Crónica: El 2015 en Videojuegos

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Inicialmente esto iba a ser un Top con lo mejor que he jugado de este año. Pero Admitámoslo, por muy jugones que seamos al exagerado precio que están los videojuegos ahora mismo, los juegazos de este año son los que nos jugamos al siguiente porque es el momento en que bajan de precio. Y si vamos a comprar alguno de este año, tenemos que escoger sabiamente porque con solo uno ya se nos va todo el presupuesto y tenemos que subsistir a pan y meados durante un mes. Por lo que quedaría muy cutre hacer un Top 1 o un Top 3 de no de lo mejor de este año, sino de “Lo que he podido jugar de este año”

 

Así que en la línea de mi crónica sobre el mundo del celuloide, os obsequio con otra de mis reflexiones y retrospectivas sobre todo lo que nos ha deparado este año en el mundo de los videojuegos. Que significado ha tenido para mí y que significará de cara al próximo año que en pocas horas hará acto de presencia.

 

 

GRANDES ESPERANZAS, GRANDES DECEPCIONES

 

 

Si hay algo que más ha caracterizado a este año, han sido los batacazos y las decepciones. Juegos que prometían mucho y acabaron ofreciendo nada. 2014 se caracterizó por ser un año “De espera”, de calentamiento. Un año puente en donde aguardar los mejores lanzamientos del siguiente y casi que por esto le perdonábamos la escasez de lanzamientos de calidad. Pero en este, que ya han salido los pesos pesados y no han cumplido con las expectativas, nosotros los jugones no nos hemos callado y los hemos machacado sin piedad. Porque hay algo muchísimo peor que un juego malogrado, y es un juego decepcionante.

 

2 palabras son las que mejor describirían este año: Mediocridad y Decepción. Títulos que no solo fueron una gran mentira de cara al público sino que fueron el alarde la mediocridad y la pereza más descarada, empaquetada y vendida a 60€. Ejemplos los tenemos a miles, pero para mí el más representativo de la mediocridad se lo lleva The Order 1886. Una suerte de juego (Que ya el llamarle juego a eso era ser demasiado condescendiente) cuya escasa duración, nulo contenido jugable y excesivas cinemáticas te hacía pensar que estabas ante una película interactiva con algunos tramos jugables que ante un videojuego. Una mierda desprovista de contenido que te la cobraban como juego completo.

 

Pero el galardón de decepción a título personal, se lo lleva sin duda Metal Gear Solid V. Un juego que trató de abarcar tantos géneros populares para intentar maximizar sus ventas y cuota de mercado que se olvidó por el camino de lo que significaba ser un buen Metal Gear Solid. Una quinta entrega que para mí personalmente se desentendió del camino y se olvidó de su esencia por completo. Tan empeñado estaba Kojima y los de Konami por complacer a todo el mundo que se olvidaron de complacer a quienes les han respaldado todo este tiempo: Los Fans de MGS. A mí que me digan lo que quieran, pero ese triste revuelto de estándares mediocres de todos los juegos populares del mercado mezclado con vaselina, no es un juego de sigilo y menos aún un Metal Gear.

El Análisis de la Discordia: MGS V RIADA DE BILIS

 

 

 

MUCHOS GRÁFICOS, POCA CHICHA

 

Parece que seguimos rompiendo esquemas en el tema gráfico y ya nadie se atreve a decir que hemos tocado techo a nivel técnico, porque siempre hay un portento gráfico que lleva las posibilidades un peldaño más allá. Este año hemos disfrutado de auténticas maravillas visuales que nos acercan cada vez más al fotorealísmo más brutal. Si, todo muy bonito y tal ¿Pero dónde coño está mi juego? Esa es la pregunta del millón de pavos. Porque parece que ahora mismo las desarrolladoras están más pendientes de ofrecernos un nivel gráfico apabullante que de ofrecernos un juego divertido.

 

Star Wars Battlefront, The Order 1886 y cientos de ejemplos más que tenemos a patadas para evidenciar esta tendencia. Una tendencia que va totalmente en contra de lo que debe ofrecer un buen videojuego: Algo a lo que jugar. Todo esto me da la sensación de que ahora mismo la máxima preocupación de una desarrolladora es igualar o superar el benchmark gráfico de turno en lugar de esforzarse en realizar un juego con contenido y diversión. Hasta este punto tan absurdo hemos llegado a parar. Un punto en donde nos venden cuadros muy bonitos en lugar de videojuegos. Nos venden gráficos sin contenido. Demos técnicas sin jugabilidad.

 

Y parece absurdo decir algo tan insultantemente obvio, pero ¡NO QUIERO MIRAR, QUIERO JUGAR! Olvidaros de los bonitos efectos lumínicos, de engines gráficos, juegos de luces y sombras y empezar a REALIZARME UN PUTO VIDEOJUEGO. Si quiero admirar el cromatismo y belleza de un cuadro, me voy a un jodido museo. Yo lo que quiero es jugar a un videojuego. Ya parece que tenemos que pedir disculpas por exigir que nos ofrezcan contenido jugable. Pero claro, si se gastan todo el presupuesto de un título en el motor gráfico más impresionante del mercado, por mucho que exijamos algo con lo que jugar, con una demo técnica nos tendremos que conformar.

Más rica Bilis para acompañar a los polvorones: Análisis The Order 1886

 

 

SI ES UNA COMPAÑÍA, DESCONFÍA

 

 

Os planteare una sencilla pregunta ¿Qué os dolería más? ¿Qué la chica que tiene fama de ser la más puta, zorra y libertina del barrio os haya puesto los cuernos? ¿O que lo haya hecho la mujer que ha sido digna de vuestra total confianza y respeto durante varios años? Con esto perfectamente se puede resumir el culebrón que se vivió este año con OverKill SoftWare. Una de las mayores traiciones a la confianza de los jugones y consumidores desde hace mucho tiempo.

 

Os lo resumo: Una compañía que en su momento se caracterizó por respetar y escuchar a sus consumidores, que juraba y perjuraba no corromperse y convertirse en el resto de codiciosas compañías, acabó este año por convertirse en precisamente eso: Otra compañía hambrienta de dinero y ávida de poder, que mandaba a tomar por culo a los jugadores y se rendía ante el todopoderoso Dólar. No era nada nuevo ver como EA, Activision o Ubisoft nos follában la cartera y hacían algo moralmente reprochable por enésima vez. Pero si era sorprendente el ver como una compañía que antes era el baluarte del respeto hacia la comunidad, se pasaba lentamente al lado oscuro.

 

 

OverKill era Anakin SkyWalker transformándose en Darth Vader. Una buena compañía, pasándose al “Reverso Codicioso de la Fuerza” Aunque desde hace algún tiempo ya estábamos viendo esta tendencia y empezábamos a sospechar cuando a su juego estrella, Payday 2, no le paraban de llegar cientos y cientos de DLCs (Pero sin exagerar, eran un centenar) de forma descontrolada, no fue hasta la llegada de los Micropagos cuando su viaje al lado oscuro se había completado. Ese fue el momento en el que estalló internet y todo el mundo exigió la cabeza de todos los miembros de la compañía. Y no era para menos, pues no solo habían traicionado a los usuarios, sino que habían traicionado la única regla que juraron jamás romper: Incluir Micropagos. Haciéndoles quedar como la mayor panda de mentirosos e hipócritas de la historia del ocio electrónico.

 

Y esto te da una gran lección que todo aquél que quiera disfrutar con sabiduría de sus juegos debería aprender. TODA COMPAÑÍA ES CODICIOSA. TODA COMPAÑÍA QUIERE TU DINERO. Por mucho que vayan de buenazos y respetuosos con la comunidad en un principio, más tarde o más temprano las cuotas de mercado y los índices de pérdidas y beneficios llamarán a su puerta, y mudaran la piel para dejar al descubierto su verdadero ser: La panda de sanguijuelas que prometieron no ser. Así que tomando como ejemplo una de las mejores frases de El Caballero Oscuro: “O Mueres siendo una compañía respetuosa, o vives lo suficiente para convertirte en EA”

 

 

LA TIRANÍA IMPERANTE DEL MULTIJUGADOR

 

Esto es algo que se ha dado muy fuertemente a lo largo de este año con títulos como Star Wars Battlefront o Evolve. Algo que ya lo he abordado de una forma más extensa y profundizada en otra de mis reflexiones, por lo que no me gusta repetirme así que en esta ocasión seré breve. El SinglePlayer se muere, se está extinguiendo. Todo por dar paso a una generación en la que siempre estaremos obligados a jugar online con gente que no conocemos y con la que no queremos jugar, para poder sacarle provecho al juego que nos acabamos de comprar. Y lo peor de todo: Con algo que más tarde o más temprano ya no podrás volver a jugar. Yo soy una persona que ya está francamente hasta el filo de su prepucio de los juegos exclusivamente multijugador. Pero más allá de que no me gusté, esto es doblemente perjudicial para los videojuegos en un futuro por 2 razones:

 

Primero porque quitarle el singleplayer es quitarle contenido y rejugabilidad. Le estás quitando al jugador la oportunidad de disfrutar con tranquilidad y sin agobios toda la base jugable del título, al mismo tiempo le estas quitando algo que le puede servir de buen entrenamiento para el competitivo. Y segundo y más importante: Porque hacerlo exclusivamente multijugador no es hacerte un juego completo, es venderte un modo de juego multijugador susceptible de ser eliminado y encima cobrártelo a precio de juego completo. Cuando la gente se olvide de él y capen los servidores, no podrás volver a jugar jamás y lo que tendrás será una disco vacío y sin contenido por el que has pagado 60€. Así que pensadlo 2 veces a la hora de comprar un juego exclusivamente multijugador

Mi Rlefexión abordando el tema con mayor profundidad:  La Extinción del SinglePlayer

 

 

BIEN, PERO NO GENIAL

 

Esta reflexión fue fruto de la conversación que tuve con un buen amigo mío que me abrió los ojos sobre lo que ha ocurrido este año. No todos los lanzamientos de este año han sido decepcionantes y hemos tenido juegazos con todo su derecho como Fallout 4 o The Witcher 3. Juegazos con una calidad encomiable pero, que no han sido nada rompedores. No han traído nada nuevo sobre la mesa y la mayor parte de ellos han sido continuistas con respecto a su fórmula original. Nos estamos estancando y sin embargo alabamos y apoyamos esta clase de tendencia.

 

Y todo ello tiene una explicación muy sencilla que bien tiene que ver con el primer punto de la crónica. Hemos tenido un año tan cargadito de decepciones y batacazos, que en cuanto sale un juego que no resulta ser una tremenda mierda, lo alabamos como si se tratara de la 2ª Venida de Cristo. Hemos tenido tantos juegos tan jodidamente mal hechos, que ya elogiamos a uno que simplemente haga las cosas bien. Lo que antes era estándar exigible, ahora es un logro elogiable. Es extraño pero es así. Cuando el buen hacer y dedicación son la excepción, es normal que lo elogiemos como si de la forma más alta de arte se tratara.

 

Con esto no pretendo pecar de inconformista y quejica diciendo que no ha habido nada excepcional este año. Lo que pretendo decir es que más que alabar que se haga algo bueno, debemos exigirlo con todo nuestro ahínco, pues es nuestro derecho de consumidores el exigir contenido de calidad por lo que pagamos. Y teniendo en cuenta el dineral que pagamos como jugones, debemos exigir un nivel de calidad equiparable en consecuencia.

 

INDIES AL RESCATE

 

Mira que los Indies nunca han sido Santo de mi devoción, pero en años mediocres como este siempre hay que agradecerles que gracias a ellos tengamos juegos potables que disfrutar. Y es doblemente encomiable su labor. Pues con menor apartado gráfico, mucho menos presupuesto y publicidad que los triple A, muchos de ellos han conseguido divertirme 3 veces más. ¿Dios mío, pero que me está pasando? Detesto los juegos grandes de este año y estoy elogiando los Indies. ¡Oh Mierda! Me estoy Dayorizando! Me estoy convirtiendo en lo que odiaba….

 

Pero dejando fuera las coñas y siendo honestos, tan solo ha sido necesario un juego para recuperarme la fe en el mundo de los videojuegos en un año para olvidar: HotLine Miami 2. Que le follen al UnderTale y su legión de fanboys. HotLine Maimi 2 es indiscutiblemente el juego de este año. Ya lo dije en Marzo y sigo manteniéndolo ahora 9 meses después: HotLine Maimi 2 es la puta perfección. Un juego redondo en todos sus aspectos. La mera definición de secuela al mejorar y sobrepasar al original en todos sus ámbitos. Y la sinergia total entre jugabilidad adictiva, narrativa rompedora, banda sonora increíble y estilo y clase propios.

 

La historia te folla mentalmente y te deja confuso. Su estilo visual y artístico te sube al más maravilloso TripiViaje que has hecho en tu vida, te deja extasiado y encabronado a la vez, te induce a la violencia más brutal y satisfactoria, te engancha como nunca y no puedes dejarlo: ES DROGA DURA.

Su Análisis completo: Análisis HotLine Miami 2

 

Y con esto acabo mi crónica jugable de este año. Esperemos que el siguiente me deje un mejor sabor de boca. Pero recordar que tan solo hace falta un gran juego para olvidarte de un año mediocre. Así que ya estáis bajándoos Hotline Miami 2, en cuanto se os baje el turrón! ¡Que paséis una feliz NocheVieja y nos vemos el año que viene!

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