Desde que comencé a leer cómics hace unos 5 o 6 años, me centre en las empresas más importantes – y que poseen un alcance global – de rubro, como lo son Marvel y DC. Posteriormente tendría un acercamiento a otras empresas menos populares, pero igualmente conocidas como Image, IDW o Dark Horse. Aunque en los últimos años me he acercado a otras escuelas como la francobelga, tanto en la lectura de novelas visuales o simplemente cómics (o tebeos), además de sellos de corte independiente. Pero nunca me habría acercado a la producción latinoamericana más allá de tener pendiente El Eternauta, y es más, nunca sobre una producción elaborada en mi propio país. Por ello me decidí a investigar un poco y rebuscar, aunque inspirado en una entrada de Pere Sbert (FZero). Así me encontré con una interesante personaje, dentro de la escasa producción nacional de comics que existe hoy en día, con ustedes la historia de: