Matías: El Hematías (Capítulo 2)

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Capítulo 2

La leyenda de Matías. Así habían quedado registrados para la eternidad los hechos realizados por un joven eritrocito que no quería seguir el destino que el cuerpo de su dueño le había inducido. Decidiendo acabar con la eritropoyesis de una vez por todas y liberar al resto de sus compañeras…o eso creyó. Por un pequeño eritrocito rebelde, había muerto Justin Bieber, una de las mayores leyendas del Rock de toda la historia.

Hospital Just

Justin fue ingresado en un hospital para intentar ser curado de la enfermedad que Matías le había provocado… murió diez horas después de esta foto

Todas las believers estaban en contra de enterrar al cadáver de su más querido “artista”, preferían comerse partes del cadáver. Los abogados del señor Bieber no dejaron que éstas comieran ni una célula del cadáver. Así que fue enterrado en las mismas condiciones en las que murió… con el cuerpo sin vida de Matías en él.

ZombisTípicas believers

A la noche siguiente de ese suceso, unos canis estaban haciendo una fiesta-rave muy bestia en la playa de Castelldefels. Estaban celebrando que habían conseguido cruzar las vías de los Rodalías sin sufrir ninguna baja (y que habían sobrevivido a los descarrilamientos, explosiones espontáneas, abuelos con incontinencia y demás inconvenientes que tienen los  servicios férreos españoles) cuando de pronto apareció un grupo de veinte personas vestidas de blanco con un cucurucho/capucha blanco en la cabeza.

Botellón

Un botellón acabado en tragedia

Los zagales llevaban chanclas, lo que con la túnica daba una imagen bastante absurda, pero de todas formas siguieron avanzando por la playa hasta que estuvieron cerca de los canis. Los fanáticos sacaron unos tubos de acero y empezaron a apalear a los chavales…o lo que fuera. Este acontecimiento quedó como una desaparición en masa de unas balas perdidas… pero la realidad es mucho más oscura.

Los miembros del KKK se llevaron a los cuerpos inconscientes de esos jóvenes emporrados y borrachos a su guarida secreta en Platja d’Aro. El suelo de la sala estaba cubierto por unas baldosas de un color negro-ceniza que veía una continuación con las paredes laterales, casi como si se tratara de un utilitario con azulejos. La sala estaba proveída de varios bancos situados paralelamente a un altar, un altar donde se encontraba el cadáver de Justin.

Saltándonos la parte en la que los fanáticos religiosos sacrificaron a cinco canis, a una cabra, un unicornio y una mariposa del Valle Encantado XIII…consiguieron resucitar a Justin. Una vez estuvo vivo (aunque el auto corrector del Word me pide que ponga “viva”) otra vez, le pusieron una mordaza en la boca para que no empezara a cantar… más bien… “cantar”.

Iglesia2

Justin despierto en la iglesia secreta

Uno de los fanáticos sacó un bisturí y empezó a diseccionar al chaval, buscando la médula roja en los huesos en los que todavía era posible la eritropoyesis. En uno de esos fragmentos, encontró lo que estaba buscando… había un pequeño eritrocito durmiente: Matías.

Una vez Matías estuvo en contacto con plasma sanguíneo de un tal Sr. Rubio, se despertó con sus dotes asesino-talibanas latentes. El jefecillo del grupo resultó ser el Coronel Sanders, el fundador de la cadena de restaurantes KFC… Matías se sobresaltó al ver la cara de este ser, ¿no llevaba bastantes años muerto? Le prestó un sistema de nano-radio, muy al estilo MGS para comunicarse con el eritrocito.

KFC

El Coronel con Matías en una mano y la viagra en la otra se sentía como Dios

Sanders le empezó a hablarle con un tono nigga y le explicó a Matías que había sido resucitado gracias a las nuevas dotes de los KKK, los cuales querían hacer algo “bueno” por la sociedad para recuperar algo del prestigio que habían perdido. Le contó a Matías la leyenda de los cuatro camellos del Apocalipsis, que claramente estaban reencarnados en cuatro humanos que tenían que desempeñar papeles trascendentales en nuestra sociedad para así dominar el mundo, aunque solo dos lo habían logrado y esos serían los más difíciles de eliminar.

Eliminar, de eso se trataba la misión. Matías tenía que colarse en esos cuatro personajes y acabar con ellos desde el interior, sin dejar pista alguna que el KKK o el KFC estuviesen implicados en ello. En cada uno de esos humanos, habían encontrado un contacto, el cual ayudaría a nuestro pequeño amigo a luchar contra las defensas del organismo en cuestión y acabar con tan temidos seres.

Según le comunicó el Coronel, el primer objetivo se trataba de uno de los psicópatas más temidos en España (y por ello se encontraban ahí): “El monstruo de las quemadas”.

Era un hombre difícil de encontrar, pero Neil Amstrong transportó en bici a nuestro pequeño colega hasta la finca de “Las Quemadillas”. Habría sido una hazaña complicada para cualquier persona normal, pero Neil se había tomado su dosis extra de “batido mágico” y consiguió estar en Huelva en un par de horas.

Codec

En esa finca se podía ver de lejos que se escondía todo un monstruo, una persona que evitaría cualquier ser sensato… sería la segunda cosa que habría hecho de provecho para la sociedad nuestro pequeño hematíes. Todo orgulloso y convencido de su misión, contacto con el general. El nombre en clave de Sanders para esta operación era Major Zero y el de Matías… Solid Matías.

Había empezado una nueva aventura para Solid Matías, pero ahora la cuestión era… ¿cómo colarse en el organismo de tal psicópata? La solución se estaba consumiendo enfrente de sus narices…