PLOTOBER 2018 – DÍA 06

El padrino del anime Plotober 2018

Seis días, ya, seis días. Vamos allá.



EL VACÍO

Hubo una época en la que había golondrinas. ¿Te lo he dicho alguna vez? Eso fue hace mucho tiempo. Podías ver sus nidos colgados en los tejados, y a las crías pidiendo comida a sus padres. Una vez, cuando tenía tu edad, más o menos, un polluelo se cayó a nuestro jardín. Casi lo pisé, era muy pequeño. El pobre no dejaba de piar, ni de temblar, ni siquiera cuando lo cogí y arropé con mi mano. Era una sensación extraña. Nunca había cogido algo tan pequeño como él en mi vida. Yo era el más bajo de mi clase, de todo el pueblo, casi. Jamás imaginé que pudiera haber algo más pequeño que yo. Sí, había visto muchos insectos, pero, creo que entiendes lo que quiero decir, ¿verdad? No era solo que hubiera algo tan minúsculo, sino que me sorprendió que fuera tan débil y que dependiera por completo de mí. Así que la llevé a mi habitación con cuidado, la puse en un cartón y la cubrí con una mantita para que tuviera algo de calor. Le di un poco de maíz, y algún bicho, para que comiera. Cuando les dije a mis padres lo que había pasado, no pareció importarles mucho. Eso era normal, al pequeño no le hacían caso. Así pasaron varias semanas, y un día, como si supiera que llegó el momento, mi golondrina alzó sus alas y se marchó volando. No le dije adiós, simplemente vi como partía hacia el campo. Sin embargo, sí que pensé en mi hermano cuando salió del pueblo a buscar trabajo en la ciudad, un oscuro día de primavera, con promesas de tormenta en el horizonte. Al contrario que entonces, cuando el pájaro se fue, el día era soleado. Y también, a diferencia de ese día, sí que noté que algo dentro de mí se había ido. Quizás, me dije, por eso mamá y papá estaban tan tristes. 
Como te digo, ha pasado mucho desde aquella época. Ahora, ya no hay ni hermano, ni padre ni madre, ni siquiera golondrinas. Sin embargo, a veces, cuando te diriges con el coche por la carretera comarcal, y llegas a mi pueblo, puedes ver algunas casas que han quedado como la mía, vacías, igual que los nidos que colgaron en nuestro tejado, en todos los tejados. Aún se mantienen, casas y nidos, inmutables al paso del tiempo, pero ya no hay cantos, no hay alas batiendo, no hay polluelos que cuidar. 

Zillion

Isaac Lez accion, aventura, Master System, Sega, Zillion

Zillion es un juego programado, publicado y distribuido por Sega para Master System en 1987, saliendo en ese mismo año en Japón, Estados Unidos y Europa. Basado en el manga y anime del mismo título, nos vamos a encontrar con un juego de acción y aventura que por su aspecto no lineal y de exploración se le compara con los Metroid de Nintendo, con los cuales comparte algunos elementos. El juego goza también de una secuela del mismo título que será analizada algún día, aunque no será hoy.

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Luigi’s Mansion – Análisis [ProbetaDeJuego]

Javi Mínguez [Orgem] EDI, El Dato Incorrupto, gc, luigi, mario, Nintendo, Nintendo GameCube, Orgem, ProbetaDeJuego, review, Videojuegos

Fantasmas, lémures, yuréi… independientemente de la historia y la cultura siempre ha existido esa creencia en los fantasmas. A veces con fe, otras con miedo. Podías llamar a un espiritista, un médium… o podías seguir el lema más popular de los años 80 y llamar a los cazafantasmas. La idea de tener una agencia, cacharros extravagantes y poder atraparlos no solo dio para películas taquilleras si no para llevar todo este universo de casas malditas y abandonadas a un contexto nuevo.

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DARLING IN THE FRANXX

El padrino del anime Animación, Anime, Bandas sonoras, crítica, mechas, Música, Pero esto qué es, Reflexiones varias de un padrino

Nani no ninaaaa, nino ni noni nononiiiiiiiii
Ah, Darling in the Franxx. Muchos estaban esperando con ansias su estreno, yo incluido. Quiero decir, ¡es una serie del estudio Trigger, los que se fueron de Gainax! Algo así no pasa desapercibido. Como tampoco el hecho de que el estudio A-1 Pictures estuviera también involucrado, el mismo que ha hecho series como Sword Art Online. Eso para algunos podría sonar malo, pero la verdad es que yo no le di mucha importancia. Vamos, ni siquiera supe, hasta que vi los tres primeros capítulos, que era una coproducción (así soy yo, chavales). En fin. Seguí la serie conforme iban sacando los episodios (cosa que no suelo hacer), viendo cómo Internet ardía por, honestamente, chorradas, y, tras varias semanas, la terminé. Al principio, recuerdo que el episodio final me dio risa más que otra cosa en algunos momentos. Luego, lo pensaba bien, y me decía que, quizá, no fui demasiado justo. Y ahora, que han pasado 3 meses desde que finalizara, me doy cuenta de que echo de menos esta serie.
Fans del anime al unísono: "¿Cómorl?"

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Reseña: Shoujo☆Kageki Revue Starlight.

Ruben Rojas Anime, anime original, artístico, drama, es tan cursi pero tan bonito, estilo Ikuhara, franquicia plataformas, no es de idols, realismo mágico, reseñas, slice of life, surrealismo, teatral

Si en el transcurso de esta temporada Planet With fue mi principal prioridad desde que se anuncio por las expectativas que tenia puestas en su escritor, Revue Starlight fue la serie que de manera sorpresiva e inesperada logro captar mi interés y atención semana a semana con su única puesta en escena.
Tras haberla ignorada en un inicio pensando que seria otra serie de chicas que desean ser ídolos para el ya extenso montón, los constantes comentarios positivos y comparaciones con series como Utena picaron mi interés en ella al punto de ver sus primeros episodios. No obstante aun cuando no me encontré con algo maravillosamente revolucionario o en su defecto aburrido y genérico, tropecé con una serie original que apuesta por demostrar la pasión de su producción tan pronto como se abre el telón ante el espectador.

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PLOTOBER 2018 – DÍA 05

El padrino del anime Plotober 2018

Quinto día, señores.

ESOS OJOS

No había nada interesante en la televisión. Pero a pesar de ello, seguía mirándola, cambiando de un canal a otro, casi por inercia. Telediarios, anuncios, programas del corazón, documentales… Nada le llamaba la atención. Aún así no había nada mejor. Y en uno de ellos, sonaba una canción que le sonaba. Se paró, la siguió escuchando, un poco, un poco más… No, falsa alarma. Siguió recorriendo los canales, y de pronto, velozmente, volvió otra vez al de esa canción. Había recordado algo más sobre ella. Algo borroso, que se iba aclarando, un poco más, sí… Unos ojos, unos ojos en los que siempre pensaba, pero, no recordaba de quién eran… Un poco más… Ah, creo que ya está…

Él tenía quince años, y estaba en una discoteca, pero no bailaba. Bailar era una cosa que no le iba para nada, a pesar de que era bastante bueno. Se quedaba siempre en la barra, jarra de cerveza en mano, mirando cómo sus compañeros se movían al son de las canciones, a veces solos, otras en pareja. Los estudiaba bien. Ignacio bailaba siempre apoyando su pierna derecha cada dos minutos, Rubén movía los brazos como si fuera Uma Thurman en Pulp Fiction, y en cuanto a David y a su novia (pareja desde los cinco años)… bueno, ella era la que bailaba de verdad, él hacía lo que podía (parecía un pato mareado). Así habían pasado los viernes de los últimos dos años, desde que conoció a su pandilla. Sin cambios, sin excepción. La rutina de costumbre, así lo llamaba. Hasta que llegó ese viernes de junio del 87. Ese día parecía como uno más. Él en la barra, con su cerveza, mientras los miraba bailar. Entonces,  a eso de las doce de la noche, cuando ya empezaba a llenarse el local, ella llegó. Era una mujer alta, con pelo corto de un color rubio brillante, algunas pecas le poblaban la cara. Llevaba un traje de color rosa que le llegaba hasta la cintura, y una chupa negra, a pesar del calor que hacía allí. Nadie, salvo él, se fijó en ella. Le echó 20 años, quizá 24. Con absoluta gracia, se sentó en la barra, y pidió un Martini. Él hacía todo lo posible por dejar de mirarla, pero había algo de ella que lo atraía. No sabía por qué. No era una mujer atractiva como las que había visto en muchas revistas, o algunas profesoras de su instituto, aún así, le costaba no observarla. Por supuesto, ella le pilló. Se dirigió hacia su sitio con decisión, y, mientras él esperaba una bofetada en la cara, ella se acomodó en el taburete que había a su lado, mirándole fijamente, con unos ojos que no parecían humanos. El corazón le iba a mil por hora.

–¿Qué haces aquí solo, chiquillo? 

–No… No estoy solo. Mis amigos están bailando en la pista, allá.

Señaló a sus compañeros, y ella los miró. Sonrió cuando vio a David.

–Tu amigo no es bueno.

–Ya. Siempre dice que uno de estos días va a aprender a bailar, pero no lo veo por la labor. El pobre…

La mujer sacó un cigarrillo mientras lo escuchaba.

–¿Te importa que fume un rato?

–Oh, no, adelante. Usted misma.

–No me llames de usted. ¿Crees que soy muy mayor?

–No, perdón, es la costumbre. 

Esos ojos, esos ojos, cuanto más los miraba, más le gustaban. Ella debió de percatarse de ello, porque le sonrió. Echó una nube de humo hacia el techo, y le preguntó:

–Bueno, ¿cuántos años tienes? Porque para estar solo a estas horas…

–Quince.

–¿Sólo? Pensé que tenías más.

–Me lo dicen a menudo. Supongo que será el gimnasio.

Ah, vas a un gimnasio. Entonces te va el ejercicio.

–Sí, me gustaría dedicarme a ello algún día. Aunque mi padre dice que debería hacer otra cosa.

–También me decían algo parecido los míos. Y creo que me habría pegado un tiro si les hubiera hecho caso.

–¿Y qué es lo que te dijeron que hicieras?

–Que fuera dentista. No estoy hecha para andar en bocas ajenas. 

–Ya…

–Estudié derecho. Puede que suene a coñazo, pero me gusta. Y se me da bien memorizar cosas.

–Ajá.

–Y a ti, ¿qué quiere tu padre que hagas?

–Policía, o bombero. A veces hasta me dice que por qué no me alisto al ejército, con el fondo físico que tengo.

–Uh, el ejército. 

Él se sonrojó, y ella se rió al verle como un tomate.

–Bu.. bueno… No es que me desagrade el ejército… Pero no sería mi primera opción. 

–Lo tuyo es ser deportista.

–Sí, boxeador, o quizá culturista. Como el Chuache.

Ella se rió con muchísima fuerza. 

–¿El Chuache? ¿De verdad lo llamáis así?

–Pues sí, porque a ver quién se sabe su nombre, con lo difícil que es.

Ella se siguió riendo más y más, y él se contagió con su risa. Hacía mucho tiempo que no se reía así.

–Ay, estos jóvenes…

–Sí. Estos jóvenes.

Cuando él se acabó la cerveza, ella hizo lo propio con el Martini. Comenzó a mirarlo con interés. Él se incomodó un poco, porque esos ojos que tanto le gustaban, esos ojos que no le parecían de este mundo, estaban ahora solo para mirarle a él. De fondo sonaba esa canción. 

–¿Bailamos?

–¿Qué, bailar? No, no se me da bien. Casi soy peor que mi amigo, no creas…

Se giró para verlos. Ya no estaban. Rápidamente, miró su reloj. Habían pasado, sin que él se percatara, casi tres horas. 

–Venga, chico. Bailemos.

Le tendió la mano. Él la miró. Era una mano grácil, en la que uno se esperaría que hubiera un sinfín de anillos, pero sólo había una alianza. Una alianza plateada, tan brillante como el pelo de esa mujer. 

–Te vas a arrepentir.

–No, créeme. No me voy a arrepentir.

Bailaron y bailaron. Él, al principio, pese a su habilidad, no lograba sincronizarse con ella, pero poco a poco fueron acompasando sus movimientos, como si llevaran toda la vida juntos. Pasaron así las horas, hasta que ella se ofreció a llevarle a su casa, pero pararon en el apartamento de la mujer., un apartamento vacío. Siempre se dijo a sí mismo que nunca olvidaría el tacto de la boca de esa mujer, su cuerpo, su pelo… Pero no cumplió su promesa. Sólo recuerda esos ojos tan poco humanos, esos ojos que no parecían de este mundo. 


Retro Review: The Legend of Zelda: A Link to the Past (Redux)

José Manuel Suárez consolas, Retro, Reviews


La Super Nintendo había llegado junto a una cantidad de títulos que incrementaron su popularidad de manera vertiginosa, por lo que Shigeru Miyamoto encontró una posibilidad de rescatar una de sus sagas insignes que, de cierta forma perdió cierto gancho en su segunda parte con una redención que si bien regresaba a sus orígenes en términos de jugabilidad, traería nuevas mecánicas sin contar que aprovecharía cada uno de los 16 bits de la consola de Nintendo mediante una magistral epopeya que se desarrolla entre dos mundos.

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Melodía del Viernes: Jungle Theme (Contra.- NES)

Isaac Lez Contra, Jungle Theme, Melodía, Melodía del Viernes, Música, probotector

La versión de Contra para NES es una de las más recordadas de esta primera entrega de una legendaria que tendría su punto álgido en mi opinión con el fantástico Contra: Hard Corps de Mega Drive y más recientemente  con los igualmente increíbles Contra: Shattered Soldier de Playstation 2 y Contra: Hard Corps Uprising de Playstation 3 y XBox 360. La música del juego fue capturada perfectamente por el chip de sonido de NES, salvando las distancias, lo que significa unas fantásticas melodías de la mano de Konami,que nunca defraudaban en este aspecto, y escojo entre todas ellas el tema de la jungla, primer nivel del juego. Que la disfrutéis.

Por qué The World Ends With You es brillante

Suditeh 3DS, amor, crítica, gloria, joya, NDS, remake, switch, The World Ends With You, twewy, Videojuego


The World Ends With You es mi juego favorito.


Menuda sorpresa, ¿eh? El tío que lleva 9 años escribiendo en un blog que homenajea el título de un videojuego, el tío que ha escrito dos análisis sobre él, publicado una entrada alabando su música, colgando un recopilatorio de las ramas evolutivas de sus pins, que lo recomienda cada vez que tiene ocasión y que 65 días antes de la salida del relanzamiento en Switch empezó en twitter un hilo de fangirleos diarios, ese tío. Ya sabéis, ese que se lo ha speedruneado en 4 días esta semana y completado al 100% un par de veces en los últimos años y que cada poco está twitteando sobre lo mucho que le gusta su banda sonora. Pues resulta que es su juego favorito y hoy quiere hablar de sus mecánicas, narrativa y cómo hace para no dejar de subir y mejorar nunca.

El giro de guión más inesperado de la historia de la humanidad, lo sé.

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PLOTOBER 2018 – DÍA 04

El padrino del anime Plotober 2018

Esto sigue, bellacos. Ar, marinero, claro que sigue.
LE LLAMABAN MISIFUS

Todos conocen su leyenda, ¿verdad? Sí, no os hagáis los remolones. Hablo del único, el inigualable, el indomable, amante de mininas de todos los rincones, furtivo contrabandista, sí, hablo del gran…
–¿Gato con botas?

–¿Cómorl?

–Sí, hombre, el gato con botas, ya sabes, el que tiene la voz tan sexy y todo eso.

–Pero ¿qué diablos te has estado fumando hoy, pequeño infusorio?

–Fumar nada, beber sí, una Coronita, pero ya está. ¿Estás hablando del gato con botas, no?

–Pues no, no me refiero a ese gato, sino al gato ¡Misifus! El grande, el único, el…

–¿Misi qué? A ver si el que está fumando ahora eres tú.

–Joder, que no, que hablo de Misifus, hombre, es un gato famosísimo, no hay nadie que no lo conozca, hasta los más jóvenes han oído hablar de él.

–Puesssss… No, no me suena. Venga, hablemos del fútbol o algo, que para que me des un rollo sobre un gato…

–¡Maldita sea! ¿No ves, oh desgraciado, que estoy a punto de narrarte una historia épica sobre el mayor felino que haya pisado la faz de la Tierra?

–¿Viste el golazo que marcó Ramos? Dios, qué golazo. ¡Pum! Y a tomar por culo. ¿Lo viste, eh, lo…?

–¡Me defeco en todo lo defecable! ¡Me cortas el rollo! ¡Misifus merece mayor respeto que esto!

–Bueno, venga, dime algo de ese gato. Anda.

–Pues verás… Era un frío y aciago día de invierno. Los gélidos vientos del norte sojuzgaban a los habitantes de esta, oh idílica ciudad nuestra. Entonces, sucedió. 

–¿Qué sucedió?

–Que el gran Misifus apareció de entre los coches, y tan solo con sus ronroneos supersónicos, pudo lograr aumentar la temperatura de la ciudad, haciendo que el crudo invierno que nos sojuzgaba pasase… ¡AL CÁLIDO Y FRESCO VERANO! ¡TODOS EN LAS PUTAS TERRAZAS! ¡Y OH, MISIFUS, CON TANTA GRACIA COMO APARECIÓ, SE DESVANECIÓ SIN QUE NADIE SE DIERA CUENTA, SIN QUE NADIE LE AGRADECIESE NADA! ¡PERO YO, YO LO VI! ¡UNA MARAVILLA DEL CIELO, UN REGALO PARA NOSOTROS, MORTALES INGRATOS! ¡OH MISIFUS!

–… ¿Qué cojones ha sido eso, tío?

–Ni idea, una mierda, supongo. Me ha salido así, de repente.

–Joder. Imagina que la publica alguien en un blog, o algo. 

–Pfff, ni de coña, tío. Oye, ¿ese tipo nos ha estado mirando mucho o me lo parece a mí? ¿Y no lleva una libreta?

–Pues ahora creo que se ha dado cuenta de que le hemos visto. 

–Que se va, macho.

–Bueno, ¿y qué?

–Pues que a lo mejor es periodista y quiere coger tu historia.

–¿Y?

–Que se llevaría él todo el mérito.

Los dos amigos miraron sus cervezas, se las acabaron enseguida y salieron como alma que lleva el diablo del bar. Ese día, los transeúntes pudieron ver cómo un periodista era perseguido por dos tipos que no podían casi ni correr de la embriaguez que llevaban encima, y estos a su vez eran perseguidos por el dueño del bar, con escopeta en mano y al grito de: «¡MOROSOS HIJOS DE PUTA!» Lo bueno de todo esto, es que no dejó a nadie a cargo de su establecimiento, por lo que todos los clientes disfrutaron de varios litros gratis de cerveza. Qué generoso, este hombre.

Unboxing Assassin’s Creed Odyssey Medusa Edition

Atreides Alexios, fantasía, histórica, Kassandra, Mitología, Rol, Sandbox, UNBOXING, Videojuegos

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Ubisoft se creó mala fama hace unos años con juegos que salieron con un gran bajón gráfico respecto a lo que habían enseñado (Watch Dogs) o repletos de bugs (Assassin’s Creed Unity), aparte de acusarles de repetirse mucho. Han corregido estas cosas y sus juegos vuelven a tener una gran calidad pero, incluso en los peores momentos de la compañía, nadie les acusó nunca de hacer malas ediciones especiales.

De hecho, Ubisoft tiene una división, Ubisoft Collectibles, que se dedica a hacer algunas de las mejores figuras basadas en los juegos de la compañía.

Para el lanzamiento del grandioso AC Odyssey han sacado distintas ediciones y la que más me gustó por la espectacular figura que incluye y por su estupenda relación calidad precio es la Medusa Edition.

En el vídeo tenéis el unboxing y a continuación os detallo un poco lo que contiene y añado fotografías más cercana para que podáis haceros a la idea de si os merece al pena o no.

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PLOTOBER 2018 – DÍA 03

El padrino del anime Plotober 2018

Tercer día. A ver qué se me ha ocurrido.

INAMOVIBLE

La masa fecal, mierda si se prefiere, apareció a primeros de mayo. Nadie sabe cuándo, ni quién o qué la depositó, pero estaba en medio de toda la acera. No era grande, ni tenía un tamaño diminuto. Se veía bien desde la distancia, mas algunos incautos la pisaron, y, cómo no, se mancharon la suela de los zapatos. Cuando llegó el barrendero para quitarla, vio con asombro que no podía, que estaba demasiado pegada al suelo. La tocó, y comprobó que su consistencia era blanda, y ni por esas lograba arrancarla de la acera. Muchos más barrenderos vinieron, no obstante, ninguno de ellos, ni siquiera juntos, pudieron sacarla. Era un excremento extraño, que fue protagonista, conforme pasaban los días, de numerosas fotos, editoriales y artículos en los periódicos, tertulias televisivas, y hasta campañas de Internet (algunas la usaban como ejemplo de la resistencia frente al gobierno opresor, unas pocas para ensalzar la resistencia del país frente a la crisis económica que sufría, y la mayoría de ellas para, simplemente, reírse un rato), manteniendo así a los ciudadanos en vilo sobre este curioso acontecimiento. Fue entonces cuando el gobierno, anonadado ante la resistencia de esta cagarruta, decidió llamar a las autoridades científicas pertinentes para que arrojaran algo de luz al asunto. Cuando llegaron a la zona, que acordonaron por seguridad (algunos pensaban que todo era una conspiración, y no les culpamos, la verdad), procedieron a la toma de muestras. Para su asombro, el excremento seguía todavía fresco, a pesar de que habían pasado casi tres meses desde su descubrimiento. Una semana después, tras arduos estudios, se determinó que el moñigo pertenecía a un ser humano (cosa que, por desgracia, no sorprendió a muchos) y más concretamente, a uno que murió hace cinco años. El culpable no era otro que el señor Mateo, un jubilado asqueado con la sociedad que antes de morir, juró que «Iba a dejar una mierda en la acera que no la quitará ni Dios ni Cristo que lo fundó». Pese a la seriedad con la que lo decía, nadie, por supuesto, le tomó en serio. 

Reseña de anime: Steins;Gate 0.

Ruben Rojas Anime, cosas de japón, novelas visuales, reseñas, sci fi, slice of life, teorías y opinión, thriller

Las narraciones tiene un principio, pero no un fin de su potencial. 
~Infinito~
Comercializarlas también tiene su comienzo, 
pero su propia ambición provoca su destrucción. 
~Finito~
Son aquellos que poseen los derechos de autor quienes son los mas necios. 
La historia repetidamente nos ha demostrado esto.
El fan que vive solo de anime no sabe como es la novela visual. 
He incluso si lo supiera esta condenado a la decepción.
Es mas ridículo el escritor que decide hacer una secuela innecesaria, 
que el fan que comienza a leer la novela visual de la que se adapto su anime favorito.
Esta es la historia de aquellos que lucharon contra el ultimátum final del autor…
Este es el epigrama de su obsesión.

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Especificaciones técnicas de los equipos MSX

José Manuel Suárez Computadoras, Hardware, Monográficos, Reviews


Nacido en 1983 como un intento de unificar las arquitecturas de hardware al mismo tiempo que permitía reducir los costos, el estándar MSX fue afianzándose durante poco más de una década, a través de cuatro revisiones muy bien definidas a pesar de que a medida que iba pasando el tiempo el interés de los desarrolladores iba menguando hasta terminar abandonada en favor de otras arquitecturas mucho más avanzadas, pero esto no significa que el estándar MSX haya quedado en el olvido ya que a pesar de que se ha intentado relanzar varias veces con nulos resultados, cuenta con una comunidad de aficionados bastante saludable que va creciendo con el paso de los días. Por lo que ahora repasaremos cuáles eran las especificaciones técnicas de cada una de estas revisiones para conocerlas más a fondo.

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PLOTOBER 2018 – DÍA 02

El padrino del anime Plotober 2018

La verdad es que esto de no tener una lista es bastante lioso… En fin, veamos qué he escrito hoy.

UNA COLA MUY GRANDE


Se despertó. Estaba tendido en el suelo, y sobre él había un enorme cielo cubierto de nubes, demasiado cubierto de nubes. Se levantó, pudiendo ver una enorme cola, que se extendía hasta el horizonte. No tenía nada mejor que hacer, así que decidió esperar, a ver qué sucedía. Había gente de todo tipo: jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, africanos, europeos, rubios, altos, bajos… Sin embargo, no conocía a nadie, ni nadie parecía conocerle. Así que supuso que no estaba cerca de casa. La cola era larga, sí, tan grande como la eternidad, y mientras esperaba, preguntaba a los que estaban a su lado, que si sabían qué pasaba. Lo desconocían. Eran un hombre y una mujer con dos niños pequeños, con los que jugó mientras la cola se iba acortando. Pudo ver cómo más gente se iba sumando a la par que avanzaban, pero de igual modo, cuando le preguntaban qué era esto, él no lo sabía, y a la vez, ellos no sabían cómo habían llegado hasta allí. En el tiempo que pareció un eón, por fin pudo llegar su turno. Vio cómo la familia pasaba a través de una gran cortina roja, y después, le tocó pasar a él. Dentro estaba un hombre con traje elegante, sentado en una silla. Un hombre joven, muy serio, muy cansado, que no dejaba de escribir en una hoja sobre una mesa. Le señaló que se sentara en la silla que había enfrente de él. Y así hizo.
–¿Nombre?

–Emm… Roberto. Roberto López… Gómez.

–Ajá. ¿Edad?

–Pues… – Empezó a contar los dedos de las manos, mientras el hombre le miraba seriamente–. Pues… Siete. Creo que dentro de poco cumpliré ocho.

–Ya veo. Bien, Roberto. ¿Sabes lo que te ha pasado?

Roberto no dijo nada. El hombre resopló un poco, cerró su bolígrafo y juntó sus manos, mirando fijamente al niño.

–¿No recuerdas nada de ese día? ¿La comida en el campo con tus padres? ¿Cuando estabas jugando con tu hermana?

Roberto se rascaba la cabeza, pensando. El hombre parecía impacientarse, y a la vez compadecerse de él. Roberto seguía y seguía rascándose la cabeza, hasta que de pronto se detuvo en seco. El hombre arqueó una ceja, sin dejar de mirarlo. Roberto comenzó a tocarse, a pellizcarse. 

–Ya veo que lo recuerdas.

–El agujero… No lo vi… Pero…

–Lo siento chico. Fue una caída espantosa. Te partiste la cabeza. Instantáneo, no sentiste nada (eso fue lo mejor). 

Por supuesto, todo lo dijo por protocolo. Claro que no lo sentía. Mas la culpa no era del todo suya, había visto tantas cosas así, e incluso peores, que ya se había acostumbrado a todo.

–Bien, puedes seguir. Ya hemos acabado. Ten un buen día.

Roberto no se movió. Se quedó en su sitio, temblando, sin poder creer lo que decía. 
Esto también lo había visto muchas veces el hombre.

–Oye, tengo mucho trabajo por…

Roberto comenzó a llorar. Nada fuera de lo común, aunque sucedía más en adultos que en niños.
El hombre suspiró, y se levantó hacia él. Puso su mano en el hombro del chico.
– Vamos, vamos, sé que es un trago difícil, pero ahora estás en un lugar mejor, créeme.

–¿Un lugar mejor? ¡¿Cómo va a ser este un lugar mejor?! ¡¿Usted es tonto?!

El hombre quitó su mano, y dejó que Roberto se desahogara. Miró hacia la gran cortina roja, como siempre hacía cuando pasaban estas cosas. Se imaginaba la enorme cola que había allí. Ya ni se acordaba del tiempo que llevaba en este trabajo, si es que se podía llamar así, puesto que no tenía remuneración alguna (si bien no la necesitaba). No obstante, contaba con descansos, lo cual era un alivio. Sí que recordaba la primera vez que llegó allí, con la misma edad que tenía el chico que ahora estaba sentado llorando ante él. Normalmente los que llegan aquí no envejecen, solo los que trabajan en este lugar tienen derecho a ese privilegio, o maldición para algunos. Lo único que les une es que ya no pueden morir otra vez. 

El hombre miró a Roberto, que se enjugaba las lágrimas. Cuando acabó, se giró hacia al hombre.

–¿No podré ver a mi familia de nuevo? ¿Ni a mis amigos?

–No, lo siento. 

–Pensaba… Pensaba que nosotros podíamos verles desde arriba.

–No, chico. Lo siento. No es posible. Estás a demasiada altura, no verías más que nubes.

Roberto se secó una lágrima que se le escapaba. 

–Y a usted, ¿qué le pasó?

El hombre respiró hondo. Pese a que le habían hecho la misma pregunta varias veces, nunca se había acostumbrado a ella.

–Tenía tu edad. Me atropelló un coche cuando cruzaba el paso de peatones. 

–¿Echa…? ¿Echa de menos a sus padres? 

Esta pregunta se la habían hecho menos veces. 

–A veces… pienso en ellos. Deben de seguir vivos, porque todavía no los he visto pasar por aquí… Sí, suelo pensar en ellos. 

Se quedaron en silencio. 

–Lo siento, chico. Este no es un lugar mejor. Ni de lejos.

–Ya. 

–Ni siquiera es un tránsito, como algunos dicen. Es… 

Roberto le miraba fijamente. El hombre también.

No es un lugar mejor, desde luego.

–¿Y qué hacemos aquí?

–No lo sé. Vivir, hasta el fin de los tiempos. Supongo. Pero no lo sé.

–Ya.

Roberto se levantó de la silla, lentamente, hacia la salida. A pocos pasos, le preguntó al hombre:

–¿Cuál es su nombre?

–Félix.

–¿Podré verle otra vez, Félix?

Eso ya no se lo habían preguntado tanto.

–Sí, en los descansos. Me verás fumando ahí fuera, no te preocupes. 

–Vale.

El hombre vio cómo Roberto se alejaba por la salida. Después, cuando ya le perdió, volvió a su mesa, cogió el papel, y comenzó a escribir otra vez. Dentro de poco, tendría un descanso. 






Ghosts ‘n Goblins (NES)

Isaac Lez accion, arcade, Capcom, Ghosts 'n Goblins, Micronics, n.e.s., nes, Nintendo, plataformas

Ghosts 'n Goblins es un juego programado, publicado y distribuido por Capcom para recreativa en 1985, siendo portado a otros sistemas como NES, ZX Spectrum, Atari ST o Game Boy Advance. La versión de NES, programada por Micronics, salió a la venta en Japón en 1986, pero no llegaría a Europa hasta el 23 de marzo de 1989. En cualquier caso nos encontramos ante una fantśtica conversión del original, por lo que se trata de un excelente juego de acción y plataformas con una dificultad endemoniada y mil veces imitado.

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Sucker Punch – La caída de Zack Snyder

Chato Maltés

Zack Snyder es un director cuya carrera a lo largo de los años me ha… decepcionado. Muchos aficionados del cine siempre lo han tenido como un chiste, pero a mi me gustaron mucho sus primeros trabajos: el remake de Amanecer de los Muertos de 2004 es una genial película de zombies, pasé una gran parte de mi adolescencia citando escenas de 300 y Ga’Hoole: La Leyenda de los Guardianes la considero una película mágica incluso teniendo en cuenta que es un downgrade respecto al material fuente. Teniendo esto en cuenta, es natural que tuviera un poco de expectación a la hora de ver su quinta película, Sucker Punch, un film anterior a Man of Steel, el DCU y la subsiguiente “caída” de Snyder. ¿Estaría acaso delante de una joya oculta reflejo de los buenos tiempos de Snyder?

Nah. Lo cierto es que acabo de verla y es un film flojucho, pero sí tiene un par de particularidades que merecen tener un minuto de atención… tanto para bien como para mal.

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