Podría decir que una de las relaciones más extrañas que tengo es con las consolas portátiles, debido a que en general las vi poco durante mi infancia, siendo lo normal que la gente tuviera sistemas de sobremesa. A pesar de ello pude disfrutar de algunos títulos gracias a familiares o amigos, y en última instancia a la emulación que recuerdo estaba muy de moda hacia inicios del 2000. Ahora resulta curioso ver como una instancia más propia de los noventas se ve reflejada en espacios como la universidad, donde veo gente emulando juegos como Pokémon y utilizando el bluetooth a modo de cable-link. Por otra parte, tiendo bastante a revisitar algunos juegos denominados como clásicos – y que me perdí en su tiempo – o que recuerdo haber visto a la lejanía en comerciales de televisión. Resulta que uno de los juegos que más recuerdo de una consola como Super Nintendo es la trilogía Donkey Kong Country. Es por ello que me llamo bastante la atención cuando escuche hablar de la saga Land, por lo que puse manos a la obra con su primera entrega. Veamos entonces mi experiencia con este referente de la primera Gameboy.
Donkey Kong Land es un juego desarrollado por Rareware (más conocida actualmente como Rare Ltd.) y distribuido para la Gameboy el año 1995. Nos encontramos con un juego que se enmarca dentro del género de las plataformas, debiendo atravesar niveles hasta llegar al final de los mismos para desbloquear el camino a los siguientes niveles. El juego se considera como una continuación a los sucesos vistos en Donkey Kong Country de Super Nintendo, tomando algunos elementos de aquel juego, pero aportando con los propios como nuevos enemigos y lugares por descubrir. Por otra parte, algunas de las melodías del juego serían utilizadas en la versión de Donkey Kong Country para Gameboy Color.
El argumento se burla bastante de la condición del juego como secuela de Donkey Kong Country, la misma nos cuenta como Cranky Kong se encuentra celoso del triunfo que obtuvieron Donkey Kong y Diddy Kong en aquel juego, alegando que su éxito se debió a la potencia gráfica y sonora del juego, no enfrentándose nunca a los desafíos de hacerse un espacio en el mercado con una aventura de 8-bits. Por ello es que Cranky incita a King K. Rool para robar la provisión bananas, a lo que este último acepta, provocando que nuestros héroes se embarquen en su primera aventura en 8-bits.
Jugablemente nos encontramos con un plataformas en dos dimensiones donde tendremos la posibilidad de utilizar a dos personajes distintos Donkey Kong que tiene una movilidad más pesada y Diddy Kong que es más ágil al contar con movimientos más acrobáticos. Debido a las limitaciones de la consola las diferencias jugablemente entre ambos no se aprecian del todo, salvo por uno que otro frame de animación. Aunque debido a lo mismo, solo podremos ver a uno de los personajes en pantalla pudiendo cambiar entre estos con el botón Select. Mientras que el control es bastante sencillo, dado que con el botón A podremos saltar y con el botón B realizar una voltereta que puede eliminar a algunos enemigos, otorgarnos un impulso extra a la hora de saltar o servirnos para desplazarnos rápidamente por los escenarios. El juego consiste en llegar al final de los niveles donde podremos encontrar unos portales que nos desbloquearan el paso hacia el siguiente nivel.
El juego cuenta con un sistema de overworld al estilo de Super Mario Bros. 3, precisamente existen mecánicas muy similares al mismo, puesto que en momentos puntuales podremos elegir entre distintas bifurcaciones para completar algunos niveles. También deberemos jugar algunos niveles para obtener bombas, las cuales nos sirven para eliminar a los muros que aparecen en este mapa y que nos bloquean el acceso a algunos niveles. El juego se divide en cuatro mundos distintos, dentro de los cuales se mezclan dentro de dos o tres tipos de subniveles. Una vez dentro de los niveles nos encontraremos con una estructura muy en el estilo de lo visto en Donkey Kong Country, encontrándonos con distintos escenarios que pululan por el escenario, debiendo recolectar bananas que actúan como las monedas del juego y que nos sirven para obtener vidas al recolectar 100 de ellas. También podremos obtener vidas al recolectar las cuatro letras que componen la palabra KONG, tomando los globos con la cara de Donkey Kong o coleccionando las monedas de banana para luego canjearlas por vidas. Los niveles también cuentan con bonus escondidos, que muchas veces se escapan de la ambientación del escenario. Estos son muy variados pueden consistir en atravesar un nivel, pisar un enemigo en repetidas ocasiones mientras el mismo se mueve velozmente o esquivar distintos peligros para a travesar un nivel. El acceso a estos puede depender de un barril escondido, el caerse por un precipicio o al agarrarse de lianas que flotan hasta desaparecer en el cielo y que nos transportan a estos niveles.
El juego cuenta con una variedad considerablemente de enemigos rondando la quincena de estos, algunos aparecen en la entrega de Super Nintendo, aunque muchos de ellos son inéditos, principalmente los enemigos de los escenarios acuáticos, no apareciendo la mayoría en entregas posteriores de la saga o sirviendo como base para enemigos en la segunda entrega de Super Nintendo. Algunos son bastante curiosos como una especie de cerdo volador o un enemigo basado en un nautilus. Estos poseen patrones prefijados que deberemos aprender para afrontar de buena forma los niveles, por ejemplo, algunos escenarios saltan evitando ciertos espacios u otros intentaran perseguirnos cuando nos detectan. Si sumamos a esto los peligros propios del escenario como abismos, plataformas móviles o plataformas especiales que cambian su dirección cada vez que saltamos. El afrontar un escenario puede llegar a ser muy complejo, al conjugarse los elementos mencionados anteriormente y añadiendo uno bastante relacionado con la consola en sí, esto es la poca capacidad de mostrar grandes extensiones de los escenarios, causando que nuestra visión del entorno sea bastante limitada. Mencionar también que esto causa algo bastante curioso, pues si estudiamos la forma del escenario podremos darnos cuenta que si caemos por cierto lugar deberíamos caer en una plataforma visitada anteriormente, el problema es que cuando sucede esto perdemos una vida como si lo que existiera bajo nuestro pies sea un abismo más y no el escenario mismo que sabemos que existe allí.
Otro elemento importante que regresa de Donkey Kong Country es el uso de compañeros animales en determinados puntos del juego, aunque en este sentido la cantidad de ellos se reduce solo a dos: Rambi el Rinoceronte y Expresso la Avestruz. Estos personajes no aparecen frecuentemente en los niveles del juego, en el primer caso podemos encontrarlo en el primer nivel del juego y algunos niveles de bonus, mientras que el segundo es bastante raro de encontrar, siendo más frecuente en los niveles de bonus. Los niveles del juego cuentan con secuencias propias de su entrega mayor, donde debemos dispararnos de un barril a otro, saltar de liana en lianas. Aunque se incorporan algunas ideas vistas en Country 2 – de publicación posterior por la diferencia de unos meses – como el desplazarnos entre las redes que se desprenden de las velas de los barcos o utilizar unos torbellinos que nos sirven de trampolín con los que podemos desplazarnos hacia adelante para salvar abismos si nos mantenemos rebotando en ellos. Los niveles cuentan con una especie de círculos que sirven para salvar nuestro progreso hasta ese punto, una vez los toquemos se activaran con la forma de una mano con pulgar arriba. Algo parecido sucede con algunos accesos a niveles secretos que se pueden identificar por un círculo que posee la figura de una espiral que gira hacia su interior. Algo que aligera la dificultad del título es el hecho de que cada vez que terminemos un nivel quedara guardado nuestro progreso en nuestro archivo de guardado, al igual que en Country los niveles poseen distintos formas de completarlo, si los completamos al 100% – generalmente sucede si completamos el nivel y accedemos a todos los bonus del mismo – aparecerán el signo ‘’!’’ al final del nombre del nivel. Esto solo tiene por aliciente el completar la aventura al 100%, sirviendo para los jugadores más perfeccionistas, pero no aportándonos ningún extra al completar el juego.
Algo que destaca durante el juego es el tratamiento que tiene el mismo con los jefes de final de nivel, existen cuatro distintos y todos ellos son enemigos completamente nuevos, encontrándonos con enfrentamientos entretenidos que nos exigen una lectura del patrón de ataque de estos enemigos y de precisión a la hora de atacar a los mismos. Algunos de estos enfrentamientos a no sólo saltar sobre los enemigos para hacerles daño, sino que también a atacar a estos utilizando lo que sucede a nuestro alrededor, como los proyectiles de otros enemigos. La dificultad del juego no es extremadamente excesiva, aunque si puede resultar un rato al pasar el ecuador de la aventura, exigiendo bastante atención por parte del jugador al recorrer los niveles y a la hora de realizar los saltos. Nos encontramos entonces con un juego que va desde una dificultad regular – para la época – y que llega hasta una exigente, poseyendo una curvatura creciente que progresa de poco a poco. La duración del juego no es demasiado amplia pudiendo completarse entre 1 o 2 horas, siendo uno de los puntos del juego que juegan en su contra, especialmente porque no es excesivamente rejugable más allá de completar el 100% del juego y porque su dificultad no es lo suficientemente alta para que la duración del juego se extienda por este factor.
El apartado gráfico no es lo más potente de la consola ni su mayor virtud, pero destaca por intentar trasladar de la manera más fidedigna posible lo visto en la entrega de Super Nintendo, con unos sprites que representan de gran manera a los gráficos prerenderizados del juego. A pesar de ello se notan bastante los sacrificios que debieron hacerse para mantener este aspecto en particular, uno de ellos son las animaciones que son bastante toscas para cualquier personaje y enemigo, lo mismo sucede al sentir el control sobre el personaje sintiéndose la imagen algo pesada y con un desplazamiento bastante corto y algo trabado, especialmente cuando eliminamos a algún enemigo utilizando el salto. En contraposición a esto, se puede apreciar que el juego posee una gran cantidad de animaciones para cada elemento y personaje, pero que no resultan tan notorios por la falta de fluidez de las mismas. En esta misma línea hay que aclarar que el juego muestra una gran cantidad de elementos en pantalla más allá de los propios del escenario, como objetos, enemigos y compañeros.
Algo que destaca en el juego es el hecho de que a pesar de la escasa cantidad de mundos del juego – que completan una treintena de niveles – es la gran variedad de entornos que podemos encontrar en estos. Contamos con escenarios que van desde la clásica jungla de la franquicia, a escenarios bajo el agua, en la nieve, sobre un barco pirata, en una especie de templos precolombinos e incluso montañas. Todos estas parecen ideas reutilizadas de la entrega de Super Nintendo, y de su secuela posteriormente publicada, aunque se debe mencionar que estos escenarios poseen una vuelta de tuerca y un estilo que en general intenta ser más propio a la hora de desarrollar estos niveles y de representarlos gráficamente. También existen nuevas incorporaciones, que pueden ser algo chocantes si los relacionamos con el mundo de Donkey Kong, como el interior de un zepellin, los rascacielos de una ciudad y un mundo en el cielo plagada de nubes sólidas. Estos escenarios no poseen grandes elementos animados, pero si cuentan con un gran diseño de niveles y se las ingenian para no resultar repetitivos ni cansinos a la vista.
Otros elementos gráficos del juego corresponden a los vistos en los mapas de selección de niveles del juego (overworlds), los cuales se encuentran bastante trabajados y detallados para una consola de 8-bits, apartando una visión interesante del recorrido que realizamos por cada nivel del juego y expresando de manera más tangible la diversidad de entornos que podemos encontrar dentro de cada mundo. Por otra parte, contamos con una interfaz visual bastante limpia, aunque quizás utilice una porción de la pantalla algo más grande de lo que debería, a su vez puede pecar un poco de ser demasiado sencilla siendo compuesta por una barra negra y un par de corazones que corresponden a la cantidad de vida que hayamos acumulado. Como detalle el juego puede mostrar hasta cierta cantidad de corazones, de ahí en adelante se irán acumulando sin poder ser notado por el usuario.
En lo referente al apartado sonoro del juego podemos encontrarnos con una banda sonora del juego que apunta a emular parte del magistral trabajo encontrado en la primera entrega para Super Nintendo, a pesar del uso de un hardware de sonido muy por debajo del de aquella consola. A pesar de ello nos encontramos con una banda sonora bastante bien constituida, donde predominan las percusiones y los teclados. El juego cuenta con algunos remix de temas DKC, aunque añade sus propias melodías bastante variadas entre sí. Nos encontramos con un setlist bastante variado, donde se mantiene el tono enérgico y alegre de la franquicia, pero se añaden temas rítmicos que modifican su sentido según lo que busquen expresar, un ejemplo seria que en un escenario de cueva existe mayor sobriedad y en uno acuático mayor calma.
Los efectos sonoros del juego cumplen bastante bien su función encontrándonos con los tonos chillones – y por algún motivo memorables – que podríamos encontrar en la mayoría de los juegos de sistemas de 8 bits. Nos encontramos con recreaciones eficientes – coherentes y de tendencia más caricaturizada para la época – de salto, disparos de barril, el sonido al nadar, conseguir un plátano o el impactar a un enemigo, que son bastante perceptibles por parte del jugador.
https://youtu.be/tGVjk9OsZAE
https://youtu.be/cybt5qyrDk8
https://youtu.be/792hoEEYvRQ
En resumen, nos encontramos con un buen plataformas para la recordada portátil de Nintendo, pero también con un juego bastante interesante de la franquicia Donkey Kong, que posee uno que otro elemento llamativo que no fue repetido en entregas de sobremesa. Como juego es bastante entretenido, poseyendo un apartado gráfico bastante solvente y un apartado sonoro bastante recordable para el jugador. Su principal problema es la dificultad un tanto disminuida, especialmente si pensamos en sus entregas de 16-bits, y por otra parte su corta duración, dado que puede ser completado entre 1 y 2 horas. A pesar de ello lo recomiendo bastante para disfrutar de él de vez en cuando o simplemente jugarlo de un tirón.
Lo positivo
- Traslada gran parte del encanto de la saga Country en una portátil con hardware más limitado
- Un juego bastante entretenido, con ideas interesantes y una variedad de situaciones suficientemente grande para no perderle el interés durante lo que dura la aventura.
- Apartado gráfico y sonoro solvente, bastante bien implementando en la pantalla de la Gameboy.
Lo negativo
- Se esperaba una dificultad un tanto mayor, si se considera como un juego tanto de la saga Donkey Kong como de Gameboy.
- Una duración demasiado escasa, se echan en falta más mundo y niveles.
Nota: 7,6
Hasta aquí llega una de las entradas más postergadas dentro de mi lista de pendientes, espero sea de su agrado y les sea de utilidad si deciden probar el juego, o por el contrario comenten si es que han tenido contacto con el mismo. Nos vemos – espero pronto – en una próxima entrada.
PD: Varias de las imágenes poseen color debido a que han sido tomadas como si estuvieran siendo jugadas en una Super Gameboy.
Es una maravilla. Todos los DK de game boy de hecho lo son. Creo que éste en concreto es el juego que más veces he jugado en mi vida. Recuerdo hacer speedruns y todo y mi marca estaba inferior a 40 minutos. Una enfermedad. Ay, que lloro <3<3<3.
Es un juego bastante entretenido, algo breve, pero que mantiene la esencia de la saga intacta. Muy grato de jugar en momentos cortos. Lo de hacer speedruns lo encuentro interesante, hace poco vi la maratón de Speedruns en español, podrías participar en la próxima edición jaja.
Saludos! Gracias por comentar.