Está claro que Starlink es un juego de los que se hacen pocos. Un juego de naves 3D, pero no un shoot’em Up sino una aventura qué podría tener un reflejo reciente en juego como «No Man’s Sky», aunque realmente creo que está más emparentado con juegos como «Star Fox» o «Star Wars Rogue Squadron».
Sin embargo este juego tiene una característica especial y es que para jugarlo se combina con una nave, un piloto y distintas armas todo ello en formato físico. La nave, el piloto y las armas se montan sobre el mando y así puedes jugar con la propia nave dentro y fuera de la pantalla. Toys to life se denomina a este estilo de juegos.
Esta idea les debió parecer genial a la gente de Ubisoft sin embargo creo que todo el mundo tenía claro que se la iban a pegar.
Skylanders, que fue un pelotazo en su momento, sacó su último juego en 2016 con ventas discretas que estuvieron entre 400.000 y 500.000 unidades por plataforma y aún más, Disney Infinity, que contaba con las franquicias de Star Wars, Marvel, de Pixar y de la propia Disney, fue cancelado en 2016 dejando de salir todo lo que había preparado. Por otro lado, ni siquiera se han convertido en juego de culto pues sus figuras siguen estando tiradas de precio, no han despertado interés en los especuladores. Es decir, no había interés en este tipo de juego y sigue sin resurgir este interés.
Con estos antecedentes, no solo no ha saltado la sorpresa sino que el batacazo ha sido monumental. Sólo se han vendido a 100.000 unidades en PlayStation 4 y Xbox One. La versión de Switch es la que más éxito ha tenido gracias a incluir a Fox Mccloud como personaje jugable y sin embargo sólo ha vendido 570.000 unidades .
Entonces, si el juego ya hace más de medio año que salió y ha sido un fracaso estrepitoso ¿por qué dedicarle una entrada y un unboxing?
Hay varias razones.
La primera es que todo aquel que lo ha jugado dice que es un juego muy divertido y que está muy bien.
La segunda es que el juego se puede encontrar actualmente a 20 € en Mediamarkt y en Alcampo y 30 € en Amazon. Curiosamente, en sitios como Fnac sigue a los 80 euros iniciales.
Además, cuando en el E3 de 2018 presentaron a Star Fox incluido dentro de la parte de Switch y le regalaron una réplica del Arwing al propio Shigeru Miyamoto, de repente era un juego que tenía cosas muy interesantes.
Entonces, ante las buenas críticas y el precio irresistible a lo que sumamos una fantástica reproducción del AR wing de Star Fox que ya de por sí valía los 20 €, tenemos esta entrada.
La versión que he comprado, obviamente, es la de Switch. Parece que las de PS4 y Xbox One se ven bastante mejor.
Sin embargo, a mi me parece que tiene un apartado gráfico realmente resultón. Quizá sea por la ambientación de ciencia ficción pero me recuerda bastante a Star Wars Rebels en el aspecto gráfico.
Además el juego va muy fluido tanto en las batallas espaciales como recorriendo el planeta.
El planeta está en el sistema Atlas y aterrizamos ahí en busca de la nave Equinox y de su capitán que ha sido secuestrado. La historia es entretenida y da pie a recorrer un mundo lleno de vida extraterrestre muy imaginativa y flora también muy variada lo que transmite una muy buena ambientación.
En cuanto a mecánica es fantástico lo bien que se controla la nave y lo dice alguien que se lleva francamente mal con los juegos de naves 3D. El manejo es sencillo y el Arwing responde genial a las órdenes del mando-nave.
Además, jugar con la nave en el mando es impactante, pero pesa. Solo hay que hacerlo la primera vez para vincular la nave, pero en las restantes se puede utilizar el mando y ya está.
El resultado es un juego muy divertido con un apartado gráfico y una ambientación fantásticas y qué merecía mejor suerte que la que ha tenido. No quiero dejar de mencionar que las naves y pilotos físicos están realizados con muchísimo detalle. Las armas en cambio tienen más aspecto de juguete que de figura.
En cualquier caso muy recomendable a poco que te gusten los juegos de Star Fox o No Man’s Sky pues tiene de ambos.
Una estupenda aventura espacial a un precio imbatible.
Saludos fremen