En los años 90, hubo un gran cambio en los videojuegos. No fue en los géneros, o no solo, sino en el hardware, concretamente en el soporte en el que se publicaban los juegos. Los carísimos y limitados cartuchos contaban con 32 Mb o 64 Mb como muchísimo, aunque Paprium llegó a los 80 Mb y Neo – Geo era otra historia pero para un sector muy pequeño de los jugadores. Cuando salió el CD con 650 Mb de tamaño, más adelante 700 Mb, el primer efecto fue en el sonido que pasó de estar enormemente comprimido a poder utilizar bandas sonoras orquestadas.
La otra gran diferencia fueron los gráficos. De repente se podían utilizar cinemáticas más amplias y trabajadas e, incluso, imágenes reales.
¡Actores reales! ¡Imágenes como no se habían visto en un videojuego!
Y nacieron los juegos FMV (Full Motion Vídeo). Sigue leyendo Press X to not die