Hay que quitarse el sombrero. Vi la película sin saber nada de ella y creo que es una de las películas más divertidas que he visto este año. Y eso que trata temas muy gordos, pero son el sustrato, lo que queda después, mientras que la forma de contarlo es un brillante esperpento que haría sentirse orgulloso al mismísimo Valle-Inclán.