“Y aconteció que en la luna llena del cuarto mes, en el segundo año de la Calma Establecida, el emperador Ling entró en la Sala de la Virtud. A punto de sentarse en el trono, una ráfaga de viento surgió de la esquina de la sala, donde apareció una gran serpiente negra colgando de las vigas del techo. La serpiente se deslizó en el aire hasta sentarse en el trono. El emperador se desmayó. Aquellos cerca de él se lo llevaron rápidamente al interior de palacio, mientras los cortesanos se dispersaban y huían. Entonces, la serpiente desapareció. Comenzó una terrible tempestad, y el trueno y el granizo causaron confusión hasta la medianoche. Dos años más tarde, en el segundo mes, un terremoto arrasó la capital de Luoyang y una gran ola llegó a la costa, llevándose con ella a muchos de sus moradores. Los malos presagios no terminaron y diez años más tarde, en el primer año de la era de la Radiante Armonía, una gallina se transformó en un gallo. En la luna nueva del sexto mes, una oscura neblina se apoderó de la Sala de la Virtud, y un arco iris fue visto en la Cámara del Dragón al mes siguiente. Lejos de la capital, parte de las montañas Yuan colapsaron, dejando una impresionante fisura en su costado. Y los malos presagios continuaron uno tras otro…”
Romance de los Tres Reinos, Capítulo 1
EL ORIGEN. El Romance de los Tres Reinos es una obra literaria china clásica escrita por Luo Guanzhong, en la dinastía Ming, cuya versión más antigua se remonta al año 1522, cuya versión íntegra en español es difícil si no imposible de conseguir, pues a pesar de encontrarse en forma gratuita en la Wikipedia, sólo existe en su versión en inglés, francés y chino; y aunque existen diversos proyectos a nivel amateur por puro amor al arte como el proyecto de “http://tresreinos.es/ “, cuya visita recomiendo, que el que el autor del blog dedique un apartado al hecho de que muchos lo han intentado y otros tantos han caído dice mucho en torno a la tarea titánica que implica la traducción de una obra de 120 capítulos.
Y es que no hay nada más bonito que aprender cultura, gracias a un videojuego: Dynasty Warriors 8 ha capturado mi atención de sobremanera, pues aunque esta saga es muy añeja y con varias entregas, si consideran que apenas hizo aparición en XBOX 360 en el año 2014 –prácticamente mi primera consola–, entenderán mi desconocimiento y grata sorpresa ante la saga. Sin embargo aun sin jugarla, había escuchado de ella, una especie de combinación de conquista con ejércitos y héroes con poderes especiales en 3D, y claro que le tenía muchas ganas de probarla, y cuando la vi en anaquel no pude evitar hacerme con ella a pesar de no encontrarse a un precio muy asequible, pero no pude desperdiciar la oportunidad de hacerlo porque la distribución de este juego, al no ser un título AAA deja mucho que desear, de modo que en una buena cantidad de tiendas de videojuegos, era el único sitio donde por casualidad me topé con este título. Por fortuna, como lo he dicho no he quedado desilusionado de la compra ya que me he divertido y sorprendido con el género, y ha dejado en mí, unas gotas de cultura. ¿Qué más se puede pedir?
Desarrollado por el estudio Omega Force y publicado por Tecmo koei, y lanzado durante los años 2013 a 2015, para distintas consolas: X-Box, X-Box One, PS3, Ps4, PS Vita y Pc, por lo que no parece haber excusa para no probar este título.
Jugar a Dynasty Warriors 8 es como estar atrapado en una película china, en la que por una parte supuran los valores orientales acerca del honor y la forma de hacer la guerra, como los arquetipos físicos de todos los personajes que hemos visto en esta clase de obras, evidentemente inspiradas en el Romance de los Tres Reinos, calificada como obra maestra china; pero más que nada por el sistema de lucha imaginario oriental donde ciertos guerreros privilegiados conocen técnicas de combate que los convierten en superhombres.
LA HISTORIA. Como ya se dijo DW8 se basa en el famoso poema de los Tres reinos, obra literaria basada a su vez en registros históricos auténticos correspondientes a un periodo histórico de la antigua a china imperial, donde el poder del emperador se debilitó a tal grado que permitió el surgimiento de rebeliones, terminase cómo rehén de un jefe militar y finalmente el imperio terminase fraccionado en tres Estados, cuyos líderes que se consideraban emperadores por su cuenta, y pelearon durante varios años por lograr la supremacía sobre las otras facciones, hasta que finalmente quedaron disueltos con la prevalencia de una sola facción, no sin antes provocar la muerte de varios millones de chinos en tales guerras civiles. La campaña del videojuego retoma los derroteros de los distintos reinos que luchan para imponerse a las otras facciones. Con tal dramón histórico, no se necesita, valga la redundancia, mayor guion ni historia, y los creadores del juego han escatimado claramente recursos en este apartado, considerando que, o ya todos sabemos la historia o bien que podemos leerla en alguno de los contenidos extras del propio juego; pero lo cierto es que dentro del título, la historia se cuenta muy abruptamente –o se omite– en perfecto inglés, dado que como es costumbre para la REGION 4, ciertos juegos no se traducen y en el mejor de los casos se lanzan en inglés, como sucede en este caso. Por otra parte aunque el juego cuenta con algunos videos hechos en animación muy bonitos, y otros vídeos hechos con el motor del juego –con pobre manufactura–, muchos diálogos aparecen sin sonido e imágenes fijas antes de las batallas.
LA JUGABILIDAD. En este apartado es donde el juego gana enteros porque se trata de un género propio de oriente llamado “musou”, una especie de “hack slash” o “beat’em” pero en versión oriental, en el que esencialmente hay que matar lo que tengas enfrente, pero a diferencia de los juegos estilo yo contra el mundo, cada escenario es una batalla viva, donde cientos de soldados se mueven de arriba para abajo, ya sean amigos o aliados, incluyendo jefes y subjefes que tienes o no que enfrentar. Lo que pasa es que si bien es cierto puedes regodearse matando Enemigos, si no coadyuvas a la estrategia general vas a perder la batalla. Por otra parte matar enemigos es la forma de recargar tus poderes especiales de los que hablaremos más adelante. Así que entre muerte y muerte, tienes que andar corriendo o cabalgando de un lado a otro del escenario para colaborar al esfuerzo de guerra, dado que sin ti, tus aliados parecen tener problemas de iniciativa para concluir o ganar la batalla por si solos, y si te quedas perdido por el mapa, se creará un estancamiento en la batalla o una derrota. Se supone que cada nivel está inspirado en un evento real y no es raro que tus líderes mueran, no obstante haber ganado la batalla, porque así pasó en la vida real o en la obra literaria. Como se dijo las batallas son dinámicas en las que de imprevisto puede suceder un evento que cambie el balance de la situación bélica, cómo una trampa, la llegada de refuerzos, el cambio del viento, la muerte de un aliado o su éxito en combate, etc.; los cuales son informados mediante diálogos, pero con eso de que se encuentran en inglés y todo ocurre muy rápido, apenas captas la mitad de ellos, lo que contribuye, en forma involuntaria, a la confusión que puede reinar en una batalla.
Además de este contexto de guerra, esencialmente tu personaje tiene tres medidores: vida, furia y la de habilidades especiales. El primero de ellos no amerita mayor información, pero si se agota, tu personaje muere, y la batalla se pierde. El de furia permite al rellenarlo entrar a un modo “berkseker” donde acomodas golpes sin parar por breve lapso. El de habilidades especiales permite dar golpes de gran poder con efectos diferentes dependiendo del arma que se emplee. El “HUD” cuenta además con un mapa de la batalla, arriba del cual se sitúa una delgada barra que indica el balance de las fuerzas beligerantes, si la moral decae a cero, también pierdes la batalla. Al combatir a los héroes enemigos se obtienen ítems que mejoran temporalmente la defensa, el ataque o la velocidad, armas –toda una variedad de armas blancas orientales–, potenciadores fijos, salud o los poderes especiales. Los personajes son capaces de subir de nivel, y las armas van teniendo niveles de ataque superiores –además de afinidad a elementos como tierra, cielo u hombre, que producen mayor efectividad en combate– lo que le da al título un elemento “RPG”. Puedes equipar a tus personajes con una variedad inmensa de armas que ganas al combatir o puedes comprarlas en tiendas con el dinero que ganas en el juego, con el aliciente de que no existen limitaciones de equipamiento: puedes emplear un personaje nivel 1 con el ama más poderosa que tengas. También puedes equipar a tu personaje con alguna o varias habilidades especiales que incrementen su nivel de pelea, su ganancia de experiencia, la recuperación de salud o recarga de poderes; estos “power ups” son permanentes y se ganan luchando en cualquiera de los modos. Cabe referir que las armas y “power ups” que tengas están disponibles para tus personajes en cualquier modo de juego, y se ganan también en cualquiera de ellos; de la misma manera, el nivel de tus personajes se mantiene intacto en cualquier modo de juego; es decir puedes comenzar una pelea libre y subir su experiencia, cuando tomes ese personaje en campaña conservará dicho nivel y podrás incrementarlo y usarlo en alguna otra modalidad, lo cual hace que la esencia del juego sea jugar y jugar sin limitaciones absurdas.
El juego cuenta con distintas modalidades de juego:
A.- El modo historia te permitirá recrear las batallas históricas de los reinos de Jin, Wu, Shu y Wein. Aquí se elige una facción y algunos de sus héroes que se nos proponen en cada nivel o batalla. Por lo tanto no podemos tomar siempre al mismo protagonista, pero por sus sorpresas históricas resulta recomendable jugarlas todas. Cada uno de los tres reinos –así como la fracción Jin– tiene sus distintas batallas y objetivos, al terminar cada escenario lo liberamos para el resto de las modalidades.
B.- El modo ambición permite elegir un héroe de tu predilección y ganar el favor del emperador para ti. Este juego tiene un sistema que te permite ir mejorando tu base de operaciones mediante la obtención de recursos que consisten en aliados, fama y materiales. Cada batalla se obtiene uno de ellos, permitiendo combates sucesivos que van incrementando la dificultad, y aun a nivel normal una segunda ronda se hace complicada. Este modo te permite enfrentarte a todos los héroes del juego y hacerlos tus aliados.
C.- El modo libre es la elección de cualquier escenario ya desbloqueado para jugarlo a placer con cualquier personaje desbloqueado.
Según me he enterado –después de hacer mi compra– existe una versión ‘ultimate’ para PS4 y PS3 que cuenta con la opción de elegir una quinta facción, y pelear bajo el mando del héroe Lu Bei y algunos eventos a la “what if?”.
DURACIÓN. El juego te puede dar horas y horas de diversión continua e ininterrumpida, cuenta con varios niveles de dificultad, el normal es muy asequible para cualquiera aun alguien como yo ajeno a la franquicia y con dificultades con este género de videojuegos, aunque conforme avanzas niveles estos van teniendo rivales más poderosos. Terminar la campaña de las distintas facciones te tomará unas buenas 30 horas, dado que conforme avanzas las batallas de hacen más largas y complicadas, y no será raro perderlas, lo que implica repetir de cero todo el escenario porque no existen guardados intermedios. Si además pretendes iniciar el modo ambición, igualarás esta cifra, y si quieres desbloquear todos los personajes y coleccionables ahí tienes un juego para cien horas que puedes retomar a gusto en cualquier momento, resultando una magnifica inversión de tu dinero.
GRÁFICOS. A nivel gráfico el juego queda a deber, porque aunque el juego se jacta de tener 88 personajes jugables, muchos de ellos son los mismos con diferentes nombres. Los diseños de los protagonistas principales están bien logrados, aunque en los videos se advierten claramente bordes de tipo sierra. Los soldados tienen un diseño genérico destinados a ser carne de cañón son bastante olvidables. Los escenarios aunque abiertos están vacíos o son muy simples con ningún objeto destruible o alterable salvo los ítems por ahí repartidos en forma de jarrón. También son notorios los llamados “popins”, o sea las apariciones súbitas de cientos de enemigos en campos que a la distancia están vacíos; y naturalmente los enemigos desaparecen al morir. Pareciera que el juego fuera un port de una consola portátil llevada a la sobremesa. Sin embargo en honor a la verdad la fortaleza del motor gráfico destaca en la posibilidad de mover más de cien personajes a la vez, héroes incluidos, con movimientos especiales, en este segmento el juego resulta fluido sin ninguna traba.
Sí juegas al botonazo, el juego puede llegar a aburrirte en un momento dado, porque prácticamente son los mismos escenarios, los mismos enemigos y jefes finales en cada escenario; pero si lo consideras como un reto y quieres pulir tus habilidades y derrotar a los enemigos sin sufrir un rasguño le entretendrá al infinito.
MODOS DE JUEGO. Al menos en su versión X-Box 360, el título tiene opción cooperativa local y en línea, y un multijugador que te permite enfrentarte a otros jugadores que no tuve ocasión de probar por mi aversión al multijugador y mi carencia de X-Box Live. Sin embargo estas opciones no están presentes en otras consolas, así que si piensas hacerte de otra versión distinta a la que he probado, recomiendo te documentes sobre este particular en caso de que te interese estas opciones
¿LO JUEGO O NO? Si, dale una oportunidad a este tipo de juegos, más aún si no has probado ninguna entrega, pues desconozco el grado de innovación que esta tenga en relación a las pasadas versiones. En el mercado no se encuentran muchos juegos de este género y vale la pena vivir la experiencia.
¿LO COMPRO O LO RENTO? Si te gusta el género, tendrás que optar por la compra, una renta no te permitirá desbloquear las campañas y todos los personajes, y una vez terminado, no te sentirás con ganas de no volver a tener acceso al material al que has accedido tras horas de inversión.
EN SÍNTESIS este juego del género musou puede resultar tu nueva droga o repelerte –el género también tiene sus detractores–, los gráficos no son el hit, pero la jugabilidad es sólida como un roble, aunque repetida al infinito; con DW8 puedes aprender un poco de historia y literatura e impresionar a tus amigos con tus conocimientos cuando veas la próxima película china de peleas, también puedes gozar de horas interminables de juego.