No creo que les hubiera costado mucho traducirla por Los Magos, pero no. Esta nueva serie de SyFy parece nacer con el espíritu de preguntarse qué pasaría cuando Harry Potter y sus amigos pasaran a la universidad después de dejar Hogwarts.
El problema, uno de ellos, es que aquí no está J.K Rowling. El éxito de Harry Potter no fue porque fuera un niño mago con dos amigos en una institución sino que consiguió un difícil equilibrio entre libro infantil y para todos los públicos de verdad, que lo leyeras con 10 años co con 40 disfrutabas de la historia.
Como digo aquí no está J.K. Rowling pero la historia es un claro «homenaje» a su creación, con una Universidad de Magia, Brakesville, que recluta a los futuros magos en este caso el protagonista Quentin y su amiga Julia. Uno aprueba y la otra no. A partir de aquí se desarrollan las historias paralelas de Quentin dentro de la institución y de Julia fuera con un grupo de rechazados que quieren ser magos.
Pero esas historias son aburridas y previsibles. Para empezar, el protagonista, Quentin (Jason Ralph, Manhattan), es bastante desagradable. Un tío que toda la vida ha sido un rarito y ahora descubre que es mago, así que, a la amiga de toda la vida de la que estaba secretamente enamorado pero que no consigue aprobar, Julia (Stella Maeve, Chicago P.D.), pasa olímpicamente de ella y no mueve un dedo por intentar ayudarla. Un capullo el prota, pero la amiga tampoco es ninguna joya y se convierte en poco menos que una yonkie de la magia, dispuesta a cualquier cosa por hacer magia, aunque luego se redima.
Los demás personajes tampoco valen nada y son intercambiables. Las interpretaciones son de lo más planas a lo más sobreactuadas, un museo de los horrores de interpretar clichés, con especial atención a la rubia mona (Olivia Taylor Dudley, Paranormal Activity: The ghost dimension) que hace de intelectual, gafas de pasta y torpeza social incluidas.
Las tramas se arrastran por la pantalla sin despertar el más mínimo interés. Los efectos son correctos y mínimos. Espero que las novelas de Lev Grossman en las que se basan sean un poco mejores que esto.
Desde luego, una pérdida de tiempo que, con la cantidad de series de fantasía y ciencia ficción que hay actualmente de gran calidad, no se merece un minuto más de dedicación.
Saludos fremen.
Una serie sobre magos ya para mi tiene una premisa aburrida de cojones. Un Ripoff de Harry Potter de bajo presupuesto…
Y si encima me dices que el prota es un gilipollas integral sin conservantes añadidos que frienzonea a su chica por sus notas, no creo que me interese saber sus devenires como mago gilipollas
Lo dicho, estoy a gusto con Fargo y de ahí no salgo xD Bueno, al menos te has tomado la molestia en advertirnos de la mugre. Se agradece.
Sip, estos avisos son tan importantes como destacar las series buenas. Como decía Sheldon en Big Bang, empezar a ver una serie es algo muy serio. Te va a quitar un número de horas que justo dedicas al ocio y que está cerca de las veinte pero que, además, si la renuevan, continuarás viéndola el siguiente año. Son horas que no sobran y que se pueden emplear para el bien, como Fargo, como bien dices, pero que si te metes en una de estas y la vas siguiendo, no podrás ver otras que te van a gustar más. Así, que sí, esta entrada es un servicio público xD
Saludos fremen.