Este es uno de los juegos más desconcertantes que he jugado. También de los más interesantes.
Aviso, es difícil hablar de este juego sin spoilers, aunque sean ligeros.
El narrador del juego es David Wreden (The Stanley Parable) quien te empieza a hablar de un desarrollador llamado Coda. De este desarrollador nos cuenta que hacía juegos hasta que se cansaba de ellos y los dejaba, normalmente a medias.
Nos irá mostrando los juegos, a los que podemos jugar, mientras nos va hablando de su relación con Coda o sus opiniones sobre estos juegos, algunos de ellos no muy jugables y hackeados por él para que podamos continuar.
La historia comienza en 2008 con el primer juego y dura hasta 2011. En el transcurso de ese tiempo jugamos a 17 juegos, la mayoría de exploración, mientras nos va dando su interpretación de los juegos y de porqué funcionan como funcionan o porqué hace cada vez más cárceles, relacionándolo con una depresión creciente del desarrollador.
Sin embargo, conforme avanzamos, empezamos a ver una mayor intervención del propio David Wreden siendo un punto de inflexión el momento en que explica porqué comparte el juego con la gente buscando reconocimiento para Coda y que eso le haga salir de la depresión.
Hasta el último juego en el que hay un giro que nos da otra perspectiva radicalmente distinta a lo visto antes.
Lo cambia todo porque se amplía enormemente el abanico de posibilidades. Empiezas a pensar si esto habla de Coda, si podemos conocer a una persona por su trabajo que, al final, solo es una faceta de su vida, si el narrador actúa motivado por ayudar o por su autosatisfacción, si es lícito meterse en la vida de otra persona, modificar sus juegos e incluso mostrarlos sin pedir permiso, entre otras muchas.
El apartado técnico no tiene la menor importancia salvo que está muy bien y hace que estos juegos sean atractivos visualmente y den ganas de probarlos.
Lo único es que la jugabilidad es una mera excusa, un pretexto narrativo. También digo que agradezco que sea Coda el que hace los juegos y no Hidetaka Miyazaki, pero lo mismo un término medio para que los juegos tuvieran un cierto interés jugable y no solo una forma de intentar comprender a Coda, tampoco hubiera estado mal.
Independientemente de eso, los juegos tienen un tenue hilo que los conecta entre sí. El narrador los presenta como una evolución hacia el aislamiento y al depresión pero hay más interpretaciones que quedan abiertas.
La música acompaña muy bien, es atmosférica la mayor parte del tiempo pero se vuelve más estresante en los momentos finales.
El juego es corto, no llega a las dos horas, lo que está muy bien para poder mantener el interés al máximo a pesar de que los juegos no sean demasiado interesantes por sí mismos.
Por cierto, cada juego es seleccionable una vez superado para jugarlo sin el narrador y explorarlo como se quiera.
Un juego que fuerza muchos límites como el de qué es un juego, o cómo contar una historia. Muy interesante y baratito. Me ha gustado mucho más que The Stanley Parable. Está en Steam.





