Hace unos ayeres les platicaba acerca del personaje de Deadpool, en esa entrada reflexionaba sobre la popularidad que debe de haber ganado este personaje para que se contemplara realizar una cinta centrada en él, lo que lo colocaba en el Olimpo marveliano a la altura de Iron-Man, Capitán América, Thor o Wolverine.
Desde la encarnación en el año 2009 de Deadpool por parte de Ryan Reynolds, dentro de la cinta Wolverine: Origins, se comenzó a rumorar que era posible la realización de una entrega en solitario de este mutante; que Reynolds y Wade Wilson compartieran la nacionalidad canadiense seguramente influyó en el deseo del protagonista de películas de dudosa confiabilidad como Van Wilder: Animal Party, La propuesta o R.I.P.D., se afanara en sacar adelante a este proyecto y darle un mejor fin al personaje que el engendro creado en la primera película de Wolverine. Las ganas de ver a Deadpool con sus mallas rojas en el celuloide se contraponían a la poca fiabilidad en el pretenso actor, más aún después del debacle de Green Larnteen.
Por lo general cuando un actor se “enterca” en sacar un proyecto por sus pistolas –o cojones— del mundo súper heroico, siempre termina obteniéndose un esperpento de magnitudes inconmensurables, como Nicolás Cage y sus Ghost Raiders. Por fortuna Reynolds parece haber aprendido con su Green Larnteen… quiero decir con su metrosexual, políticamente correcto, pulcro y familiar Green Larnteen, lo que funciona y no funciona; y que como analogía, así como no todos los helados tienen que ser de yogurt y bajos en grasa, el público también gusta de aquellos postres engordantes con malvaviscos y extrachocolate: Deadpool es innecesariamente violento, sucio y poco edificante para la familia, por lo tanto entretenido.
Si Star Wars era una nueva amalgama de Secuela, precuela y Reboot, Deadpool inaugura un nuevo de estilo de “parodia seria”; Deadpool hace mofa de todos los tópicos del género de súper héroes vistos hasta ahora, nada se salva de la mofa del mutado-mutante canadiense, ni siquiera el propio Deadpool, ni mucho menos Ryan Reynolds, prácticamente cada escena se encuentra adornada de una referencia denigrante en forma soez, corriente y vulgar a las películas, actores y situaciones del universo súper heroico del que hemos gozado –y sufrido— en esta enorme marea de mallas y antifaces; Deadpool viola y se viola a sí mismo sin dejar títere sin cabeza, de tal forma que por ejemplo, criticar la actuación de Reynolds sale sobrando, cuando el propio mercenario bocazas afirma que dicho actor sólo ha conseguido sus papeles por su físico. No obstante lo anterior Deadpool se las arregla para que el planteamiento de la película sea serio… tan serio lo permite la concepción de alguien con poderes especiales peleando contra malvados, aunque como también Masacre afirma: Él no es un héroe, es un tipo malo que mata a otros tipos más malos que él.
La parodia también es seria porque a diferencia de ese género de películas (Scary Movie, Meet The Spartans, etc) donde la trama es una tontería y los actores literalmente no soportan la risa, en Deadpool los hechos son serios para todos los personajes, todos actúan centrados en su papel como se haría en cualquier otra película de superhéroes, y solo es Deadpool quien se burla de ellos y quien rompe la cuarta pared para platicar con el auditorio.
Libre de las restricciones noñas de las películas políticamente correctas, Deadpool rompe record de taquilla para películas de clasificación “R”, aunque no es que sea particularmente sangrienta, sólo que parece que enseñar un seno y hacer mofa de un invidente, destruye las mentes de la juventud, y por eso, insinuar a Pepper Pots o Jane Foster practicando alguna filia masoquista en donde la espalda pierde su fino y casto nombre en la anatomía de Anthony Stark o de Thor, es algo que nunca veremos en las películas Marvel-Disney y que por fortuna si podemos disfrutar en Deadpool… bueno cuando digo afortunado no debe interpretarse literalmente como el hecho de que su servidor considere disfrutables de tales prácticas, ustedes entienden lo que quiero decir, ¿Verdad que si?
Reynolds ha hecho de todo a su alcance para promocionar el film y se agradece cuando un actor cree en el proyecto y se compromete con él hasta la médula; durante meses hemos disfrutado de la promoción irreverente a la película que es igual o más divertida que lo ya visto.
La cinta es dirigida por el novato en la silla Tim Miller; y actúan Ryan Reynolds como el hilarante Deadpool; la hermosa e irresistible Morena Baccarin (Firefly, V, Homeland, Gotham) como Vanessa; y el digno villano de la cinta Ed Skrein (The Tunnel, Game of Thrones) como Francis (Je). Esencialmente y libre de spoilers, la película trata sobre una hermosa historia de amor al estilo de “Bajo una misma estrella”, y si no me crees puedes verla y desmentirme.
Deadpool es un pequeño giro de tuerca en un género que comienza a saturar a los cinéfilos, bien planteada y ejecutada, es claramente divertida y recomendable, y lanzará por las nubes la ya cimentada popularidad del personaje del cual se esperan evidentemente más películas, las queramos o no. Saludos afectuosos.