Las diferencias entre el socialismo o el comunismo apenas las puedo entender, pero les puedo asegurar que cualquier filosofía que sostenga que el hombre puede carecer de bienes propios, claramente desconoce la naturaleza humana; nosotros siempre queremos tener cosas y objetos materiales, no sólo por necesidad, sino por el simple deseo de tener algo que sea nuestro y de nadie más. El coleccionista de videojuegos es tan humano como el resto, y las compañías explotan nuestro oscuro deseo capitalista vendiéndonos cualquier cantidad de mercadería «exclusiva», que en el 99.99% de las veces tan inútil, como de mala calidad. El artefacto más sobado de esta oda al materialismo son las famosas Steelbooks. Vendidas cómo parte de ediciones exclusivas y a veces regaladas como objetos promocionales, no encontraremos a un “gamer verdadero” que no posea alguna o varias de estas cajas de hojalata y plástico que controvierten la traducción literal de este anglisismo. Sin nada de acero, ni mucho menos objetos de lectura, las Steelbooks son esencialmente cajas para nuestros juegos, cuya tenencia genera un profundo conflicto que deja en ridículo a cualquier disertación “Shakespiriana”: ¿Pongo el juego en el Steelbook o lo dejo en su caja? La lógica salomónica nos indica que debemos partir el disco en dos no se aplica en estos casos y la mayoría de las veces optamos por dejar el disco en su caja original, porque allí está su instructivo y la carátula original, y los detalles técnicos como si el juego es cooperativo a pantalla partida, o en línea, si tiene multijugador y su clasificación, lo que nos hace preguntarnos: ¿Sirven para algo los Steelbooks? ¿Alguien los usa para guardar el juego? ¿Alguien los usa para algo?
Nacidos para ser abandonadas, la mayoría de los Steelbooks solo son vistos el día de la compra y olvidados por los jugadores, eso sí resguardadas en forma impoluta porque cualquier rayón les puede caer fatal a su superficie de hojalata pintada.
Mi primer acercamiento con una caja metálica –tamaño mega–, fue hace muchos años en mi periodo de PCero, con una edición de colección de Half Life del tamaño de una caja de galletas que contenía el juego original y las expansiones Opposition Force y Blue Shift, paquete que, privado de una playera promocional, estaba a precio de regalo. La sencilla caja de metal con el logo de la letra Lambda en negro se fue a la basura cuando comenzó a oxidarse, en mi inconsciencia del valor de dicha pieza, y carente en ese momento del espíritu de coleccionista de videojuegos; lo que responde la pregunta de esta entrada: Obviamente cuando mueren las Steelbooks van a la basura… pero también se venden en 40 Euros.
Con el tiempo ya en mi fase consolera han llegado los Steelbooks de Mass Effect 3, Grand Thef Auto V, Assassin´s Creed IV, Batman Arkham Knight, The Witcher 3 y Halo 5.
De consistencia medularmente frágil, pues su base sigue siendo plástico que eventualmente se romperá, las Steelbooks se incluyen también en películas y series para vender sus carísimos productos a precios más elevados. El sitio web coleccionista.mx define a las Steelbooks cómo: “…un empaque para media, metálico por fuera y plástico por dentro, que ofrece un valor agregado a diversos productos comerciales (su mismo eslogan lo revela: «media wrapped in metal»). Gracias a su resistente estructura y hermosos acabados, un SteelBook™ es más que un simple empaque; fue concebido para ofrecer un toque especial a películas y juegos principalmente, y hacer perdurar el valor del artículo, entre otras razones.»
La Steelbook de Mass Effect 3 la adquirí de mera casualidad, cuando después de comprar el juego en la caja me di vuelta para toparme con la edición de colección; tras un trámite de devolución y compra, salí de la tienda con la versión referida que incluía un DLC, libro de arte minúsculo, un parche (?) y el Steelbook. Aunque en la imagen se ve muy oscura, las estampas de Shepard hombre y mujer pelirroja son icónicas de la campaña publicitaria para esta entrega.
La caja metálica de GTA V vino en una edición intermedia entre la básica y la de colección, yo sólo quería el mapa de Liberty City en blue print para enmarcarlo; la caja tiene un bonito terminado sin brillo, como de lonchera antigua que hace lucir el negro y los demás colores. Desde luego la presencia de los icónicos y carismáticos protagonistas no puede faltar.
Assassin´s Creed IV: Black Flagg es un magnifico juego, aunque la fuerza de su protagonista se encuentra diluida. En el cenit del ánimo coleccionista me hice de esta versión que incluía el Steelbok, una Bandera negra pirata-assassin´s y la figura de Kenway. Como detalles curiosos el mástil donde descansa la figura se ha ido doblando con el tiempo al estilo de la Torre de Pisa. La Bandera de buen tamaño fue colocada sobre mi televisor y me sirvieron para participar en un concurso para ganar un libro del “Manual de empleado de Abstergo” en el que se tenía que demostrar con una fotografía que eras fanático de la saga; yo exhibí la figura, la bandera y todos los juegos lanzados hasta ese momento… pero perdí porque alguien tenía además de lo mío, la figura de colección de Unity. El diseño de la Steelbook es indudablemente bonita.
La Steelbook de Batman Arkham Knight me fue regalada simplemente por comprar el juego, sus tonos grises y leves propios del caballero de la noche frente a su odioso batimóvil no destacan en la fotografía y su diseño es bastante tenue. Desde luego preferí dejar el juego en su caja.
Cuando tuve el dinero para adquirír la edición de colección de The Witcher 3, ya estaba agotada, en mi desesperación me hice de la versión del X-Box One aunque en ese entonces no tenía dicha consola, pero incluía objetos adicionales de colección en comparación con la versión de PS4, en concreto dos mazos de las cartas del famoso juego de Gwent; el plan consistía en quedarme con los artículos de colección y vender el juego el día 1 para recuperar la inversión mientras compraba el juego en su versión digital para PS4. La escultura de la edición tiene sus inconveniencias, pero el resto de los objetos eran una delicia, incluyendo la Steelbook de tono blanco con acabado sin brillo, sencillamente hermosa.
La apoteosis de la inutilidad fue el Steelbook de Halo 5: una caja sin disco porque el juego era descargable. De hecho la caja es bastante ancha porque contenía otros objetos de la edición, y no tiene ranuras para colocar el disco del juego. Microsoft organizó una campaña para canjear el código descargable por la edición física ante la molestia del público, pero sólo por cuanto hacía a las ediciones de colección, que no era el caso del suscrito a pesar de tener la consola del bundle Halo 5. El diseño militar futurista es bastante espartano –nunca mejor dicho– y muy poco atractivo visualmente.
Como se advierte en mi caso, sólo estamos en presencia de una historia de derroche monetario sin utilidad, impulsado por el ánimo coleccionista que poseer por el simple hecho de hacerlo… aunque hubiera jurado que tenía más en mi poder de estas cajas, pero no simple las ediciones especiales las incluyen.
¿Tienen alguna Steelbook? ¿Qué empleo les dan? Suban las fotos de las Steelbooks que tengan y presúmanlas. Saludos afectuosos.