El género de los shmups es uno de los más clásicos, desafiantes y directos con los que ha contado el mundo de los videojuegos. A pesar de ello, su popularidad y masividad decrecieron de manera importante para el público general, especialmente durante la década de los 2000, donde el mismo resistió a base de lanzamientos algo más discretos, principalmente del mercado japonés (aunque con una activa escena europea). Como muchos géneros, tuvo un renacer importante con la explosión del desarrollo indie y las facilidades que trajo consigo la distribución digital, aunque se mantuvo como un género de nicho.
En este contexto se han desarrollado muchos títulos interesantes, algunos bastante tradicionales (verticales u horizontales) como Söldner-X: Himmelsstürmer (Sidequest Studios, 2007), otros apegados al concepto más hardcore de los bullet hell como Devil Engine (Protoculture Games, 2019) y una que otra propuesta más experimental como el gran Monolith (Team D-13, 2017). Por supuesto, también encontramos al título que nos ocupa el día de hoy: Defenders of Ekron, el cual luego de su lanzamiento hace un par de años en sistemas de Sony y Microsoft, contara con una versión en Switch.