Hoy quiero hablar de uno de los grandes cómics europeos, con un éxito arrollador en su país de origen y, sin embargo, mucho menos conocido en España a pesar de empezar a publicarse poco después de que se publicara en Italia.
Tiziano Sclavi es un genio poco reconocido. Corría el año 86 y Sergio Bonelli buscaba una nueva serie que mejorara sus resultados y se lo encargó a un talentoso escritor que llevaba varios años trabajando para él como guionista de series como Zagor, Ken Parker o Mr. No.
Entonces Sclavi creo al detective de las pesadillas, Dylan Dog, un ex-agente de Scotland Yard con el aspecto de Ruppert Everett cuyo nombre proviene del poeta Dylan Thonas y de una novela de Mickey Spillane traducida en Italia «Dog, fglio di» (originalmente «The erection set»).
El cómic que creó es un cómic de horror, más que de terror. las decapitaciones, amputaciones varias y casquería se alternan con bellas mujeres en la mejor tradición del giallo italiano.
Lo que cambia es que el horror se alterna con el humor más absurdo. Si Dylan Dog es relativamente serio, con un humor a veces un tanto irónico, cínico es el humor en el caso del inspector Bloch, ex-compañero de la policía, si bien uno de los grandes hallazgos es el ayudante de Dylan Dog, el gran Groucho.
En un momento de inspiración Sclavi decidió incluir a un sosias de Groucho Marx como ayudante dando todo un festival de humor absurdo y dando un giro extraordinario a historias de horror hermanándolas de alguna manera con las películas de Sam Raimi (Posesión infernal, El ejército de las tinieblas).
En cuanto a los temas a tratar, el cómic es ecléctico y toca tods los palos: zombies, no muertos, vampiros, fantasmas, golems, hombres lobo, alienígenas, por supuesto asesinos en seie e incluso televisiones asesinas.
Todas estas historias tienen un corte clásico pero con cambios para que parezcan como si se contaran por primera vez. Además, Sclavi es un maestro del ritmo y falta que hace porque las historias son todas de 100 páginas y, sin embargo, se leen a toda velocidad.
Esto tiene su desventaja porque los fumetti de Dylan Dog tienen un elenco de dibujantes italianos de altísima calidad, grandes especialistas en el dibujo en blanco y negro.
Ese dibujo en blanco y negro es extraordinariamente adecuado para crear el ambiente terrorífico y para que sea más soportable la casquería y el horror inherente a las historias.
Las historias además de la trama suelen tener bastantes guiños y referencias tanto al terror (Romero, Wes Craven), cine (Alien, el propio Groucho) o la pintura (Magritte, Picasso) o música (El trino del diablo, de Giuseppe Tartini, es la melodía que toca habitualmente Dylan Dog).
Aunque es un cómic de horror, este suele venir más de los humanos pero reflejado en la soledad, la falta de comunicación, la incomprensión, la locura o la ambición con consecuencias nefastas para el protagonista como es habitual en los relatos de Lovecraft, por ejemplo.
El resultado es brillante, uno de los cómics más adictivos, interesantes y absorbentes que se pueden leer.
En Italia llegó a vender un millón de ejemplares mensuales y es un cómic que ha tenido todo tipo de adaptaciones en otros medios como el cine o los videojuegos.
De hecho, se realizaron cerca de 18 videojuegos de Dylan Dog casi todos ellos aventuras gráficas en algunos casos adaptando y en otros contando historias originales.
De premios tampoco ha ido mal ganando el Yellow Kid y siendo nominado en diversas ocasiones al Eagle Award.
Siempre ha tenido un gran nivel pero la mejor época, la que definió el cómic y al personaje es la de Sclavi y Aleta Ediciones publica unos tomos de cuatro números de esa época que son más que recomendables, imprescindibles.
Un grandísimo cómic.
Saludos fremen.
Pinta muy bien, vi un par de sus tomos en mi biblioteca, como son pequeñitos en cuanto pueda les echaré un ojo porque la temática me interesa.
A mí me gustan mucho, como puedes ver. Ya me contarás qué tal.
Saludos fremen