¿Cuál es para vosotros la definición del perfecto remaster? Seguro que me diríais ahora mismo que sería aquel que respetase religiosamente la jugabilidad del original y solo se limitase a darle un lavado de cara gráfico y poco más. Y tendríais toda la razón del mundo, pero para mí eso no es suficiente. Un buen remaster no debe limitarse a recauchutar el juego para que se vea más bonico todo, también tiene que pulir y readaptar sus mecánicas en aras de una mayor comodidad y disfrute para los jugadores veteranos y venideros. Que se note todo los avances que ha conseguido la industria en estos últimos 20 años ofreciendo una jugabilidad más cómoda y por ende más disfrutable.
Pero claro, está el coste de encabronar a los “Puretas.” Nazis de la preservación incorruptible del juego que tomarían como una violación de la sacra virginidad de su amado título, hasta el más leve cambio de la mecánica más imperceptible del mismo. Moverse entre estas 2 instancias es caminar en la cuerda floja y no es fácil contentar a todo el mundo. Afortunadamente, los putos genios de NightDive Studios han comprendido esta tesitura a la perfección y han confeccionado el remaster de manual. La perfecta readaptación del clásico de Nintendo 64 con todo lo alucinante que recordábamos de esté y sin ninguna de las hijaputadas arcáicas ni apéndices vetustos de los que nos ha cegado la nostalgia. Todo lo bueno del icónico shooter de los 90, con todas las comodidades y ventajas de los shooters actuales. El Matrimonio idílico que debe seguir al pié de la letra todo buen remaster. Y ahora os xplicaré por qué.