Siempre me ha gustado el fútbol. No me gustan muchísimas cosas que lo rodean y que lo afean. Otro día le podemos dedicar una entrada a todo aquello que está mal en el fútbol profesional, pero, dejando todo eso aparte, es un deporte que me gusta desde niño. Precisamente desde niño soy aficionado del Real Madrid y de la Real Sociedad.
¿Cómo se hace uno de un equipo? Es muy normal hacerte del equipo de tu localidad pero cuando eres de Madrid hay que hacer algo más porque hay varios para elegir y yo me hice del Real Madrid porque me gustaba mucho como jugaba.
Otra forma de que te atraiga un equipo es por la tradición, los padres, la procedencia y ahí, mi padre siendo vasco , le tiraban los equipos del norte. La Reala además acababa de ganar las dos ligas y me gustaban mucho los jugadores que tenía, Satrustegui, Zamora, López Ufarte y, sobre todo, Luis Miguel ARCONADA, seguramente el portero que más me ha impresionado hasta la época de Iker Casillas.
El caso es que soy, y por la misma época de los dos equipos. También, tengo que reconocerlo, durante un tiempo me gustaba el Athletic de Bilbao pero me desencanté con ellos con su política exclusivista y sus declaraciones y actuaciones durante la era de terror de ETA.
Al Real Madrid lo he ido a ver varias veces. Esta misma temporada, mi vecino José que es socio del Madrid me invitó a que nos fuésemos a ver el Real Madrid – Real Sociedad en el Bernabéu. Fue toda una experiencia y no se lo agradecerá nunca lo suficiente.
Sin embargo, aún siendo mucho de los dos equipos y disfrutando con ellos enormemente, me pasa algo con la Real y es que comulgo bastante con sus valores.
Es un equipo muy humilde y tradicionalmente ninguneado en los medios. Apuesta enormemente por la cantera de Zubieta y además trae a otros jugadores para hacer el equipo más competitivo.
Es un equipo enormemente luchador, no se deja nada en el vestuario y lo dan todo en el campo, salga bien o salga mal.
Es un equipo muy saneado y bien gestionado. Esto es fundamental. Solo hay que recordar equipos como el Deportivo de la Coruña, ganador de la Liga y la Copa del Rey, o el Real Zaragoza, ganador de la Recopa de Europa y de seis Copas del Rey y dónde están a día de hoy.
Esto no fue siempre así con dos presidentes lamentables como Astiazarán y Badiola y descendimos en la temporada 2006-2007 y con una gravísima situación financiera. Con la llegada de Jokin Aperribay en 2008 con el equipo en segunda, se hizo un cambio en la gestión del club. Se hizo una política de austeridad basándose en la cantera y jugadores buenos pero asequibles. En la primera temporada subió al equipo y en 2013 la Real había hecho el último pago del Concurso de Acreedores.
Durante todos estos años ha demostrado una idea de ir mejorando y creciendo pero siempre a medio plazo, sin descapitalizar el club.
El nombramiento de Imanol Alguacil como entrenador ha sido la cumbre de esta gestión consiguiendo clasificar al club para Europa durante cuatro temporadas consecutivas, la última en Champions.
Ver a un equipo humilde de una provincia pequeña como es Guipúzcoa, peleando por entrar en Europa e incluso ganando una Copa del Rey, está siendo de lo más emocionante. Ver cómo el equipo va creciendo, mejorando y consolidándose, con el miedo de que esto se rompa porque los demás equipos también intentan hacerlo lo mejor posible, pero con la esperanza de que se asiente entre los grandes de España y quién sabe si algún día volver a ganar una liga es una experiencia estupenda.
Estupenda, pero a distancia porque vivo en Madrid y el caso que se la hece aquí a la Reala es nulo, cero, nada.
Así que, cuando mi mujer me regalo un pack de experiencias de Tick’n Box no pudo hacerme más ilusión.
Porque no era un pack para un spa, un restaurante o conducir un deportivo.
Era un pack con dos entradas para un partido de la Real Sociedad en su estadio.
Ya sólo fue buscar un partido que nos encajara por fechas y este viernes pasado fuimos a ver el Real Sociedad – Cádiz.
Para eso, buscamos un hotel y no encontramos uno mejor que el Hotel Anoeta. Está, literalmente, a 30 metros de la puerta 11 del estadio, que era la nuestra. Un hotel de 3 estrellas en el que destaca la simpatía de los que trabajan allí, lo cómodas que son las camas, lo bien aisladas que están las habitaciones y la buena presión de la ducha. Sin pretensiones pero todo bien. Además está bien comunicado del centro de San Sebastián y no hace falta mover el coche. El 28 está al lado y lleva al Boulevard, dónde la oficina de turismo y al lado de la Playa de la Concha.
Estando en San Sebastián hubiera sido un crimen no visitarlo. El viernes hicimos la visita a nuestro aire. Del Boulevard fuimos paseando viendo el Mercado de San Martín, la espectacular Iglesia gótica de San Vicente, la playa de la Concha, el Hotel María Cristina, el Teatro Victoria Eugenia, el Kursaal pero sobre todo disfrutamos viendo la ciudad con todos esos preciosos edificios, palacete y palacios.
Nos fuimos a comer a La Perla, dónde habíamos comido la vez anterior hacía una década y disfrutamos lo mismo que entonces.
De vuelta ya tocaba ir a la tienda de la Reala. Está muy bien, amplia y con muchísima variedad de diversas tallas. Mucho mejor que la tienda online que es bastante mala.
De allí salí vestido con gorra, polo, bufanda y llavero… y porque no me dejaron más.
Todo esto estuvo muy bien pero lo que fue una experiencia inolvidable fue el partido. Habíamos encargado un par de bocadillos en el hotel, de Jamón y Lomo con Pimientos (debía ser de tortilla, pero se equivocaron) y como el partido era a las nueve, comimos la mitad y el resto para el intermedio.
Las entradas eran sensacionales, fila siete en el anillo inferior lateral, enfrente de los banquillos hacia la zona de la grada Aitor Zabaleta, a unos diez metros del césped.
Para redondearlo todo, la Real hizo un gran partido, ganó por dos goles a cero con tantos de Mikel Merino y de Zakharian, que marcaba por primera vez. Fue muy emocionante la celebración. Siempre habíamos visto cómo toda la grada lo celebra saltando de espaldas al campo y, la verdad, moló mucho estar ahí saltando y disfrutando.
El estadio, por cierto, es precioso, una mejora enorme a cuándo lo vimos hace diez años. Además, y es importante, es muy cómodo ver un partido.
Como contaba antes, he estado en el Bernabéu para ver algunos partidos y los asientos son mucho más pequeños e incómodos que los de Anoeta.
Cuando terminó el partido nos fuimos al hotel, a la cafetería dónde había muchísimos aficionados txuri urdines y nos tomamos un par de pintxos.
Por cierto, la afición y los jugadores de diez. La afición porque animaba, aplaudía y protestaba pero ni insultos al árbitro, ni se pitó al equipo contrario e incluso algunos aplaudimos a Robert Navarro, el jugador cedido al Cádiz.
Los jugadores saludaron al principio, cuando los cambiaron y al final del partido. Además, jugadores como Remiro, Oyarzábal y André Silva dieron sus guantes y camisetas a pequeños aficionados que brillaban más que el sol de alegría.
Un día inolvidable y el sueño cumplido de ver jugar a la Reala en Anoeta.
De hecho nos ha gustado tanto que esperamos poder convertirlo en tradición e ir al menos una vez al año.
Al día siguiente ya recorrimos el San Sebastián de la Belle Epoque con una visita contratada que complementó la visita anterior y ya volvimos después de comer fantásticamente bien en La Madame, un restaurante con vistas a la playa de la Concha.
Una experiencia inolvidable que quería dejar reflejada en el blog.
Saludos fremen.