Estaba leyendo un reportaje sobre este juego y me puse a recordar cómo me impresionó en el colegio el juego. Yo no tenía un Amstrad CPC, sino un MSX, pero un compañero sí que lo tenía y lo jugué en su casa. Me impactó entonces y hoy tenía me han entrado ganas de jugarlo. Ya sabemos lo peligrosa que es la nostalgia y que volver a un juego que este año cumple 40 años podía haber salido muy mal.