Sherlock Frankenstein y la Legión del mal

 photo escanear0004_zpsk2dyeh2t.jpg

Empiezo a estar bastante harto de la «Narrativa expandida». Cuando ya tengo asumido que la forma de contar ha cambiado, se ha convertido en una narración más cinematográfica, más espectacular, con más imagen que texto y que incluye menos información por cada cómic y he evolucionado con ellos, dejando de leer los cómics mensualmente y pasando a recopilatorios de arcos completos, llega la última evolución de la que es un buen exponente este Sherlock Frankenstein.

El cómic es una historia de Jeff Lemire y David Rubín que está ambientada en el universo de Black Hammer. En este caso la protagonista es Lucy, la hija de Martillo Negro, uno de los héroes que desapareció hace unos años en la batalla contra el Anti-Dios. La hija decide emprender su búsqueda y esta la lleva a hablar con quienes conocieron a su padre y estuvieron cerca en los momentos finales,  fueran héroes o villanos.

El transcurso de la historia está bien, va contando la historia de estos personajes, la mayoría antiguos villanos mientras avanza en la investigación se va acercando cada vez más a qué pudo pasar y es interesante.

 photo escanear0001_zpspxkbo0x9.jpgEl dibujo es muy detallado y expresivo, aunque no sea el más «bonito»

Sin embargo, antes hablaba de la evolución de la narrativa expandida y este cómic es una de las consecuencias de la misma. Antes leías el arco completo y te contaban una historia. Ahora ya da igual. Llega el cuarto número, fin de la serie, y mete el hachazo por donde pilla, convirtiendo toda la motivación y todo el hilo conductor de la serie ya no en un McGuffin  sino en un «coitus interruptus». La nueva muestra de la narrativa expandida, cuentas una historia al ritmo que crees, sin importar si se publica mensualmente y olvidándose de que cada cómic debería contar algo, pero ahora, si termina el arco de cuatro o seis números, los que sean y no ha terminado lo que quería contar, cortamos igual, aunque la historia quede por la mitad. Un buen ejemplo de esto en televisión fue la temporada 1 de Runaways pero, sobre todo, la temporada 1 de Titans.

Si a ese hachazo de final le unimos la «epifanía» de Sherlock Frankenstein de la última página después de hablar veinte minutos con Lucy, vuelvo a pensar que no tengo suerte con Jeff Lemire.

Había leído su Animal Man, su Cosa del Pantano y su Legión Oscura para DC y su Viejo Logan para Marvel y no me había llamado demasiado la atención. Comics correctos pero nada más. Cuando lo comentaba me recomendaban sus mejores cómics, con los que se había ganado un nombre como Black Hammer o Descender.

El caso es que, de vacaciones en Ronda encontré una estupenda tienda de cómics, Comic Stores, y vi este Sherlock Frankenstein con esa portada estupenda de David Rubín y dentro del universo Black Hammer así que me lo llevé pensando que esta vez sí que sí vería todas las virtudes que siempre destacan del guionista.

Pues tampoco. La historia no está mal, como decía, aunque tiene homenajes ya muy sobados a la edad de oro, plata y bronce de los super héroes y tampoco es muy original pero, sobre todo, deja la historia en lo más interesante.

 photo Ejemplo narrativa confusa_zpsbymtfrsk.jpgUno de los ejemplos de composición confusa

En cuanto al dibujo, David Rubín es un dibujante interesante pero difícil de que te entre por los ojos a la primera.

Tiene un estilo que a mi me recuerda bastante al Kevin O’Neill de Marshall Law o The League of the Extraordinary Gentlemen y otros destacan sus influencias de Paul Pope o de Frank Miller.

Sin embargo, si el dibujo no es el más atractivo o superheróico de un primer vistazo, en cambio está extraordinariamente trabajado en todos los detalles.

Una de sus principales características dicen que es la narración y estoy muy de acuerdo. He leído El Héroe u Hotel Vértigo y la narración es sensacional.

Sin embargo, aunque aquí lo normal es que esto pase, en varios momentos la composición de las viñetas es confusa y no queda claro si hay que leer de izquierda a derecha e ir bajando o si de arriba a abajo y luego empezar por las de la derecha también de arriba a abajo. Además, suceden ambas cosas, con lo que tampoco hay un patrón en la narrativa. No pasa mucho, pero tres o cuatro veces sí que me he encontrado con esto.

En definitiva, un cómic lastrado por distintos errores que me hacen no recomendarlo. Hay muchos cómics mejores en el mercado ahora mismo.

Saludos fremen.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *