Quiero aprovechar para recordar a Tomonobu Itagaki. No fue el creador de la saga Ninja gaiden porque esta comenzó en el año 88 en una máquina arcade (Hideo Yoshizawa, Klonoa) y luego continuó en la NES.

Sin embargo en 2004 el Team Ninja liderado por él lanzó Ninja Gaiden en Xbox. El juego fue considerado el mejor del año para la consola y se convirtió en un juego de culto por su acción, sus gráficos y su dificultad. En Xbox 360 salió Ninja Gaiden 2 que afianzó esta fama. Gracias al éxito de estos Ninja Gaiden en este año salen Ninja Gaiden 4 y este fantástico Ninja Gaiden Ragebound.

Itagaki fue un creador de mucho talento con un carácter y aspecto muy marcados que recordaban una estrella del rock de los 80.

Él mismo decía que todos sus juegos se habían desarrollado gracias al alcohol y es cierto que hizo juegos muy buenos pero que algunos eran bastante sonrojantes como los Dead or Alive.

Parece que la culpa de todo la tuvo el éxito de Tekken. Itagaki contaba que no tenía forma de competir directamente y buscó formas de diferenciarse, una de ellas atacando a Harada y a Tekken y la otra fue sexualizando enormemente a las luchadoras. Fue un personaje con luces y sombras que dio grandes juegos y es por lo que prefiero recordarle.

De hecho, su legado en parte es este Ninja Gaiden desarrollado por The Game Kitchen, el estudio español conocido en todo el mundo por los Blasphemous.

Vaya por delante que han hecho un juegazo y que la clave de todo es que es muy divertido jugar.

Historia

Los hechos suceden paralelamente a la trilogía de Ninja Gaiden de la NES. Ryu Hayabusa abandona la aldea y su pupilo Kenji Mozu tendrá que defenderla descubriendo que quieren revivir al Señor de los demonios. Por supuesto iremos a intentar acabar con él.

En paralelo el Clan araña negra, que es uno de los enemigos naturales del clan de Kenji, decide asociarse con el Señor de los Demonios para después traicionarlo. Para ello envía a Kumori, una ninja.

La cosa no acaba bien, es capturada y cuando llega Kenji terminan aliándose para acabar con el Señor de los demonios pero en una forma muy curiosa, fusionándose como si fuese una especie de fantasma que le acompaña. Esto tiene importancia jugable.

Mecánicas

El juego es un beat’em up de desplazamiento lateral. Kenji cuenta con su katana para acabar con los enemigos, también tiene un salto denominado Impulso de guillotina que permite rebotar contra proyectiles o enemigos y hacerles daño. Cuando acabas con algunos enemigos especiales consigue la Hipercarga permite acabar con cualquier enemigo normal de un solo golpe.  Esta Hipercarga también se puede conseguir renunciando a parte de nuestra barra de vida.

Al fusionarnos con Kumori, contamos también con sus ataque lanzando o bien las armas del Clan araña negra o bien los kunais. Todo esto consume energía que se recupera matando enemigos.

No solo controlamos a Kenji, hay momentos en que controlamos a Kumori con secciones propias y para recorrer pequeñas secciones cronometradas para abrir partes bloqueadas del recorrido o coleccionables que luego se pueden utilizar en la tienda para mejoras.

Cuando controlamos a Kumori no gastamos energía al utilizar sus armas y además podemos transportarnos a corta distancia utilizando unos pequeños portales. Sin embargo estas secciones son lo más difícil por el momento del juego porque tienen el tiempo muy justo y si fallas vuelves al punto de inicio.

También hay un ataque súper poderoso que afecta a todos enemigos en pantalla, llamado Arte de la Ira, pero se puede cambiar por otros adquiridos en la tienda.

En la tienda podemos equipar distintas mejoras divididas en amuletos y artes secretas que nos pueden ayudar o todo lo contrario pero a cambio nos dan  más experiencia o más nivel porque después de cada fase se puntúa qué tal lo hemos hecho.

Con estas habilidades nos enfrentamos a 6 fases que a su vez tienen sub-fases con  ambientaciones variadas, como la aldea japonesa, cuevas, instalaciones militares, unas guarida de piratas portugueses y también se incluyen mecánicas distintas como escapar de un tren en moto, atravesar una zona en tirolina, o una sección en una motora.

También se pueden desbloquear misiones secretas denominadas Operaciones Secretas, unas misiones adicionales que se van desbloqueando.

Los enemigos son muy variados y los jefes finales son impresionantes, como dragones, demonios femeninos, un destructor y sus cañones o el super clásico, un helicóptero que te ametralla, entre otros, para llegar al impresionante y durísimo Señor de los demonios.

Además, cada uno de ellos tiene distintos patrones que varían conforme luchas con ellos.

En cada fase te proponen tres desafíos como eliminar de cierta manera a los enemigos, esquivar un tipo de trampas y similares.

El juego es difícil, es un Ninja Gaiden, pero la gente e Game Kitchen se ha apiadado de los jugadores y permite cambiar algunos parámetros si se hace demasiado complicado. Por ejemplo, se puede cambiar el tamaño del impulso de guillotina, o el daño que hacen los enemigos.

Una de las cosas que más impresiona del juego es lo bien implementadas que están las mecánicas, responden al milímetro y sin nada de retardo.

Si fallas, fallas tú, no es culpa del juego y lo bueno que tiene es que apareces en el punto de control, que son unas estatuas que devuelven la salud al llegar a ellas, y que hay bastante, no se pierde mucho tiempo. Además, están muy bien colocadas, en los sitios más difíciles suele haber una muy cerca, con lo que reaparecer allí y volver a intentarlo es todo uno.

Conforme juegas, además de los logros que consigas en la plataforma que juegas, se van desbloqueando «aspectos», que son trajes que se pueden poner a Kenji o a Kumori.

Características Técnicas

En cuanto al apartado gráfico, no creo que sorprenda a nadie si digo que es glorioso. Ya en los Blasphemous hicieron un trabajo increíble y ahora cada ambientación, el diseño de los personajes, o las pantallas estáticas con las que cuentan el progreso de la historia, muestra un pixel art que recuerda a la Mega Drive pero tiene una calidad, una cantidad de elementos y de detalles que hubieran sido imposibles de reproducir en las máquinas de 16 bits.

En cuanto a la música, es soberbia y, como en los beat’em ups de la época, es una música electrónica y rápida que potencia la tensión y la diversión. Además han contado con la colaboración de músicos que participaron en los otros Ninja Gaiden.

Conclusiones

Al final el juego se siente como un beat’em up de los 80 al que le han aplicado todas las mejoras y conocimientos de estos 40 años para que sea enormemente divertido jugar ahora.

Para mí, lo más difícil son las secciones cronometradas con Kumori, rara es la vez que las saco a la primera, Pero es muy satisfactorio conseguirlo.

Lo mejor es que te sientes como en una película de ninjas. Todo es espectacular, muy cinematográfico, muy divertido de jugar. La historia tiene su punto ridículo como en esas películas de serie B con un argumento poco creíble pero que daba a pie a que pasaran cosas alucinantes y eso es lo que sucede con el juego.

Me da un poco de rabia que no se haya hablado más, seguramente porque salir a finales de julio no es el mejor momento, pero es un juego sensacional.

Además ha conseguido superar el hándicap de que lo haya hecho un equipo español. Esto normalmente significa notas muy altas en España y muy bajas en el resto del mundo, y The Game Kitchen ha conseguido aunar las opiniones de todas partes.

Esas buenas notas son más que merecidas, el juego rezuma cariño, atención al detalle y lo bien que han entendido lo que es un beat’em up adaptado a nuestro tiempo.

Lo recomiendo con mucho entusiasmo. Está en todas las plataformas, incluidas PlayStation 4 y Xbox One.