Crónica: Madrid Gaming Experience 2017

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Ya, lo sé, ha pasado ya una semana desde su inauguración, pero ya que me he invitaron con un pase de prensa con la premisa de cubrir y documentar todo el evento bajo las pretensiones de ser un periodista profesional y no un gorrón profesional, creo que me veo en la obligación de haceros una crónica contándoos con detalle todo lo que me ofreció y lo que en ella aconteció. Así que nada, allá va. Esto fue la Madrid Gaming Experience 2017:

 

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Nada más entrar lo primero que te venía a la cara ese gran y ostentoso escenario dedicado a los E-sports. Con 7000 y pico sillas para espectadores, una pantalla más larga que las temporadas más insufribles de The Walking Dead y 2 comentaristas que narraban las partidas como se estuviera jugando el partido definitivo que decidirá el destino de la humanidad, estaba ante el colosal monumento de los Niños-Rata. El monolito de adoración para niñatos que aún no les habían bajado los huevos y el santa sanctórum de los renacuajos con voz de pito que pueblan el online de todo multijugador concebido hasta el momento.

¡Pero qué cojones! Tampoco voy a actuar como un viejo rancio y amargado que no quiere comprender ni respetar cualquier nueva tendencia que aparece en la palestra. Lo digo siempre y siempre lo repetiré, los E-Sports son un deporte legítimo, ya que como en cualquier deporte, es un ámbito donde 2 partes contrapuestas y en igualdad de condiciones demuestran quien es la mejor haciendo gala de su pericia y habilidad. Que no se haga ejercicio físico, no cambia el hecho de que sea un deporte. El ajedrez se práctica con el culo sentado durante horas ejercitando únicamente tu cerebro y es uno de los deportes más prestigiosos y respetados del mundo. Bien es cierto que los E-Sports ni de coña se pueden comparar con el ajedrez, pero el hecho de que ya se los llame deportes, es un gran paso para su reconocimiento como actividad legítima y constructiva y se le quite el estigma de ser un simple juego de niños.

 

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Ahora bien, lo que nunca entenderé y paso como de comer mierda para comprenderlo es el hecho de como un montonazo de críos y de gente puede llegar a mover su culo cientos de km y pagar un dineral como entrada (16 pavazos que costaba este año la broma) para VER A GENTE JUGAR. Y especialmente cuando pueden hacer lo mismo cómodamente desde su casa y sin pagar ni un duro. En fin, a lo mejor es que los mejores jugadores de ese mundillo son enormes ídolos de masas que mueven cientos de personas. Pero coño, yo de momento no he visto fangirls mojabragas que griten al unísono “¡Queremos un hijo tuyo!” al mejor jugador del LOL. En fin, quizá es que me esté volviendo viejo de verdad y halla algunas cosas que se escapan ya a mi comprensión. Sigamos con la crónica.

Una vez más el Stand de Sony vuelve a sorprender. Esta vez para anunciar la exclusividad más próxima y golosa que tenía entre manos: Gran Turísmo Sport. Con un cochazo GT luciendo en todo su esplendor y montón de cabinas cilíndricas que simulaban estar en el interior de la cabina de un coche, Sony supo cómo impresionar a la peña invirtiendo bien sus dineros. Aunque coño, ya podían esmerarse un poco más en mostrar muchos más juegos y contenido. De lo poco que ofrecía Sony más allá del Gran Turísmo era un par de stands con el VR oficial de Sony (El cual hablaré más adelante) y nada más. Era como si solo presentase lo justo y necesario para cumplir con la feria de turno y pirarse. Aunque coño, dentro de lo que cabe al menos no fue el triste Stand de Microsoft

 

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Porque esa es otra historia. Justo al lado del de Sony estaba el stand de Microsoft y era de lo más escueto y modesto de toda la feria. Toda una contradicción al estar frente al gigante verde de las consolas. Al menos tenía los juegos más chulos y apetecibles para mi gusto de toda la feria, así que ¿Qué coño importaba tener un tenderete cutre cuando puedes jugar a Sombras de Guerra a 4K? BRUTALIZAR es un espectáculo erótico y hemoglorioso hasta si lo haces en el chiringuito más mugroso. Y joder, se notaba que la demo que me ofrecieron esta preconcebida y preparada para sacarse la polla en todos su ámbitos enseñándote todas las novedades y fortalezas del juego. Un asalto frontal a una fortaleza de Orcos con toda la libertad táctica que la joya de Monolith te ofrecía. Desde cargar con todo tu ejército en un ataque directo, hasta infiltrarse sigilosamente por una entrada, obertura o escalando, para cazar uno a uno a los lugartenientes y capitanes. Y ni rastro de micropagos, así que genial.

Eso sí, de lo que no me enteré es que lo estaba jugando en la nueva versión de la consola de Microsoft: La Xbox One X. Hasta que no me mencionaron que estaba jugando a 4K desde la nueva Xbox One X yo seguí pensado que estaba jugando a la Xbox One corriente. Para que veáis lo que marca la diferencia y lo evidenciable que es la calidad 4K realmente. Aunque ya sospechaba que algo no andaba del todo bien ya que la demo se petaba como la madre que lo parió con unas ralentizaciones de frames muy ricas y con fundamento. En las partes de más gresca y densidad de enemigos, el juego casi activaba el Bullet Time al caer los frames en picado. Yo no me creía que el port a Xbox fuera tan malo, pero cuando me decían que lo jugaba en 4K ya me resolvieron el caso nombrándome el culpable. Ahí tenéis las maravillas del 4K amigos, dejar a los juegos con un rendimiento de mierda, para que se vea ligeramente más definidos.

 

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Pasando a otros stands, me fui directo como siempre a los de juegos de conducción. Una vez más Codemasters y Micro cumplieron es ese aspecto tirando la casa por la ventana y ofreciéndote experiencias de simulación de calidad. Con otros 2 clasicazos legendarios de los coches de Rally como eran el Ford Focust del 2000 de Colin McRae y el Peaugot 307 de Sebastian Loeb luciendo con orgullo en el Stand de Dirt 4, me dispuse a echar un par de carreritas con el volante con cambio de marchas de levas y pedales. Deciros que es una de las experiencias más fidedignas de Rally y una auténtica pasada. Quien tenga esos periféricos sabe cómo disfrutar y sacarle el máximo partido a los juegos de conducción. Y el propio Dirt 4 una jodida maravilla, sabe conjuntar casi con una sinergia absoluta la exigencia de la simulación del Dirt Rally y la diversión directa, arcade y sin mayores complicaciones del Dirt 3. En cuanto baje de precio cae ipso-puto-facto.

También tuve la oportunidad de jugar al Forza MotorSport 7 y, aunque no era una novedad, me resultó muchísimo más gratificante y satisfactorio que jugar que los Gran Turísmo. Las comparaciones son odiosas, pero hay algo que tiene Forza que no me resulta tan pesado y aburrido como los Gran Turísmo. Quizá es que sean menos implacables en su simulación o quizá es que desde los Horizon han sabido llevar la saga hacia caminos más enfocados a la diversión directa. En cualquier caso, en ese stand sí que tuvimos un poco de la ostentosidad esperable de Microsoft con otro cochazo BMW de Gran Turísmo y más variedad consolas.

 

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Justo al lado teníamos una sorprendentemente pequeña cabina para el nuevo Call of Duty de turno. Aunque era lógico y esperable su modestia, al tener lo único que ofrecer la misma asquerosa beta de mierda regurgitada y sidosa que todo Cristo probó y sufrió en abierto hace unas semanas. Y no era cosa mía, porque la beta en PC era un puto cáncer mestatatizado con lag infinito, problemas de conexión y jugadores tramposos usando toda clase trucos (Cosa que no tiene ni puto sentido…. AL SER UNA JODIDA BETA EN LA QUE NO HAY NADA DE PROGRESO!) En fín, volví a probarla solo por cerciorarme de ahí había mejorado algo y no, puedo confirmar fehacientemente que estamos ante la misma braga seropositiva de siempre solo que un reeskin de la 2ªGM al que me estoy oliendo el batacazo de su salida a kilómetros a la redonda. Pero como venderá como putos churros independientemente de su calidad, a nadie le acabará importando una mierda esta. Pero vosotros sois inteligentes y os alejaréis del como si tuviera la peste bubónica, así que confío en vuestro criterio.

 

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Pero la que sin duda la que siempre me lleva al huerto es Nintendo. Un año más ha conseguido ser la que mejores puestos y stands ha ofrecido de toda la convención. Aunque coño, viendo lo que tenía como competencia de las otras compañías, tampoco tenía que esforzarse mucho en superarlo… Pero al menos esta sí que nos ofreció auténticas novedades frescas e inéditas para el público. De entre todas ellas, la joya de la corona era obviamente el esperado y codiciado Super Mario Odissey. Por fin tuve la oportunidad de probarlo, y aunque solo me ofrecieron 15 míseros minutos os puedo asegurar con toda certeza que es una jodida maravilla. Lo primero con lo que me quedé alucinado es que, a pesar de esta en una consola diferente, con un controlador diferente y una filosofía jugable distinta, Mario se controlaba exactamente igual que en Super Mario 64. Su control es tan intuitivo y a la vez tradicional, que mi memoria muscular de la vieja N64 se sentía como en casa.

Respecto al juego en sí, increíble. El rollo de la gorrita de poder suplantar y poseer toda clase de enemigos, seres vivos y cualquier cosa que te de la real gana, junto con el plataformeo y exploración tan bien definidos y perfeccionados a los que siempre nos tiene acostumbrados los juegos de Mario es casi una mezcla idílica que le otorga esa frescura y originalidad que tan desesperadamente necesitaba la saga para salir de ese bucle de repetición y nostalgia de estos últimos años. Pero Oddisey no era la única sorpresa que me esperaba en el stand de Nintendo, también ofrecían el novísimo Mario + Rabbits que, aunque parecía prometedor, no le veía más que como un Xcom o Fire Emblem con los Rabbits. Pero bueno, al menos funcionaba y era tan gratificante de jugar como los antes mencionados.

 

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Pero para mí lo mejor de la zona Nintendo fue sin duda el stand de Bethesda dedicados a los ports de sus juegos más prolíficos para la Switch: Doom y Skyrim. Por fin pude probar el port de Doom que  ha conseguido salir a Switch. Eso sí, a  una resolución de 720p y a 30 FPS, un pecado capital si consideramos que Doom necesita toda la velocidad y fluidez posibles para recrear los frenéticos y alocados combates que le caracterizan. Pero se deja jugar con cierta estabilidad, además, el hecho de que esté en la Switch es prácticamente un puto milagro que todos los jugones deberíamos agradecer.

Respecto a Skyrim…..HE,HE, HE, HE, HE…. UN PUTO DESASTRE ABSOLUTO. Con incluso más problemas técnicos, bugazos, caídas abisales de rendimiento y errores que la versión de PS3 de su día (QUE YA ESMUCHO DECIR, JODER) No solo te intentar colar un juego de hace 5 años a precio de salida con sus ricos 60 eurazos, sino que encima te lo hacen con una versión que les ha salido tan como el puto culo que hace parecer a las versiones anteriores de consola una jodida obra de arte postmoderno. Ayyy Todd Howard, cachorrito cabrón codicioso… No cambies nunca!

 

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También había una escueta zona para los juegos de desarrollo independiente. Allí tuve la oportunidad de charlar de tú a tú con profesionales de la industria que explicaban lo difícil que era sacar su juego adelante en un mercado cada vez más competitivo, y sobretodo el hacerse notar y luchar por resaltar en un momento en el que los juegos de este tipo son cada vez más abrumadoramente numerosos. Lo tristemente irónico es que ni siquiera la feria tras 3 años seguidos se haya tomado la molestia de darles una mayor presencia a estos desarrolladores. Y eso es esencial, no solo porque sean independientes, sino también porque son creadores de nuestro país, producto patrio que necesita de todo nuestro apoyo para ganarse un hueco en la industria. Que no todo lo que vamos a exportar sea Jamón y Mercury Steam…

 

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Al mismo tiempo también me encontré con varias cabinas de VR que corrí entusiasmado a probar. Algunas con mejor tino e implementación de la VR que otras, pero desde luego la VR ya se está alejando de ser un mero cachivache producto de la moda y ahora empieza a vislumbrarse ese paradigma que todo el mundo pregonaba que movería la industria un peldaño más allá. De entre las que probé (Con cara de gilipollas autista inclído por cortesía de mi camarada Atreides) estaba una bastante chula de La liga de la Justicia. Que aunque no son más que juegos sobre raíles glorificados en donde te movías con la mirada, no dejaba de ser curioso.

Y por último lo mejor que se ha podido hacer con la Realidad Virtual: SUPERHOT VR. Si ya el SuperHot es un juegazo que a base de movimientos estratégicos estaba concebido para hacerte quedar como el héroe de película de acción definitivo, el paso lógico era tranformarte a ti realmente en un héroe de acciñon permitiéndote hacer todas esas maniobras alucinantes de Chow-Junt Fat con tus propias manos y cuerpo. A ver, el control era un poco tosco y no muy intuitivo, pero una vez te acostumbras a que tus manos son la ridículas varita-cipote de los move, puedes hacer todas las épicas hazañas de cualquier héroe de acción. Esquivar las balas en super slow mo a lo Neo, aturdir a los enemigos y desarmarlos en una simple acción como un maestro del Kung-Fu… Un puto pasote que verdaderamente ordeña todas las posibilidades de la VR.

 

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Pero solo hay una parte de toda esta convención que, año tras año, siempre se ha llevado mi corazón: La zona retro. De nuevo es la mejor zona de la convención sin excepción. Y como siempre, casi sin gente y toda solita para mí. Coño, algo hay que agradecerle al escaso interés del público general y de los niñatos por las consolas clásicas y juegos retro. Porque gracias a eso casi me tiré toda la mañana jugando a la MegaDrive, la SuperNintendo, La N64, la PSX. No se vosotros pero yo me divertía infintas cantidades más jugando al Tomb Raider de la Mega Drive y al LyLatWars de la 64 que jugando a la beta del Call of Duty a la que todo el puto mundo se pegaba por entrar… Y siempre es un hermoso y honorable detalle el que tengan en vitrinas las consolas clásicas más antiguas, alucinantes y curiosas junto con una descripción de sus juegos y años de servicio. Desde la Atari 2600, la MSX, la Spectrum, El Virtual Boy… Era como un pequeño museo de la historia de los videojuegos. Un genialísimo detalle.

Pero lo verdaderamente genial era el contar con una zona repleta de máquinas arcade de toda la vida, con cientos de los mejores y más enviciantes juegazos de la época en su interior. Jugar a un Metal Slug, un Aliens de Konami, un Cadillacs & DinoSaurs o un Final Fight era algo tan natural y que sentaba tan bien al cuerpo como echar un buen polvo. Aunque el tener que pagar con monedits de 50 céntimo o 1€ cuando anteriormente te dejaban probarlas gratis, como que es un coitus interruptus y un bloqueaPolla bastante majo, la verdad.

 

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Y la guinda del pastel de esta zona tan chulísima, se la lleva la zona de los Pinball. 2 Pasillos enteros hasta los topes de las máquinas de pinball más alucinantes, variadas y pintorescas que he visto nunca. IM PARADISUM. Si había algo parecido a un Cielo en la Tierra, era eso. Pinballs de todo lo que se pudiera hacer un puto pinball, tanto si colaba como si no. Pinballs de Parque Jurásico, de Indiana Jones (Con ese revolver que te lanzaba la bola) de la Familia Adams, de Padre de Familia y hasta pinballs de los putos Rolling Stones y  de Coches Corvette. WTF? Y lo más importante y diametral de toda esta convención: EL PINBALL DE DEMOLITON MAN. La creación más maravillosa y perfecta de la humanidad desde la invención de la escritura! ¿Y por qué? ¡PUES PORQUE PROPICIOS DÍAS CON LAS 3 CONCHAS, HIJO DE PUTA! POR ESO!

 

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Joder, si hasta había un Pinball de la película Johnny Mnemonic. JOHNNY MNEMONIC. Un puto fracaso comercial y una peli ciencia-fiasco de segunda como Johnny Mnemonic, conseguió tener un puto pinball. Joder, me enteré ahí mismo de que existía y casi fue como tener un aputa epifanía y revelación. Aaaaah, los 90…. Una época sencilla y maravillosa donde hasta la bazofia más surrealista podía tener un Pinball homónimo. Obviamente y como no podía ser menos me dediqué a jugar a esa mierda durante horas. Pero, una vez más, el que tuviera que echar moneditas pues como que sentaba un poco como una patada en los cojones, pero oye, una partidta más a DEMOLITION MAN: EL PINBALL era como obtener un pedacito del cielo más casposo y sobreexagerado del cine de acción noventero.

También la feria contaba con todo un pabellón entero para tiendas donde tenías desde tenderetes de camisetas geek muy chulas (Aunque bastante caras, todo había que decirlo…) tiendas otaku donde comprar todas las series y películas anime más prestigosas (A ver si el próximo año cae Cowboy Beboop) hasta las tiendas donde poder encontrar los juegos retro, periféricos y consolas clásicas más cotizadas y valiosas. Aunque me quedé con las ganas de encontrarme con algún Metroid Prime para la Gamecube, de estar allí, os aseguro que me lo habría trincado ipsofacto.

 

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Lamentablemente, aunque ya los stands de Nintendo, Sony y Micro, con sus escasas pero bienvenidas “novedades” (Y digo novedades porque la mayor parte eran juegos que saldrían o habían salido ya hace un par de días) la siempre maravillosa zona retro y las tiendas golosas, justificaban bastante la entrada al recinto, deciros que todo lo que podías ver, hacer y probar lo podías hacer en una sola mañana o tarde. Antes me quejaba de que la Madrid Gaming Experiencie solo te duraba un día, ahora en cambio no te dura más de una tarde. Cada vez es más triste, hay menos novedades, menos stands, menos cosas por hacer y menos juegos por probar. Pero eso sí, el pantallón, escenario, comentaristas y patio de butacas kilométrico enteramente dedicados enteramente a los E-Sports que no falte. No reparamos en gastos en hacer que la gente pague por ver a otra gente jugar, que en ofrecer a gente juegos para jugar por los que merezca la pena pagar entrada. Eso es lo realmente absurdo y triste. Ha llegado un momento en que esto ha dejado de ser una feria de videojuegos, para convertirse en una feria de E-sports con algún que otro complemento de videojuegos.

 

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Menos mal que pude contar con mi siempre estimado camarada Atreides para pasar un buen rato y aprovechar mejor la tarde. Porque si el evento duraba menos que la campaña de un CoD medio, al menos con buenos amigos siempre te lo pasas en grande y puedes sacarle un poco más de partido. Echar unos Fifas con tu colega, (Al que injustamente me ganó por incomprensibles favoritismos de la consola hacia su equipo.. Quizá jugará con el Barça…) Pilotrar drones de juguete y sentirnos como 2 niños, grandes y disfrutar del buen saqueo en las tiendas. Con un buen colega a tu lado como nuestro estimado compañero de comunidad, hasta la Gaming Experience más liviana y escueta se vuelve una de las ferias más disfrutable. Consejo gratis: Usadla como punto de encuentro para quedar con colega de la comunidad o traeros un par de amigos a la feria porque de no ser así os moriréis del asco al comprobar que en menos de 4 horas ya habéis podido probarlo casi todo. Una vez más, un abrazo bien grande a Atreides por lograr aguantarme durante todo un día seguido. Eso es fuerza de voluntad digna de beatificación xD

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