Hellblade. Senua’s Sacrifice

Un interesante experimento que como juego es muy bueno y cumple una segunda función tan interesante como la primera.

El juego cuenta la historia de una guerrera picta, Senua, que acude a Helheim, el infierno vikingo, a rescatar el alma de su amado.

El planteamiento ya de por sí promete. En este caso es Eurídice la que va al rescate de Orfeo y armada con una espada, bien.

De principio llama la atención que una guerrera celta acuda al infierno de los dioses nórdicos, cuando lo normal es que hubiera entrado en el infierno celta, Annwn, pero hay respuesta a esto y se va desvelando al transcurrir la historia.

El juego es muy orgánico en el sentido de que todo está conectado entre sí y no te cuenta nada, todo lo descubres. Los ataques, la defensa, el focus, todo ello lo vas descubriendo de una forma mucho más interesante que con los habituales tutoriales. No hay interfaz de ningún tipo y el aspecto del juego es sublime, luce realmente espectacular. El diseño es una maravilla que recrea el infierno nórdico con un grado de detalle enorme y, a la vez, contradicciones que se comprenden desde el otro punto de vista.

La psicosis.

Parece que los creadores, Ninja Theory (DMC, Heavenly Sword), buscaban una forma de reflejar la psicosis en un videojuego. Así, una característica de la formidable guerrera que Senua es que es psicótica. Oye distintas  voces en su cabeza que a veces ayudan y otras simplemente distraen, son contradictorias, insultan a Senua, la humillan. También hay momentos en que la oscuridad se cierne sobre ella, momentos en que lo ve todo distorsionado, momentos en que todo es muy brillante y con reflejos, momentos en que lo ve todo negro, además de las alucinaciones y la búsqueda de patrones en la naturaleza.

Todo esto está en el juego como parte de los enemigos y las dificultades para poder avanzar. Cómo juegas a través de Senua y son sus sentidos los que te guían, es indistinguible qué es real y qué está en tu cabeza. Es más, eso no importa tanto porque para ti todo es real pues es lo que ves, lo que oyes, lo que sientes.

El resultado es un juegazo. En facebook hace unos días Victor Valverde lo llamó «Aventura conceptual» y le compro el término porque creo que la define con gran acierto: la aventura de Senua es un todo, vas a buscar al amante al infierno pero ese infierno no tiene más gente poblándolo sino puzles de una enorme variedad y enemigos que intentan acabar contigo. ¿Es así el infierno o es la recreación del infierno hecha por la mente de Senua? El juego no tiene demasiada exploración, no es un mundo abierto sino que está bastante guiado con pequeñas secciones abiertas para resolver los puzzles¿¿Es un juego pasillero a lo COD o por el contrario son los caminos correctos porque es la recreación de la mente de Senua? Los enemigos ¿Son repetitivos o son los que siempre la acosan, cada vez en mayor cantidad? Es decir, lo que en otros juegos es un error aquí es parte de la historia. Si prescindes de la psicosis en la ecuación te saldrá un juego pasillero y con pocos enemigos. Sin embargo, si haces como en este caso y está todo ello imbricado en la historia, esos errores dejan de serlo, o al menos no lo son tanto y tienen una razón de ser.

Todo esto parece muy profundo pero es una capa de profundidad añadida a la mecánica del juego que es muy interesante. Es decir, no es un juego gafapasta que se base en la pretenciosidad y descuide mecánicas jugables ni apartados técnicos, todo lo contrario.

El combate es realmente divertido. Senua se mueve rápida como una serpiente y responde a los controles de manera inmediata, lo que es muy necesario. se enfrenta a enemigos muchísimo más grandes y fuertes y la esquiva y el bloqueo, buscar el fallo en la guardia enemiga y aprovechar los momentos de concentración que surgen ante un bloqueo en el momento correcto por el cual se ralentiza el tiempo, es fundamental. El resultado son combates espectaculares, divertidos y exigentes. Por un lado, el modo de dificultad es automático y se adapta conforme pelees y por otro existe la amenaza de que, si mueres demasiadas veces, Senua habrá muerto definitivamente y habrás de empezar desde el principio, lo que añade un plus de tensión a los combates.

Con el transcurso del juego los combates van aumentando de dificultad pero por la adición de enemigos no porque sean más poderosos sino porque atacan de dos o de tres en tres, convirtiendo lo combates en un baile frenético de ataques y esquivas.

Los jefes finales son pocos pero espectaculares y si bien los dos primeros, Valravn y Surt, se superan con cierta facilidad, el tercero Fenrir, es muy duro y tiene diversas pautas de ataque que hay que aprenderse.

Pero la lucha es solo una parte, la otra son los puzles. Estos son muy variados y generalmente hay que buscar la forma de encontrar unas runas en la naturaleza que desbloqueen las que están grabadas en las puertas. No siempre es así. Otras veces hay que conseguir alinear fragmentos para reconstruir una estructura rota. Otras veces hay que utilizar portales para desvelar caminos nuevos que permitan acceder a una versión alternativa del mundo en el que estás. En otras ocasiones tendremos que reconstruir una espada muy especial en el que es uno de mis momentos favoritos del juego,  introduciéndote en cuatro mundos con alguno tan interesante como el de la oscuridad en el que no ves nada y has de guiarte por el oído.

De hecho, la música y el sonido son de lo mejor del juego, con un sonido posicional genialmente conseguido.

Y todo esto en medio de una historia de superación a pesar de la situación. Porque Senua sufre y sufre mucho.  Para ella no es una aventura en busca de gloria, no es una diosa abatiendo enemigos como si cortara margaritas. Su terrible historia y cómo la siente se traslada al jugador. No es un hack’n’slash al uso, el personaje tiene una historia fuerte y poderosa y la psicosis le hace vivir toda esta historia como una enorme pesadilla.

Además, tiene un modo foto, que está muy bien, pero para los que jugamos en PC y con tarjetas Nvida, es compatible con Ansel, la herramienta de fotos en 360 grados de Nvidia. He dejado un par en la entrada para que podáis apreciar el fantástico trabajo de ambientación que han hecho.

Hay una especie de coleccionable. Son unos pilares que, si te enfocas en ellos, cuentan una historia sobre la mitología nórdica. En general todas son muy interesantes y muchas de ellas menos conocidas que las griegas o romanas. Pero son más importantes de lo que parecen porque, si los encuentras todos, hay una secuencia añadida, de poca importancia, pero distinta en el final del juego.

El resultado final es un magnífico juego y además una lección respecto a la psicosis. Se puede prescindir de esto último porque el juego es disfrutable por su jugabilidad y apartado técnico, pero la segunda capa, la de trasladar la experiencia de un psicótico al jugador impresiona bastante y lleva a reflexionar, como mínimo, en lo terrible que ha de ser la vida de alguien que vive sin poder fiarse de sus sentidos, sin saber si lo que ve es real, si esas voces que le hablan existen, vivir siempre con miedo. El resultado es muy bueno.

¿Pegas? Alguna hay. El juego doblado hubiera ganado mucho porque, a pesar de estar subtitulado en castellano, no están todas las voces aunque sí lo más importante, pero hay momentos que se pierden. Además, en algunos momentos fallan los subtítulos.

La duración ha sido achacada como otro fallo. Me duró unas 10 horas y sinceramente, es tan intenso y en algunos momentos tan desgarrador, que yo prefiero que no se alargue o posiblemente perdería intensidad. Es una buena duración y, sobre todo, no transmite la sensación de tener secciones de relleno para alargar el tiempo de juego.

Sin spoilers, pero hay que mencionar el final. El final es confuso y contradictorio y, aunque se intuye que quiere decir, es muy, muy recomendable ver el documental de veinticinco minutos incluido que ayuda a despejar unas cuantas dudas. Porque el final es coherente con el juego pero las claves que da el documental ayuda a interpretarlo. Eso no es bueno, el juego debería ser capaz de contar la historia de forma comprensible, aún así se comprende por las características especiales de la protagonista.

Es sin duda un juego muy original, no recuerdo ningún juego de este estilo. Lo más parecido que me viene a la cabeza es Max Payne con sus secuencias oníricas, pero solo era una pequeña parte. O juegos para ayudar a luchar contra una enfermedad, pero desde otros puntos de vista.

Para mi uno de los mejores juegos que he jugado este año. lo recomiendo con entusiasmo, aunque con reservas porque no es un juego «divertido» sino interesante pero que puede tocar sentimientos.

Saludos fremen.