Me gustan las buenas historias. Las que te hacen ver más allá, soñar, reírte, pensar… y, cuando hallas alguna, hay que contarlo. Y lo contrario, hay que avisar cuando te venden la mediocridad como obra maestra. Sed bienvenidos, fremen
Las plataformas digitales de consolas, Playstation Store, Microsoft Store o Nintendo eShop, tienen lo peor del mundo digital. Es decir, realmente es genial lo cómodo que resulta acceder a los juegos. También es estupendo que las partidas se guarden en la nube. Incluso a veces hay juego cruzado entre plataformas.
Sin embargo, esto vale para ahora pero ¿Qué pasa si cierran la plataforma para, por ejemplo, Xbox 360, como ha pasado recientemente?
Estoy escarmentado con eso de ser «early adopter».
Si todo va bien es genial, disfrutas del producto de tus desvelos el día que sale y eres feliz hasta el siguiente «enamoramiento».
Sin embargo, eso no siempre sucede. En mi caso fue con la Nintendo 3DS, una consola que tenía una pinta brutal pero que de Marzo que la compré a Agosto bajó el precio más de un tercio. Eso fue una mala jugada por parte de Nintendo, pero solo hay que recordar otras consolas como la Xbox 360 la cual durante los primeros años podía dar el fallo de las 3 luces rojas y consola muerta.
El caso es que la consola saliera con un juego compartido con su antecesora, la Wii U y que esta última hubiera sido un fracaso monumental, no terminaba de convencerme por si se repetían los problemas que llevaron a la consola anterior a fracasar. Nadie quiere un caro posavasos tecnológico a los seis meses.
Para mi los principales problemas habían sido una nefasta campaña de marketing y un catálogo realmente corto especialmente por la falta de apoyo de los desarrolladores de videojuegos que no eran Nintendo.
Así que he preferido esperar y asegurarme que merecía la pena la inversión.