Caballeros de Sidonia (Anime)

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Conversación en un bar de mala muerte:

¿Qué anime me puedes recomendar?

Conozco uno con Japonesitas pechugonas.

¡Genial!, siempre me gustan las colegialas que enseñan sus partes pudendas con cualquier pretexto: En el baño, en la enfermería o flotando en tanques contenedores, pues no hay nada más sci-fi, que una adolescente desnuda flotando entre desperdicios orgánicos.

Esta serie tiene Monstruos de aspecto grotesco, que atacan cíclicamente a los humanos.

Creo que ya la vi, ¿Te refieres a ese Anime que odia Tidus: Evangelion?

No, no es Evangelion, este tiene Mechas como método de defensa en contra de los monstruos gigantescos.

¿Cómo que no es Eva…?

Y existe un protagonista que pilotea uno de los mechas como nadie más.

¿Seguro que no es Evangelion?

¡Segurísimo!, aquí hay un Consejo de gobierno siniestro que se oculta entre las sombras.

Cómo que me suena…

Desde luego hay Adolescentes en trajes ajustados que pilotean los mechas, sirviendo como soldados, mientras los adultos se quedan en casa a ver la lucha desde lejos.

Sí bueno…

Hay un centro de mando donde toman decisiones difíciles sobre como atacar a esos monstruos y también hay un triángulo amoroso entre el protagonista y las japonesitas.

No me digas…

Si, la humanidad como la conocemos dejo de existir gracias a un cataclismo y tenemos una sociedad utópica militarizada basada en la cultura japonesa.

¡¡NO ME INTERESA VOLVER A VER EVANGELION!!…

–Fin de la escucha—

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 Después de esta breve intro, permítanme recomendarles la serie de Anime exclusiva de Netflix llamada Caballeros de Sidonia (Knights of Sidonia). Se trata de un manga adaptado al anime –es decir de monitos hechos caricatura–, creado por el autor Tsutomu Nihei, que es exclusivo de Netflix fuera de Japón, con una primera temporada ya lanzada y concluida en este mismo 2014, y una segunda anunciada para noviembre de este año.

Como producto hecho a base de recetario japonés, este anime tiene robots o mechas tripulados por adolescentes, que defienden a su ciudad del ataque de enemigos monstruosos y gigantescos; que también aparecen misteriosa y cíclicamente para poner en jaque a la ciudad, justo a tiempo para permitir el desarrollo de los dramas, malos entendidos y motivaciones de los personajes; también cuenta con un protagonista que resulta ser el héroe insospechado pero típico del género: inocente, glotón, valiente y decidido para proteger a los demás, asediado por varias colegialas japonesas; que sorprende por sus habilidades a propios y extraños, e incluso al oscuro consejo de gobernantes que tratan como títeres a todos los habitantes.

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Como verán la serie no es nada original, pero siempre he dicho que la originalidad está sobrevalorada, que no hay nada bajo el sol y que todos los autores siguen más o menos un esquema definido que otros crearon antes que ellos, y esos “otros” retomaron por su lado de alguien más; así hasta el principio en que el hombre mismo, comenzó a contar historias. Seguramente saben que Romeo y Julieta no es una obra original de Willian Shakespeare, que se basó precisamente en una leyenda italiana llamada según recuerdo, como los Amantes de Verona, y que ya muchos otros autores habían escrito anteriormente obras acerca de la misma; queda claro que no resultaba mal visto que un autor tomase una historia ya creada, porque lo importante era la forma en que la desarrollaba esa historia; y hasta hoy todo mundo asocia a los Capuleto y Los Montesco con el llamado Bardo de Avon. Entonces veamos si Tsutomu Nihei, logró la hazaña de desmarcarse de Evangelion o no.

LA HISTORIA.- Cuando unas criaturas –¿alienígenas?– de aspecto monstruoso llamadas “Gauna” atacaron la tierra y destruyeron todo a su paso almorzándose las defensas de la humanidad como un plato de nachos con guacamole; nuestra raza no tuvo como otra opción para salvarse de la destrucción planetaria que escapar en naves gigantescas hacia el espacio exterior. Una de esas naves es tiene como nombre “Sidonia” y la historia se centra en lo que ocurre al interior de la misma, que tiene cientos de años de estar funcionando y otros tantos de haber tenido contacto último con alguna otra nave humana.

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Los famosos Gaunas han estado entretenidos atacando una y otra vez esta nave hasta que en la última ocasión casi destruyen a toda la población, ahora la humanidad, o lo que queda de ella, está al borde de la extinción, un error y quedará desaparecida de la faz del universo.

Los elementos “novedosos” con que se sazona esta obra lo son a su vez elementos clásicos de la ciencia ficción:

Todos los habitantes son jóvenes adolescentes con la salvedad de unos pocos adultos –y el siniestro consejo gobernante cuyos miembros sobreviven en sarcófagos al estilo de Darth Vader–; lo que pasa con las demás personas maduras y viejas, solo es referenciado como destinados a “una granja orgánica”, ¿Quién dijo soylent verde?

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Por fuera Sidonia es una Nave Espacial, pero por dentro es una típica Ciudad Japonesa con gravedad y toda la cosa, cuando la nave tiene que hacer maniobras forzadas, la gravedad se apaga, y bueno, si no te amarraste con a un andamio seguro, desde luego terminas como mosca en parabrisas.

La última batalla contra los Gauna hace que los oscuros líderes sobrevivientes y casta dominante, tomen la decisión de utilizar ingeniería genética, no solo para crear clones que sirvan de habitantes que repueblen la nave, sino para alterar el ADN de la población, y permitir que realicen fotosíntesis con la luz del sol, y volverse más eficientes al momento de aprovechar los alimentos escasos que pueden producirse dentro de una nave espacial.

La ingeniería genética ha permitido no sólo tener puras japonesitas tetonas de buen ver y mejor tocar, sino la creación de seres sin sexo, ¿quisieras ser uno de ellos?: Poderte poner un día zapatos de tacón y al día siguiente estar orinando de pie, tiene sus indiscutibles ventajas.

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En el espacio nadie puede oírte gritar, ni mucho menos respirar; como buena serie de ciencia ficción el gasto del oxígeno, agua y la energía son elementos siempre a tomar en cuenta en las decisiones, pues el ambiente espacial deja poco lugar para el desperdicio y la abundancia, los trajes no son brillantes y bonitos como en otras series, sino bastante maltratados por el último ocupante del mismo, que probablemente murió con él.

¿Los clones tienen alma?, ¿acaso pueden recordar las memorias de la fuente original?, ¿el fin justifica los medios?, ¿los adultos tienen derecho a sacrificar a los clones como carne de cañón? Estas preguntas se han hecho infinidad de veces en el mundo de la ciencia ficción, pero le sientan bien a la serie.

Desde luego tenemos las “japonesadas” de toda la vida: osos humanoides cuyo origen nunca es cuestionado, mechas infinitos que defienden a la ciudad, pues aparentemente la forma más eficiente de destruir un monstruo alienígena es precisamente con robots gigantes; el sentimiento típico de este género: ¡Yo defenderé con mi vida a…! –insértese el lugar de su preferencia–, ¡Quiero ser el mejor…! –insértese la profesión de su elección—y ¡Te castigaré en el nombre de….! –agreguese lo que guste–, pero si estás viendo un anime, no esperes encontrar mariachis o toreros, dado que es un producto típico del país de oriente.

Deberías ver Caballeros de Sidonia para que Tidus te desprecie, pero sobre todo, porque se trata del platillo típico con sazón diferente que puede satisfacer tu oscura necesidad de colegialas japonesas con mechas poderosos destruyendo enemigos para salvar la humanidad, se trata de un producto alabado por la crítica especializada; pero si no eres aficionado a este menú, abstenerse de inmediato. Saludos afectuosos.