Me ha sorprendido este manga desde la forma de contar la historia hasta lo que cuenta. Llegó a mí como regalo de mi prima por el cumpleaños pero tardé en ponerme con él. Parecía distinto e interesante, lo que no sabía es la rabia que iba a sentir al leerlo.
Cuenta la historia de Lee Ok-Sun, una mujer coreana que fue esclava sexual para los japoneses durante la segunda guerra mundial. La autora estuvo entrevistándola en diversas ocasiones y plasmó en viñetas una vida terrible y crudelísima.
De una pobreza extrema en su infancia, toda su aspiración era ir al colegio pero no podían ni reunir lo suficiente para comer y pronto la dieron en adopción descubriéndose que realmente la querían como sirvienta para todo. De ahí a ser raptada y esclavizada o terminar en dos matrimonios muy infelices, su vida es una muestra de resiliencia ante un catálogo de adversidades que en una serie de ficción se nos antojarían exageradísimas para una sola persona.
Sin embargo, aquí el contexto pesa mucho. Corea era un país de inmensos contrastes, con una gran parte de la población en la pobreza y sometida al dominio japonés.
La crueldad del Japón de Hiro Ito impresiona mucho y hace recordar que todos los países tienen un pasado de crueldad, asesinatos, invasiones y abusos, que los humanos somos capaces de cosas increíbles y maravillosas, pero que también podemos llegar a límites inimaginables en cuanto a crueldad.
Es en ese caldo de cultivo en el que conseguir comer una vez al día era un logro que no se daba siempre, se desarrolla la historia pero sin tremendismo, sin imágenes impactantes, sin recrearse en las escenas de abusos.
De hecho, la autora cuenta en palabras de Lee Ok-Sun la historia con naturalidad y utiliza con habilidad la elipsis consiguiendo un impacto aún mayor cuando deja a la imaginación del lector lo que sucede en ciertos momentos.
Si me ha sorprendido la crueldad de la historia, también la forma de contarla, que recuerda a la técnica japonesa Sumi-e, dibujo a tinta negra que con trazos simples capte la esencia de la naturaleza o la persona.
El dibujo utiliza esta tinta negra para plasmar la historia pero, en lugar de la elegancia de estos trazos nos encontramos con dibujos más oscuros e incluso feístas, transmitiendo, eso sí, la esencia de los personajes y las situaciones, solo que terribles en lugar de bellos.
De hecho, al principio no me convencía mucho el dibujo y, sin embargo, conforme avanzaba en la historia, no podía imaginarla con otro tipo de dibujo.
En cuanto a la narración, mi primera sorpresa es que se lee al modo occidental, de izquierda a derecha. Ya me había encontrado otro manga de este estilo, Record of Lodoss War La dama de Faris, pero ningún otro, a excepción de los primeros mangas que se publicaron al estilo occidental pero que originalmente eran al estilo de lectura oriental.
Es un muy buen manga que lleva a la reflexión a través del sentimiento. Concretamente un sentimiento de rabia, de preguntarte cómo se puede hacer algo así y reflexionar sobre la humanidad, nuestra esencia, la capacidad de resistir y la de cerrar los ojos y negar lo que se ha hecho.
Mención especial para la “liberación” de Corea por parte de los soviéticos, que en poco tiempo superaron en crueldad a los japoneses.
Un cómic necesario que cuenta una historia personal que trasciende esa experiencia.
Lo publica Reservoir Books y son unas 460 páginas.
Saludos fremen




