La Playstation Classic Mini no ha sido la joya que todos esperábamos. Un buen hardware, mucho más potente de lo necesario para emular la Playstation, acompañado de una recreación a escala 1:40 de la original fidelísima no ha acompañado un catálogo de juegos a la altura, con varios mediocres, unos mandos que son recreaciones perfectas pero que son la versión anterior a los mandos con joysticks analógicos, todos en inglés o mezcla de juegos NTSC con juegos PAL con la pérdida de rendimiento que esto implica, además de utilizar un emulador de código abierto en lugar de la emulación propia. Hay una impresión de dejadez y de sacar beneficios con el mínimo esfuerzo.
Dentro de lo malo, esa falta de dejadez se ha notado también en la seguridad. A las primeras noticias que hablaban de que el firmware estaba encriptado o que no se podía acceder al puerto microusb porque solo tenía los conectores de corriente eléctrica pero no los de datos, enseguida se vio que la dejadez también se daba en la seguridad. Lo primero que se descubrió fue que conectando un teclado al puerto usb de los mandos se podía acceder con la tecla escape al emulador, como os contaba aquí.
Pero lo que fue de traca es que la clave pública del firmware se dejó guardada en la misma consola, es decir, es como acorazar tu casa y dejarte las llaves en la puerta. A partir de aquí ya ha venido todo rodado y hay al menos tres métodos distintos para poder ejecutar juegos en la consola.
Este que os voy a proponer es seguramente el más vistoso además de muy seguro:
(ACTUALIZACIÓN: Tutorial para modificar de cero la Playstation Classic Mini y añadir juegos con BleemSync 1.2)
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