El mundo videojueguil fue sacudido el 20 de junio del 2015, cuando Microsoft en voz de Phil Spencer –ese santo varón– anunció en gamescom 2015, que el X-Box One sería retrocompatible con el X-Box 360, mediante emulación de software, aunque sólo sea por el momento en una breve parte de su extenso catálogo.
#philspenserparapresidente
En evento posterior dentro de la Paris Games Week, Shuhei Yoshida, el Presidente de Sony contestaba con una sonrisa que ‘No’ incorporaría dicha característica; solo para días después filtrar que el PS4 podría emular los juegos del PS2, y finalmente rumorarse que el X-Box One también podría reproducir juegos del X-Box original. ¿Qué hay detrás de estos anuncios? He aquí mi opinión:
No
La retrocompatibilidad como característica de sistema por sí misma no parece lógica bajo la premisa de: ¿Para qué quiero una consola de nueva generación para jugar títulos de la pasada? La lógica de este razonamiento es intachable, sin embargo la retrocompatibilidad ha sido la norma en compañías como Nintendo, que siempre ha colocado esta característica en sus consolas de mesa y portátiles, especialmente en sus primeras horneadas; lo mismo fue el caso de Sony con la PS2 y la PS3.
El objetivo de que una consola pueda reproducir juegos viejos de una versión anterior es claro: por una parte amplía un catálogo que de lanzamiento generalmente es pobre; y por la otra anima la adquisición de una nueva consola, porque el tenedor de una de versión anterior quiere naturalmente conservar y jugar sus juegos favoritos, y no quiere deshacerse de una consola que le permite jugarlos solo para tener acceso a uno o dos títulos de reciente lanzamiento en la nueva consola. Así que la opción de comprar un nuevo hardware, vendiendo quizás el viejo, pero al mismo tiempo poder conservar tu biblioteca resulta claramente atractiva. Es precisamente por este motivo que las horneadas intermedias y finales de las consolas ya no son retrocompatibles porque a medida que la gente tiene ya las nuevas consolas, carece de interés ofrecer esta característica que a su vez aumenta su costo del sistema.
Lo sorprendente es que a dos años de lanzamiento, Microsoft y Sony se planteen incorporar la retrocompatibilidad de alguna forma en sus sistemas.
Por principio queda claro que Sony y Microsoft siempre trataron de mantener lo más bajo posible los costos de sus consolas al momento de lanzarlas; de hecho se ha comentado que los chicos de Sony agradecieron felices al cosmos cuando supusieron que el precio del X-Box One costaría 100 dólares más que el PS4; y es que este elemento parece ser crucial al momento de elegir que consola se adquiere. Por lo tanto es normal que los sistemas de Sony y Microsoft hubieran prescindido de retrocompatibilidad por hardware, dado que esto hubiera significado aumentar el costo de las consolas.
Por otra parte, a diferencia de las primeras generaciones, las llamadas remasterizaciones o despectivamente nombrados como ‘refritos’, llenaron el mercado como nunca en la pasada generación; los jugadores parecieron ver con buenos ojos jugar en sus consolas juegos que, aunque tuvieran gráficos del pasado, resultaran divertidos de jugar; incluso Nintendo lanzó su tienda virtual para hacer posible la adquisición de contenido viejo y jugarlo en consolas nuevas, lo que ha engordado los bolsillos de muchos. No voy a pronunciarme sobre el particular, pues muchos jugadores tienen nostalgia por este contenido, otros lo desean volver a jugar porque ya no lo tienen; algunos ni siquiera lo probaron cuando fue lanzado; y también están los completistas que tienen que tener su juego favorito en cada consola existente, ¿Quién soy yo para juzgar?. Regresando al punto de este artículo, las compañías vieron con interés la venta de juegos remasterizados y seguramente sintieron gran felicidad al saber que Sony y Microsoft no contemplarían dicha opción en sus consolas…. o eso creyeron.
También debe considerase el tema del licenciamiento; se dice que las compañías tienen que dar su autorización para que su juego sea reproducido en un sistema para el cual no fueron creados. Incluso hace meses se publicitó una nota en el sentido de que utilizar emuladores, aun con fines académicos o de conservación del juego, se consideraba piratería, y por ende no es cuestión sencilla implementar retrocompatibilidad a mitad del camino… pero ¿Por qué este tópico no fue problema con la PS2, con el PS3, con el Nintendo DS, con el Wii o el WiiU? Que tan ciertas son estas razones? ¿Será que la retrocompatibilidad por hardware es legal, pero la que deriva de la emulación no lo es?, realmente las compañías son tan fuertes para oponerse a Microsoft o Sony y decirle que no le prestan su catálogo?
El caso es que defensores y detractores han gastado ríos de tintas en aplaudir o condenar anuncio de Microsoft y generando diversas teorías en torno al motivo, unos consideran que es una maravilla; los detractores se burlan diciendo que sólo son un puñado de títulos especialmente de segundo nivel, y que técnicamente no se puede hablar de retrocompatibilidad hasta que todos y cada uno de los juegos del 360, se ejecuten en el One; insisten en que no se debe de olvidar que el propio Microsoft en voz de Don –ojalá arda en el infierno- Mattrick había dicho que era imposible la retrocompatibilidad, que era un paso para atrás, por lo que queda claro que Microsoft había estado mintiendo. Los defensores de este anuncio echan en cara el cinismo de Sony de negarse con una risa, a implementar retrocompatibilidad con el PS3, y que a caballo regalado no se le ve colmillo, y que eventualmente se sumarán muchos títulos más al 360.
Un paso atrás…
También se debate en torno al objeto de la medida. De acuerdo a Microsoft esto se hizo para que los dueños del X-Box 360 ahora si muden a la X-Box One. He leído en los foros que esto no resulta lógico, que la retrocompatibilidad no va a lograr tales objetivos, que quien ya tenga esos juegos no va a mudar a otra consola, y que los nuevos adquirentes solo les interesa precisamente los nuevos juegos, y especialmente que el auge del 360 fue la facilidad con la que fue pirateado –característica invaluable en el caso del propio PS2–, y que obviamente sus juegos ilegales no servirán en el X-Box One. Por otra parte Don Matrick decía que sólo el 5 % de los jugadores utilizan juegos viejos en sus consolas nuevas; y Shuei Yoshida dice que la retrocompatibilidad se utiliza muy poco, y que por ello se enfocaron en otras cuestiones.
En mi opinión la única causa de la retrocompatibilidad no es otra que un intento de llenar una biblioteca de juegos a dos años de lanzamiento bastante magra, dado que parece que el proceso de creación de juegos se ha convertido además de elevado, muy costoso, casi todos los juegos se han retrasado meses en su lanzamiento –nombre el que quiera: Watchdogs, The Order 1886, Witcher, etc.– incluso títulos AAA cómo Halo 5´, han sido mutilados en su campaña para salir al mercado, por lo que es evidente que esta generación será más de Remasterizaciones que de juegos nuevos, ya no se diga nuevas franquicias.
En resumen la retrocompatibilidad es buena, jamás estorba, pero no servirá para que los indecisos salten al barco de Microsoft, ni hará que vendan más consolas, no cuando el X-Box se encuentra a un precio tan económico y a la fecha siguen lanzando juegos para esta plataforma; tristemente la retrocompatibilidad solo servirá para llenar bibliotecas vacías, pero el que se implemente a dos años del lanzamiento de las consolas, solo es reflejo de la escasez de juegos, y los dueños de un X-Box One seguimos esperando el juego vende consolas que justifique la adquisición de esta plataforma. Saludos afectuosos.