El día del nombre, la onomástica, subir de nivel o, simplemente, el cumpleaños, sea cuál sea cada año se repite para deleite del friki que llevo dentro… y que tampoco es que lo esconda mucho.
El caso es que soy friki de muchas cosas, como se puede ver en el blog y de las que no se ven como los deportes, la historia o los viajes, pero esto que para mí es genial, puede ser una pesadilla para la gente que me quiere (sí, hay de esos, a saber porqué) cuando deciden regalarme algo.
También se complica la cosa cuantos más años cumples porque más cosas tienes.