Mi forma de llegar a Godzilla no fue por las películas de la Toho sino por las americanas. Concretamente por la de Roland Emmerich de 1998, un director que por la época aseguraba explosiones y diversión con películas como Stargate o Independence Day. Sin embargo, no me quedó muy buen recuerdo. Recuperé las ganas con las películas de anime Godzilla El planeta de los monstruos y sus dos secuelas. Después he disfrutado mucho con el monsterverso pero nada me había preparado para algo como Minus One.
La película transcurre en el final de la segunda guerra mundial cuando el piloto kamikaze Koichi Shikishima aterriza en una base japonesa de una pequeña isla aduciendo un falso problema mecánico.
Allí serán atacados por un enorme monstruo parecido al un dinosaurio al que llaman Godzilla. Solo sobrevivirán dos, el piloto y el jefe de mecánicos, que serán repatriados a Tokyo justo cuando el país se ha rendido.
Siempre hemos visto destruir Tokyo por Godzilla, pero aquí llega tarde. La capital del imperio nipón parece uno de los campamentos de refugiados de Gaza. Nada de edificios, apenas chabolas con cartones y maderas.
Allí terminará acogiendo a una chica, Noriko Oishi, con un bebé y una vecina intentará ayudarlos a pesar de que ninguno tiene nada.
Con el paso del tiempo, Koichi conseguirá trabajo en un barco, un trabajo muy peligroso para limpiar la bahía de Tokyo de las miles de minas que dejaron japoneses y americanos.
En paralelo, las pruebas nucleares americanas en un atolón del pacífico pillarán de lleno a cierto dinosaurio que se transformará en el Godzilla del tamaño de un rascacielos con su aliento nuclear.
Intentarán sobrevivir a Godzilla.
Hasta aquí parece otra película cualquiera de Godzilla, ¿qué la distingue?
Primero los personajes, el piloto es un hombre traumatizado, no es solo que no quiera morir como kamikaze, es que la guerra ha podido con él. La llegada de Noriko y el bebé saca lo poco bueno que le queda al ayudarlas. Los personajes irán evolucionando y así, la tristeza, la rabia y el miedo también darán paso al amor, a la pérdida y a la esperanza.
La ambientación es una parte esencial. Lo decía antes, Tokyo recién acabada la guerra es un erial, muchos han perdido a sus familias y la reconstruyen poco a poco con casi nada. La presencia de USA y Rusia también influye mucho, Japón ha sido despojado de su ejército y tienen a Godzilla atacando el país. Ha comenzado la guerra fría y USA no puede intervenir directamente. Japón tendrá que defenderse como pueda con lo que les dejan los americanos.
En este aspecto es muy costumbrista y creíble, las circunstancias influyen muy poderosamente en lo que puede y no puede hacerse mientras Godzilla destruirá todo sin excusas geopolíticas.
La fotografía contribuye mucho a ese costumbrismo. No es una película con colores brillantes sino al contrario, son más bien apagados, con bastante grano, mostrándonos esta época triste y terrible.
Sin embargo, la película dirigida por Takashi Yamazaki (Space Battleship Yamato, Dragon Quest: Your Story) no es lenta sino que el un ritmo pausado del principio va acelerando conforme se desarrolla la historia para alcanzar el clímax en el enfrentamiento final.
Los efectos especiales por los que ganó el Oscar para mi destacan porque no buscan tanto el lucimiento sino que potencian la forma de contar, de manera más creíble, la historia.
Seguramente el que más me ha impactado es un ataque a Tokyo en que una mujer es arrastrada junto a todo lo de alrededor por la onda expansiva del aliento nuclear. Es brutal y es comparativamente sencillo respecto a otros momentos más impresionantes, pero está tan bien hecho que resulta muy creíble lo que traslada la emoción de la pérdida al espectador.
El ingenio de las ideas y soluciones que se intentan contra Godzilla están muy bien, aprovechando lo que tienen y usando la física, resulta creíble en el contexto de la película.
Además, nos muestra el nacimiento de Godzilla, no siendo necesario ver ninguna anterior, este se puede considerar que es el comienzo de todo.
El resultado es una gran película en la que estamos al lado de los protagonistas, los entendemos, compartimos su dolor y su rabia así como los jaleamos cuándo hay oportunidad de acabar con la pesadilla. Las personas son los protagonistas, no el monstruo.
Está en Netflix por sorpresa porque Amazon Prime la estrenó hace un mes en Japón y se esperaba lo mismo aquí.
Yo me la vi hace un mes (cough la botella de ron cough, no sabía que la sacarían ahora en Netflix cough que encima no tengo ni quiero cough) y me impresionó sobremanera. Esperaba un producto arropado por las críticas y que me decepcionaría, pero no, es buenísima, casi diría que mi favorita de todas junto con Godzilla GMK. Y es que no son sólo los efectos especiales sino también el reparto de personajes humanos, que, a diferencia de la pretenciosa Godzilla de 2014 (que todo Dios alaba y a mí me parece un tostón), son muchísimo más interesantes y están mejor llevados, logrando una simpatía y carisma que ríase usted de las superproducciones de Hollywood.
En fin, ahora toca esperar la versión en físico, que se la merece.
Ya veo que coincidimos. Me apunto la de Godzilla GMK. No sé qué tal habrá aguantado el paso del tiempo pero la veré con buenos ojos.
Gracias por pasarte y comentar. Saludos fremen
A ver, yo me la vi para hacerme el Godzillamaratón (cough visítenlo cough) pero la verdad es que es una pasada. Cierto es que no se desmarca del clásico kaiju eiga con los actores disfrazados de los monstruos, pero en cuanto a argumento, bestialidad y personajes, es una maravilla. No sé si podrás e encontrarla fácilmente, porque cuando la obtuve yo fue por una web (Godzilla la leyenda) y hace casi diez años, que se dice pronto, y además en un formato rarísimo (gracias VLC player).