Howard Chaykin en España

Concretamente en Madrid, en la tienda Omega Center.

Soy muy fan de Chaykin pero no lo conocí por sus publicaciones independientes, como Cody Starbuck, sino a raíz de los encargos que realizó para DC.

Un poco de contexto

Recuerdo que quedé enormemente impresionado cuando leí por primera vez su mini serie de The Shadow. Me impactó la historia, el dibujo y me llamó mucho la atención su uso de las onomatopeyas y como las integraba como parte de la viñeta y de la narración.

 

De ahí pasé a otra miniserie, la de Blackhawk, la de Twilight, con José Luis García López dibujando, la de Iron Wolf con Mike Mignola. Ahora que lo conocía ya buscaba cualquier cosa que saliera suya, como la miniserie de Fafhrd y el Ratonero Gris, también con Mignola, y que adaptaba las maravillosas historias de Fritz Leiber.  Después llegó Black Kiss, un cómic muy polémico y rompedor, pero continuaron sus colaboraciones con Marvel y DC y ahí leí su Batman-Houdini o Lobezno-Nick Furia, Conexión Skorpio. Hasta sus cómics más comerciales estaban muy bien.

Sin embargo, lo que de verdad me impresionó fue cuando Norma sacó en 2012 American Flagg. Una maravilla a la altura de los grandes cómics de los 80 como Watchmen o Dark Knight Returns y a la que, por aquél entonces le dediqué dos entradas del blog , aquí y aquí.

Una maravilla que, por supuesto, está incluida en mi top de 100 mejores cómics de la historia o en el de los 10 mejores cómics de ciencia ficción

El caso es que es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos pero como leyenda viviente del cómic, también es uno de esos autores que ni te planteas que puedas acceder a él algún día.

Reconozco que, cuando vinieron Miller y Sienkiewicz a la primera Heroes Comic Con, mi concepto cambió y ya pensé que podría venir cualquiera y mira, se ha cumplido.

Por casualidad, por Twitter me enteré de milagro que Omega Center lo traía para Madrid. Había que registrarse por correo y en este mismo te explicaban que había una selección de cómics entre los que elegir y que cada firma costaba 10 € y cada sketch 50 €.

A mi me daba igual todo, cual fan desatado: era una oportunidad única de que me firmara American Flagg y comprarme unos cómics de un autor que me encanta no era ningún problema.

La selección, que no era obligatoria aunque darían prioridad en las firmas a quien adquiriera algún cómic, era:

– Mighty Love
– Histeria
– Black Kiss
– Satellite Sam
– Espadas del Cielo, Flores del Infierno
– Killraven (Marvel Limited Edition)

Había leído buenas críticas de Satellite Sam y Michael Moorcock me gusta mucho, como pudisteis ver en la entrada dedicada a Elric, así que elegí también Espadas del cielo, Flores del infierno.

El caso es que hubo sitio y pude ir. Mucha gente no se había apuntado porque los 10 € por firma les echaba para atrás.

Resulta que esto no era así, debió haber un error de comunicación y las firmas de los cinco primeros cómics eran gratis y, a partir del sexto, sí eran 10 € por cómic.

Primero estuvo hablando sobre su carrera a preguntas de Álex Serrano que ejerció muy bien de traductor. Impresionante, algunas de las explicaciones eran muy largas y no necesitó ni una nota.

Contó en un momento dado de sus influencias y contó como Gil Kane le había enseñado todo, como Wally Wood (él remarcó que era Wallace o Woody, no Wally) le enseñó todo lo que no había que hacer, como Neal Adams le influyó en el estilo y como Joe Orlando le protegió en DC de Carmine Infantino.

Esto me sorprendió pero resulta que Gil Kane y Carmine Infantino, dos monstruos del cómic, se odiaban mutuamente. Si no hubiera sido por Joe Orlando, se hubiera encontrado fuera.

También se posicionó muy encontra de los cómics de super-héroes. Menos rotundo pero contó cómo dejó de interesarle la ciencia ficción que antes hacía, igual que la fantasía.

 

De hecho, no entendía cómo alguien con edad de votar tenía ningún problema con que el hijo de Superman fuera bisexual porque que le interesaran los superhéroes a esas alturas no tenía sentido, o era por nostalgia o por la infantilización de la sociedad.

En esto abundó varias veces, comentaba que tenía amigos que se habían hecho millonarios  dibujando Batman, los X-Men y otros cómics de superhéroes, pero que él no podía, que era superior a él.

Decía que no leía cómics, que él hacía cómics, pero que despreciaba bastante a los autores que eran encumbrados actualmente porque realmente le parecían muy malos y parte de esa infantilización.

Le preguntaron que porqué hacía cómics y explicaba que le gustaba mucho el proceso creativo. No necesitaba hacerlos porque, gracias a los «15 años de mierda» que trabajó en series de televisión que él no vería jamás estaba cubierto económicamente y, en esencia, podía hacer lo que le diera la gana. De hecho, explicaba que, aunque fueran cómics de encargo, siempre había disfrutado porque podía no interesarle mucho el personaje, pero la forma de resolver cómo trasladar la historia al papel sí le gustaba mucho.

Después de un rato largo de charla muy interesante y que, en cuanto Omega Center la suba a youtube enlazaré aquí, comenzó la parte de las firmas.

Tuve suerte porque tenía el número 21 de 22, casi me quedo fuera y tuve más suerte de lo que creía.

 

Primero porque me reencontré, después de dos años, con Juan José Torres, un tío genial, gran conocedor del mundo del cómic, con una colección de originales espectacular y aún más la de Atari Linx. Fue un alegrón, la verdad.

Las firmas están muy bien por el autor, claro, pero reencontrarte con la gente que sueles ver en cada salón, mola muchísimo. Por cierto, le hizo un Dani Futuro genial, Se reconoce que es Dani Futuro pero con el estilo de Chaykin.

 

Cuando me tocó, iba con la idea de que me dibujara a Reuben Flagg en el propio cómic de American Flagg, pero me dijo que no, así que me lo dibujó en el sketch en una cartulina de buen gramaje y, como podéis ver, está genial.

Me ha encantado porque tiene la expresión perfecta, un guaperas pero que en realidad es un poco creído y un poco ingenuo y la expresión que le ha puesto al dibujo lo clava. Ya descubriría el bueno de Reuben dónde estaba metido.

 

Además, me firmó los tres cómics y estoy de los más contento porque tengo dos de las tres obras magnas del cómic de los 80 firmadas. Lo de Watchmen lo veo bastante imposible, la verdad, aunque, a cambio, no renuncio a que algún día  consiga tener firmado Sandman.

Fue una gran tarde. Me dio un poco de pena porque un autor tan grande que reniegue de tanto de lo que hizo cuando muchos, con la mitad de la mitad de lo que él logró están más que satisfechos. Terminé con la impresión de que estaba muy de vuelta de todo y muy quemado.

Por ejemplo, compartió estudio con Frank Miller (y con Lynn Varley, Val Mayerick y varios más) y comentó que en 25 años no ha vuelto a hablar con él y que no le interesa nada de lo que hace.

En fin, una gran tarde, es genial que Omega Center lo trajera a su tienda en la que me trataron genial, por cierto, y ahora a leer los cómics nuevos. Ya os contaré qué tal.

Saludos fremen.