Ant-Man (El hombre hormiga) es la más reciente película del terrorífico binomio todopoderoso monopólico formado por Marvel Studios y Disney, concebida como una pieza más del universo cinematográfico formado por Iron-Man (1, 2 y 3), Thor (1 y 2), Capitán América (1 y 2), Vengadores (1 y 2) y Guardianes de la Galaxia, estrenada en Julio del 2015, y el cierre de la “Fase Dos” de un maléfico plan para apoderarse de nuestros bolsillos, tan genial que haría palidecer de la envidia al Doctor Doom.
Dirigida por Peyton Reed y protagonizada por Paul Rudd, Michael Douglas y Evangeline Lilly, narra la historia de un ex convicto llamado Scott Lang, que tratará de reformarse para recuperar sus derechos paternos con respecto a pequeña hija –Cassie–, pero la sociedad, pero sobre todo el destino, le tendrán deparado un destino heroico insospechado. Contarles más sería un spoiler, dada la proximidad de su estreno.
El verdadero objeto de esta entrada no es reproducir los datos que podrían consultar en la Wikipedia, sino exponer los motivos del por qué considero que Ant-Man es la mejor película (Marvel) de súper héroes –¿Acaso hay otras?– porque entraña en la mejor forma el concepto marveliano de lo que es precisamente ser un súper héroe.
Cómo se narrado hasta la saciedad los héroes emblemáticos de la DC entrañan más un concepto divino que humano, la llamada Super trinidad integrada por Superman – “Será considerado como Dios entre ellos”: Jor-El–, Wonder Woman –hija de Dioses– o Batman -rico, playboy, súper atleta, súper inteligente-, están lejos de tener defectos o algo que a nivel personal se considere una falla.
En Marvel fue otro cantar -o al menos en la fabulosa década de los 60’s–: Spiderman -nerd víctima del bullyng, pobre y cuasi ‘tiocida’ por omisión –, Thor –un lisiado con los poderes de un dios–, Hulk –un humano incapaz de controlar el monstruo tipo Hyde que surgía cada noche– Iron-Man –un hombre condenado a llevar una placa de metal para no morir– , hasta The Thing -la Cosa, cuyo nombre lo dice todo–; todo ellos encajan a la perfección con la acuñada frase: Gigantes con pies de barro, se trataba de seres defectuosos –como todos–, poco excepcionales, que por un simple accidente: una araña radioactiva, una explosión de rayos gamma, un encuentro fortuito con un bastón, o los rayos cósmicos adquirían habilidades excepcionales, no porque hubieran nacido así –como Superman o Wonder Woman–, sino por un capricho del destino, que les daba ese empujón para sacar ese héroe escondido, aunque al final de la historia terminarán atrapados en los defectos y limitaciones de origen.
No obstante ello, con el paso de las décadas, los súper héroes Marvel han ido perdiendo ese toque defectuoso, y el universo cinematográfico ha recogido dicha estafeta: Thor ya no es un lisiado, Hulk ya no da miedo y es inteligente, Iron-Man puede vivir sin tener que enchufarse todos los días a la luz, etc.; y las películas Marvel –de Iron Man para acá– han recogido esas nuevas personalidades, Tony Stark sufre muy poco de algún impedimento físico rodeado de Scarlett Johansson y Gwyneth Paltrow; Bruce Banner ya controla cuando enojarse — y se deja sonar como un gatito por la Viuda Negra– y difícilmente puede encontrarse defectos en Thor –“Es un Dios” (léase con lascivia femenina)– y Steve Rogers no tiene mayor conflicto personal, excepto una extensa lista de películas por ver.
Por otra parte a Marvel –antes Timely Comics — no siempre fue una editorial de súper héroes –bueno al principio si, luego ya no, y luego si–, si algo les gustaba explotar era la tramas de monstruos, extraterrestres, fantasmas y toda clase de imaginaria relacionada con lo sobrenatural por ello no es raro encontrar aun en los ya inicios de los 4 Fantásticos, Thor o Iron-Man, la presencia de alienígenas, temibles criaturas habitantes del subsuelo, robots, monstruos y todo aquello que sonara místico e incomprensible, incluyendo la radioactividad y sus efectos.
De ahí que crear un héroe que se pudiera encoger o controlar a las hormigas puede considerarse la muestra evidente de la ficción que cultivó en el pasado Marvel Comics, aunque al día de hoy en medio de armaduras super poderosas, el control dimensional del Bifröst, gigantes verdes imparables, e incluso las poderosas piernas de Scarlett Johansson estrangulando a un mafioso ruso, parecieran poca cosa, y tal vez lo sea; sin embargo no importa si tu poder es el equivalente a mil soles explotando o encogerse al tamaño de un microbio, lo importante es cómo lo utilices.
Llama poderosamente la atención que en Disney hubieran elegido a un Súper héroe tan poco llamativo para una película, a tal grado que poco después del anuncio de esta película comenzaron los videos titulados “¿Quién rayos es Ant-Man?”; también nos quedaremos las ganas de saber quién era el Ant-Man ideado por Edgar Wright, que renunció al proyecto después de 8 años de producción, pero lo cierto es que lo que vi en la pantalla es la mejor película de súper héroes marvel, como ya lo he dicho, y estas son las razones:
a.- Emplear un protagonista normal como cualquiera de nosotros, incluso con sus desventajas al estilo Marvel, un ex convicto que tiene problemas hasta para conseguir trabajo en Baskin Robbins, pero que en el momento y con el poder indicado saca a relucir su madera de héroe.
b.- Emplear poderes que suenan tan ridículos y que provienen de la más pura y rancia cepa marveliana “vamos a crear un súper héroe que pueda reducir su tamaño”, “que también pueda dar órdenes a las hormigas”, casi podemos escuchar la voz de Stan Lee, Jack Kirby y Larry Lieber en 1962, cuando publicaron en Tales of Astonish # 27 a este personaje; si creáramos un héroe en estos tiempos, lo basaríamos en modificación genética –Ver Spiderman 1, 2 y 3 de Reimi o Spiderman 1 y 2 de Webb— o algún efecto dimensional o alienígena.
c.- Demostrar que una aspiradora puede ser un aparato temible desde la perspectiva adecuada, pues con poderes tan poco llamativos, los creadores se apoyaron en IMAGINACION PURA para sacar adelante un proyecto que sólo destila creatividad por los cuatro costados.
Ant-Man es una película original, divertida, con buenas actuaciones –lo único molesto es la peluca de Evangeline Lilly–, que muestra la verdadera médula de esas historias de la Casa de las Ideas reflejo de su tiempo, pero que son la base de todo lo que se nos ha presentado hasta la fecha, que recomiendo sin reservas a todos ustedes. Saludos afectuosos.
ACTUALIZACION: George R. R. Martin no puede estar equivocado: «..Estoy aliviado y encantado de informar que lo han hecho bien. Ant-Man es un equilibrio adecuado de historia, personaje, humor y acción, creo yo. Un par de reseñas la denominan como la mejor película de Marvel. No iría tan lejos, pero está justo ahí, quizás mi segunda solo por detrás de la segunda de Spiderman de Sam Raimi/Tobey Maguire, la del Doctor Octopus. Me han gustado la mayoría de las películas de Marvel, eso seguro, y aún soy un fan de Marvel de corazón (Excelsior), pero me gustó más esta que la primera de los Vengadores y mucho más que la segunda, más que cualquiera de Thor, más que la segunda y la tercera de Iron Man y quizás un poco más que la primera (aunque esa también me gustó mucho). Oh, y me encantaron las hormigas…»
Fuente:
http://www.espaciomarvelita.com/2015/07/23/cine/george-r-r-martin-opina-sobre-la-pelicula-ant-man/?utm_source=crowdignite.com&utm_medium=referral&utm_campaign=crowdignite.com