Lanzamiento: 2003
Consolas: PC, XBOX, Gamecube, Movil, PS2, Ps3…
Género: Aventuras, plataforma, acción
Desarrolladora: Ubisoft
Jugadores: 1
CRÍTICA:
Me dispongo a analizar una de las mejores sagas de los videojuegos de la anterior generación. Es una saga que, personalmente, me encanta. Aunque intentaré ser todo lo subjetivo posible. El primer juego de la tetralogía nos sitúa en la antigua India y nos pone en la piel del joven príncipe de Persia. Tengo que aclarar que este análisis (y los futuros) serán de la tetralogía de «Las arenas del tiempo» y no de la «Original».
Así empecé esta misma crítica hace unos 3 años más o menos. Para los tiempos actuales, hablar de esta aventura del Príncipe de Persia parece más una antigualla que de un juego de la «anterior generación».
Hace dos generaciones de consolas que disfrutamos por primera vez de esta aventura (y en la generación pasada pudimos ver un lavado de cara con texturas HD que no aportaba nada novedoso a la experiencia jugable) y es de entender que la valoración gráfica del título se hará respecto a su época, nada de comparar con Uncharted’s y demás juegos de la generación anterior.
Argumentalmente, quién no conoce la historia de este primer PoP? El príncipe (sin nombre) intenta conquistar un palacio de la India gracias a la ayuda del «Visir». Allí encontrarán múltiples tesoros, pero el más destacado será El reloj de Arena.
El Visir seducirá al Príncipe para que abra tal reloj con una reliquia que se encuentra durante la invasión; la Daga del tiempo. Hecho esto, las arenas del tiempo serán liberadas por todo el reino, causando el caos y destrucción del mismo.
El príncipe, con la ayuda de Farah, la hija del Maharajah y de la Daga del Tiempo, arma que le permite volver atrás en el tiempo (entre otras habilidades) tendrá que redimir sus actos…
En cuanto el apartado gráfico, éste me sorprendió gratamente en mi primer contacto con él. Recordad esos tiempos en los cuales nos hypeábamos de mala manera con juegos que nos llamaban la atención y éste no fue una excepción. Fue el primer juego en el que salté de PS1 a PS2 y me pareció una maravilla gráfica.
En PS1 no luchaba encima de salientes contra pájaros
Con el paso de los años y de la vida de PS2, esos gráficos se fueron quedando bastante atrás, pero para ser de la primera hornada de PS2, creo que tiene ciertos detalles perfeccionistas que son muy destacables, sobretodo el juego de luces/sombras y las acrobacias que puede realizar el personaje principal, están muy bien desarrolladas respecto otras producciones de la misma consola.
Si tenemos que centrarnos en la jugabilidad, ésta puede resultarnos bastante complicada y tosca en las primeras horas de juego, pero poco a poco iremos acostumbrándonos a su mecánica (tanto que incluso la echas de menos en las entregas de PoP de PS3). Profundidad en el modo de plataformas y en el modo de pelea, un poco confuso el intervalo entre los dos modos de jugabilidad, pero al final nos acabaremos acostumbrando (cosa que se perfila mejor en las próximas entregas de la tetralogía).
Y no me acaba de quedar clara la cosa…
Podría afirmar, sin lugar a dudas, que este ha sido el videojuego que más tiempo me ha durado. No en cuanto a tiempo jugable, pero sí en cuanto a veces que me lo he intentado pasar y no podía conseguirlo. Porque señores (y señoras), estamos delante de un veradero «Plataformas», sin ayuda alguna de dónde tendrá que ser nuestro próximo salto ni ayuda alguna en éste. Si fallas el salto, te pegas una hostia (o no, depende si te quedan arenas del tiempo).
Como no llegues al borde…
Creo que estuve sobre unos 2 años atascado en una de las fases del videojuego (salto imposible con giros de cámara complicados) en una de las fases finales del videojuego. De aquellas zonas que no puedes recurrir a guías ni trucos, sino la más dura audacia del jugador para conseguir superar la fase. Eso es lo que echo más de menos en estas nuevas generaciones de juegos «Plataformeros», que casi te llevan de la mano en los escenarios…
Algunas de las peleas pueden llegar a ser agobiantes
Quitando ese pequeño desliz que tuve, la trama principal nos puede durar unas 8 horas, pero si queremos explorar el juego al máximo nos tendremos que pasar unas cuantas horas más delante del televisor (como por ejemplo el extra del Prince Of Persia Original…todo un detallazo).
Un Clásico entre los clásicos
Tendremos una gran variedad de enemigos…y para cada uno de ellos tendremos que disponernos a luchar con un estilo diferente, la cosa empieza a complicarse cuando nos aparecerán grupos grandes de éstos y con distintos grupos de enemigos. Y no solo tendremos que vencerles, sino que tendremos que rematarlos para que finalmente desaparezcan de nuestras narices, cosa que dificulta aún más el acabar con ellos.
Nos hartaremos de estas ejecuciones del Príncipe
Todo esto, da lugar a un juego muy sólido que nos hará pasar unas muy buenas horas con él. Si no fuera suficiente, la evolución del Príncipe se va viendo a lo largo de la aventura (pierde fragmentos de ropa concorde evoluciona psicológicamente) y ese es otro de los puntos a favor del juego: no tendremos un personaje plano con un único fin.
Si no os parecen suficientes motivos para probar el videojuego (que dudo que no lo hayáis hecho), no os intentaré convencer con que encontaréis unas imágenes muy logradas y una banda sonora que os acompañará durante todo momento que roza la perfección en lo que habíamos visto hasta entonces.
En conclusión, Prince Of persia: Las Arenas del Tiempo es un pequeño aperitivo para lo que nos esperaba en ésta saga con El Alma del Guerrero y Las Dos Coronas. Introduce la historia del Príncipe de manera magistral con una combinación de Puzzles-Plataformas-Combates, cada cuál más complicada que la anterior en cuanto avanzamos con la historia, historia elaborada que acompaña la evolución del Príncipe hasta un final muy insospechado que enlaza directamente con el resto de entregas de la saga de PS2.
Creo que con 5/5 no hay nada más que decir. Obra maestra, aunque quizá tenga algún desliz… De aquellas producciones que cuando las has disfrutado, la volverías a jugar solo por gusto (o sadomasoquismo, según cómo se mire).