
Comenzamos la sección de este año cuando estamos ya en el quinto mes. ¿Por qué? Por Brandon Sanderson. Su inmensa última novela me ha llevado cuatro meses leerla. Mientras tanto, muchos cómics, juegos, películas y series, pero libros no.
Comenzamos, por tanto, con Viento y Verdad
La última novela del Cosmere cierra el primer ciclo del Archivo de las Tormentas. Es una novela muy ambiciosa cuya historia transcurre en Roshar pero con vistas a expandirse por todo el Cosmere.
En la anterior novela, El ritmo de la guerra, habíamos dejado el destino del planeta al resultado del duelo entre Dalinar y Odium.
Continúa la historia a partir de aquí con tremendas complicaciones para llegar a ello. Para empezar descubriremos que Odium no es el mismo sino que un antiguo amigo y enemigo es el que ha ascendido a ser este dios. El villano es uno de los personajes más interesantes, especialmente su evolución desde ser un personaje secundario aunque con rasgos muy interesantes como su inteligencia y sus principios hasta llegar a ese nivel de poder y el increíble arte de la autojustificación que maneja.
La novela avanza día a día hasta superar los diez que quedan para el enfrentamiento.
En este tiempo, Seth, el asesino de reyes, regresa a su tierra natal, Shinovar, para purgarla de la influencia de los Deshechos. Será acompañado por Kaladin porque Dalinar le dice que lo acompañe, que su nueva posición en el mundo, que se vio en la anterior novela, hace que sea más útil que otro guerrero.
Otro personaje increíble es Kaladin. Ha pasado de esclavo a líder del Puente Cuatro, a Corredor del Viento y el mejor luchador con lanza que se haya visto pero esto cambia y pasa a guerrero con estrés postraumático y de ahí a seguir la senda de su padre médico pero, en lugar de curar el cuerpo, curar el alma o más bien, los problemas de salud mental.
Sanderson con mucha habilidad ha conseguido meter la psicología en la fantasía. Llevo décadas, literalmente, leyendo novelas de fantasía y es la primera vez que veo algo así y que, además, funcione tan bien.
Además, es muy interesante que lo empareje con Seth que es el personaje más roto de todos. Un esclavo que debía obediencia al poseedor de una piedra y mataba según se lo ordenasen con una habilidad sin par.
Juntemos a algunos de los Heraldos, que son los elegidos por Honor para defender Roshar, pero afectados por los miles de años luchando, en Shinovar y tendremos una parte de la historia muy interesante pues no solo conoceremos el pasado de Seth sino también los planes de Ishar el heraldo para Seth.
El cambio de personaje que lleva el manto de Odium también conlleva el cambio de estrategia y, a pesar del acuerdo para el duelo, intentará conquistar el máximo de territorio antes de que este se dé para asegurar un buen resultado gane o pierda.
Esto provoca que se hayan de defender los reinos de los aliados.
Así Adolin lucha en Azimir, aislados sin puertas juradas por las que poder escapar contra un enorme ejército. La relación entre Adolin y el emperador azishiano es muy fresca y estimulante. Un emperador que es tratado como una deidad y que apenas puede hablar nadie con él con un príncipe de Alezkar que es un gran general caracterizado por el contacto cercano y abierto con sus tropas. De esto sale algo bastante interesante.
Sigzil y Venli enfrentan un enorme ataque en las Llanuras Quebradas.
De hecho, una de las cosas más interesantes del libro es que los resultados de los distintos enfrentamientos no se ganan o se pierden y ya está sino que el resultado es sorprendente y en muchos casos queda lejos del esperado por ambos bandos. El sacrificio para lograr los objetivos o lo más parecido a los objetivos sucede a menudo. Perder algo para ganar algo.
Otro buen ejemplo de esto que digo es Jasnah cuando se enfrenta directamente a Odium por Ciudad Thaylen.
Si frenar los intentos de conquista de Odium es importante, derrotarlo en el duelo también los es.
Así, otra parte de la novela es la búsqueda de una forma de acabar con Odium.
Dalinar y Navani buscan una ventaja en el Reino Espiritual, llegando allí con Gavinor. Aquí se encontrarán con recuerdos de distintos momentos de la historia de Roshar que les permitirán entender mejor qué ha sucedido en todos estos miles de años. El viaje es una búsqueda del poder de Honor para poder enfrentarse a Odium, pero cuando también se convierte en el recuerdo de su propia historia.
Es una pena que un personaje tan fascinante como Navani tenga un periplo mucho más reducido, casi residual, comparado con El ritmo de la guerra.
Por su parte, Shallan, Renarin y Rlain también terminan en el Reino espiritual e investigan el misterio de Ba-Ado-Mishram y su papel en la esclavización de los cantores.
Shallan continúa buscando manejar su personalidad múltiple mientras lucha para acabar con Mraize, su antiguo mentor y líder de los Sangre Espectral, una organización secreta de espías y asesinos.
Renarin y Rlain, príncipe y el cantor que se unió al Puente cuatro, dan lugar a la primera relación entre especies, algo muy sorprendente en el autor que pasa de puntillas por las relaciones románticas.
Todo desemboca en ese duelo que finaliza de forma muy inesperada encontrándonos de nuevo con el sacrificio, de nuevo con un final que no es ni lo que esperaba un bando no lo que deseaba el otro bando.
Las consecuencias de este final se exploran brevemente, más cerca de preparar el nuevo ciclo de libros que de terminar la historia. Es un final pero no es el final sino que queda mucho por contar.
La novela me ha gustado mucho y me ha parecido un cierre de la historia muy poderoso y sorprendente volviendo al nivel de sus mejores libros. Sin embargo, no puedo evitar pensar que el autor cobra por página escrita porque la historia se podría contar con mil páginas menos. Tiene 2600 en e-book.
Por otro lado, la prosa fluida y ágil junto con personajes y situaciones interesantes hace que esas páginas de más no sean molestas e incluso permitan ahondar más en la historia de cada uno.
En definitiva una magnífica novela que necesita urgentemente, como todas desde la segunda de El archivo de las tormentas, de un resumen de situación y un Dramatis Personae que recuerde quién es quién, así como un glosario de términos y conceptos.
Es un poco pesado que, cada vez que sale una novela de esta saga, haya que mirar en la anterior para saber quién es algún personaje o qué hizo en otra de las novelas anteriores. Sobre todo si, como yo, lees por la noche. Dentro de lo que cabe, es un poco más llevadero porque, al leer en e-Reader, pasar de una novela a otra es relativamente fácil, como hacer búsquedas dentro de las otras novelas.
Aun así, se hace pesado y no quiero pensar lo que costará en papel pasar de una novela a otra cuando hablamos de tomos muy grandes y pesados.
En cuanto a la edición, está muy bien, las ilustraciones son estupendas, con ilustraciones pintadas y otras en blanco y negro. En esto estoy muy contento con mi Kobo Clara Colour porque puedo disfrutar de esas ilustraciones a todo color.
En definitiva un buen colofón a esta primera pentalogía. Eso sí, quienes no hayan leído las novelas anteriores, abstenerse. Es la quinta parte de una historia inmensa con más de cien personajes. Mucho mejor empezar desde el principio con El camino de los reyes y, si gusta, seguir con los restantes.




