El fallecimiento de Sir Clive Sinclair me ha hecho recordar la época de los ordenadores de 8 bits.
Los años y lo vertiginoso de las novedades en el mundo de los videojuegos hacen que sea muy fácil que titanes de una importancia fundamental en el sector se ven relegados por los que les siguen., Sin embargo, la importancia que tuvo para el videojuego es comparable a la que años después tendría Nintendo.
Por situarnos rápidamente, en el año 83 a nivel mundial se dio la crisis de los videojuegos. A grandes rasgos, esta se dio por una proliferación exagerada de juegos para las consolas del momento como la Atari 2660, la Magnavox Odyssey o la Colecovision entre otras, que coincidió con una enorme bajada de calidad. Esto hizo que muchos de los juegos no se vendieran cuando salieron y los dueños de las tiendas bajaran los precios y los saldaran. Cuando salían novedades se vendían poco entre ese maremágnum que estaba más barato, y se tenían que bajar los precios. El resultado fue una espiral que llevó a la la pérdida de interés de los consumidores y a la quiebra de multitud de compañías.
Es famoso el caso de ET por ser el videojuego que fue enterrado en el desierto ante las masivas devoluciones del mismo por ser un absoluto desastre. Se convirtió en buena medida en el representante del fracaso y final de los videojuegos en América.
Esto es historia de los videojuegos y es lo que vemos en casi todos los documentales y libros sobre historia de los videojuegos. Sin embargo, es una parte de la historia y muy distinta a como yo la viví en España. De hecho, es muy distinta a como sucedió en Europa.
En el año 82 en Europa las cosas eran muy distintas. Aquí no se apostaba por consolas sino por microordenadores concretamente por el ZX Spectrum de 48 k. Clive Sinclair lanzó este modelo en el año 82 y lo cambió todo para Europa.
Era un ordenador pequeño apenas del tamaño de un router pero más fino, con teclado de goma y sus características técnicas no eran muy impresionantes. Por ejemplo, apenas tenía ocho colores con dos niveles de brillo. Sin embargo su bajo precio y las ganas y el talento de una enorme cantidad de compañías lo hicieron venderse de tal manera que supuso el comienzo de la era dorada del software de videojuegos en Europa y también en España.
No fue el único. Otras compañías como Amstrad con su CP 464, Commodore 64 o los MSX con compañías como Philips, Samsung, Goldstar/LG, Panasonic, Toshiba o Sony entre otras, se lanzaron a producir microordenadores en esos años.
En el colegio era el ZX Spectrum, era muy inferior técnicamente y yo, con mi flamante Hit-Bit de Sony jugaba a juegos como el Nemesis/Gradius con una calidad que era envidiada pero la gran mayoría de los juegos estaban realizados para el Spectrum y, además, salían en las otras plataformas. La guerra de cuál era mejor ya existía entonces aunque se resolvía yendo a jugar a casa de unos u otros.
En los primeros momentos de la generación los juegos venían con cassettes. La carga era bastante larga con un sonido chirriante que recordaba a un módem y fallaba a menudo en buena parte porque cada uno utilizaba un reproductor de cassette distinto, no venía integrado en el equipo. Aquí hay que mencionar que los MSX sí contaban con un puerto para cartuchos (algunos incluso dos para poder ponerles una expansión de memoria) y que el primer modelo no, pero el Amstrad CPC 6128 ya incluía una disquetera.
Hay que entender que en aquella época los PCs era algo muy caro y muy lejano. Además, no estaban preparados para reproducir gráficos de una manera lo bastante eficaz como para jugar bien a videojuegos, estaban completamente enfocados al ámbito profesional.
La importancia de Clive Sinclair por supuesto fue originar este movimiento y liderarlo hasta el final pues aunque todos los demás modelos tuvieron éxito, este no era comparable ni de lejos con los ZX spectrum. De hecho, tuvo 23.000 títulos de todas las grandes, de Konami a Ultimate pasando por, US Gold, Activision u Ocean y en España Dinamic, Opera Soft, Zigurat o made in spain en la llamada edad de oro del software español.
En esos microordenadores se dieron juegos que luego se convertirían en leyenda y concretamente en el Spectrum salieron prácticamente todos los importantes, desde maravillas dificilísimas como Jet Set Willy, Match Day II, Castlevania, Metal Gear, R-Type, Batman, Knight Lore, Saboteur, Elite La abadía del crimen, Hyper Sports, Commando o The Way of exploding fist.
En la edad de oro del software español estuvieron juegos como La Pulga, La abadía del crimen, Sir Fred, Army Moves, Camelot Warriors, las tres luces de glaurung, La aventura original, Saimazoon, Fernando Martín Basket Master, entre muchos, muchos otros.
Una de las grandes virtudes del ZX Spectrum es que tenia un precio bastante razonable, en su momento 129 libras que en España rondaba entre las 39.000 y las 52.000 pesetas (entre 240 y 300 €). Era un dinero pero como era un ordenador los padres veían que eso de la informática era el futuro y se podía aprender lenguajes de programación (basic, ensamblador, código máquina) así que no se oponían ´frontalmente porque tenía una parte educacional.
De hecho, se puede pensar que lo de programar sería para cuatro chavales pero, en realidad, era algo bastante generalizado. En revistas de le época como microhobby venían listados de «pokes», instrucciones para poder modificar los infernalmente difíciles juegos del spectrum. También venían en otras el juego escrito en basic para que lo teclearas en el ordenador y consiguieras tu juego. Recuerdo haber programado en mi MSX uno de golf y un matamarcianos pero con un águila como nave.
Esto era algo que los padres no veían en las consolas y que las ha estigmatizado durante tantos años. Esta parte educativa creo que fue una ayuda importante para que en un país sin cultura de videojuegos, en un continente en realidad, los microordenadores fueran bien aceptados.
Un buen precio, una función educativa y la función lúdica fue una conjunción de factores que permitió que se creara una cultura del videojuego en España, que los niños de los 80 ya tuviéramos videojuegos y que la adopción por esos no tan niños de las consolas fuera rápida y exitosa abriendo en España oficinas compañías como Sega o Nintendo y manteniéndose España como un país con una importante afición por los videojuegos hasta el día de hoy.
Gracias a Sir Clive Sinclair y a los pioneros de aquella época, que hicieron que la crisis de los videojuegos no afectara al viejo continente y desarrollaran el sector de la mejor forma, jugando y aprendiendo.
Saludos fremen