(NOTA: EL CÓMIC ANALIZADO VA DESDE ULTIMATE COMICS SPIDER-MAN #1 AL #8 DE LA VERSIÓN USA)
Para el que no lo sepa, soy un colgao de Spiderman. Antes de tener uso de razón incluso, ya estaba con un cómic del trepamuros entre manos. No entendía una mierda, pero me lo pasa bien con tantos dibujitos.
Como es normal, la tradición se continuó en los años venideros, y fue lo que supuso que hoy en día lea cómics. Actualmente, algo descontento con la situación del arácnido de Marvel (el último cómic que compré del mismo fue el Mefistazo, Y AHÍ SE HA QUEDAO), no he proseguido adquiriendo productos del superhéroe estrella de la Casa de las Ideas. Hasta hoy.
La verdad, empecé a leer Ultimate Spiderman desde que se publicó. Para los no conocedores de la serie, os pondré en antecedentes. Con el estreno de la primera película del amistoso vecino, Marvel se dió cuenta que tenía que atraer a todo el público adolescente que se iba a enganchar a los cómics con la película, así que para no dejar descontentos a los fans que habían seguido a Spiderman durante demasiados años, crearon otra saga llamada Ultimate Spiderman, donde el superhéroe y secundarios tenían un enfoque más juvenil. La verdad, con un par de números me bastó.
La trama sí, era más cercana al público actual y sin tantas gilipolleces (que en TAS ha habido UNAS CUANTAS), pero Dios, no me aportaba nada y el dibujo me parecía horrible. Así que no le dí más oportunidades a Ultimate Spiderman. Hasta ahora.
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