Todd McFarlanne en plena evolución que en tres números pasa de un dibujante normalito a cambiar su estilo al de la estrella de los 90.
Año Dos está muy lejos de Año Uno por todo. Si el primero se volvió icónico con la entrada del murciélago, el cambio en Selina Kyle, la forma de representar el asesinato de los padres de Bruce Wayne y mil cosas más, aquí todo es poco más que anecdótico.
La historia es una más de Batman, y en una retro continuidad para la ocasión se cuenta como hace u par de décadas Gotham tenía otro justiciero, el Segador. En paralelo aparece Rachel Caspian, una joven que va a toar los votos pero que conoce a Bruce Wayne a través de Leslie Hopkins, se enamoran y deciden casarse.
El Segador vuelve a la ciudad y juzga culpables a prácticamente todo el mundo. En una pirueta del guionista, Batman decide, por un lado que necesita la pistola para acabar con él, y por otro lado, aliarse con la Mafia, lo que hace que tenga que colaborar con Joe Chill, el asesino de sus padres.
El final de la historia hace que Rachel Caspian decida que no puede casarse y que tiene que tomar los votos.
La historia es entretenida, pero con el paso del tiempo no ha dejado huella. Un especial posterior con el Segador (Batman Full Circle) y ya. El amor de la vida de Bruce duró cuatro meses y no se han vuelto a acordar de ella.

Más interesante es la estupenda etapa de Barr y Davis en Detective con Jason Todd como Robin antes de que lo pillaran Jim Starlin y Jim Aparo. Historias muy interesantes y entretenidas de leer, que no afectan en nada al Año Dos ni este a las historias de la serie regular. Además aparecen las primeras historias de otro gran dibujante, Norman Breyfogle, aunque explotaría plenamente cuando llegaran a la colección dos guionistas británicos que lo habían hecho muy bien en Juez Dredd, Alan Grant y John Wagner.
Todavía queda un Anual por comentar que no tiene nada que ver con nada pero está muy bien. La historia del pájaro enamorado de Max Allan Collins dibujada por Breyfogle, cuenta el intento de redención por amor del Pingüino.
La otra historia de amor es de Clayface con una maniquí de unos grandes almacenes. Está escrita por el talento inconmensurable de Alan Moore y dibujada por George Freeman y es una visión de la locura de Clayface como no se ha visto nunca.

En conclusión, ¿merece la pena este recopilatorio de 25 números?
Creo que sí.
En su contra, que realmente no da un contexto directo, no aporta nada a los dos cómics que dan título al recopilatorio. Leerlos en una edición que solo los incluya o leerlos en esta edición no cambiaría la visión sobre ellos.
La edición tiene algunos peros. No es una edición premium al uso porque no lleva apenas extras. Una introducción de Sergio García, cada cómic empieza con su portada y ya estaría todo. Además, las tapas son en rústica y las 640 páginas del cómic no están cosidas sino pegadas. Una edición con pocos visos de superar los años y con un precio de 49 euros.
A favor, que es una buena panorámica de Batman en 1986 y 1987, que son buenos cómics con algunos autores muy buenos además de incluir una obra maestra absoluta como es Año Uno y otro cómic interesante como es Año Dos.
También que tienen una forma de narrar que se perdería pocos años después. Cada cómic cuenta una historia completa. La narrativa tiene más importancia que las imágenes impactantes. En los 90, uno de los autores que aparece en Año Dos, McFarlanne, con Jim Lee, Mark Silvestri, Whilce Portaccio cambiarían la forma de contar buscando llenar los cómics de enormes imágenes impactantes. Los cómics empezarían a contar mucho menos porque las grandes imágenes se comerían parte de la historia y estas se extenderían por varios cómics cuando hasta entonces se contaba en una sola. Tuvo mucho éxito esta forma de contar volviéndose más cinematográfica pero también con la desventaja de que para leer la historia entera había que leer el recopilatorio.
No voy a entrar en profundidades, solo dejo esta pincelada para decir que en ese momento era el equilibrio perfecto entre la imagen y la palabra que se perdería en los años posteriores y eso es interesante de ver.
El precio de 49 euros no es un precio demasiado asequible, pero si se mira por cómic, sale a dos euros el cómic y son buenos cómics, además en formato americano, en el que se publicaron.
Después de leerlo y disfrutarlo no he visto ningún problema con las páginas, ninguna amenaza con desprenderse ni nada, pero sí que se ha abollado ligeramente el borde la portada, no sé como porque ni se ha caído ni nada.
En definitiva, un cómic interesante pero no perfecto y cada uno tendrá que ponderar si le merece la pena o no. A mí me ha gustado.
Saludos fremen.