Ayer me pillé el número uno de los cómics de Star Wars que ha lanzado Marvel. En parte por las buenas críticas que había oído, en parte por lo mucho que disfruté hace ya tiempo con los cómics de Caballeros de la Antigua República. El cómic en sí cumple, no es nada del otro mundo ni nada nuevo, pero entretiene y tiene claro que va directo a los fans de Star Wars. El precio del cómic era un euro, y sinceramente, estaba dispuesto a chapar mensualmente (o semanalmente, no sé cada cuánto salen) ese euro y aficionarme a la serie.
Como no soy nuevo en éste mundillo y ya pesan unos años comprando cómics, me metí a la web de Planeta Cómic para ver cuánto costaba el próximo número.
Dos euros cincuenta. Se va a aficionar su puta madre.
Antes de meterme en el tema, puede que alguien me acuse de hipócrita porque ese mismo día me pillé una edición de Twin Peaks en Blu Ray por 80 pavos. La diferencia es que esa edición se lo merece. No solo tiene un nivel de detalle impresionante, además viene la serie y la película, remasterizadas, con un montón de extras, como el ep. piloto internacional (el cual es distinto al original).
La cuestión es que los cómics cuestan demasiado.
El año pasado intenté enganchar a un amigo al mundillo, y devoró los cómics que le dejé en el mismo día. Cuando le sugerí que comprase lo que él quisiese en una tienda de cómics, vino al otro día escandalizado de que costase tanto algo que dura tan poco.
Lo de Planeta Cómics ha sido la gota que colma el vaso. Principalmente, porque llevo comprando cómics desde que tengo uso de razón y no me gusta que me traten como un gilipollas.
Recuerdo cuando me pillaba cómics de grapa. Principalmente eran de Spider-man, porque me volvía loquísimo, pero cayó de todo: Batman, Superman, un fantástico tomo de Daredevil traducido como Dan Defensor…
Y no me gusta que me tomen por subnormal.
Cuando Forum distribuía mensualmente Spider-man a 3 euros (más o menos, que están a pesetas) te venían TRES, no una ni dos, TRES HISTORIAS. A euro por historia. Y lo pagaba de muy buena gana.
También eran los 90 y para Spider-man fue la época de «a ver cuántas colecciones podemos sacar para exprimir al arácnido», pero ojo, que con la entrada de siglo y la época Straczinsky pasaba IGUAL.
Que mi versión de Batman: Año Uno puede que sea de tapa blanda y de hojas de menor calidad, pero que me costó UN, UN PUTO EURO CINCUENTA. Explicarme entonces cómo demonios ECC cree que vamos a pagar DIEZ veces más lo que me costó en su día. ¿Diez veces más cuesta una tapa dura y un mejor papel? Porque si es así, explicarme la bochornosa edición de Watchmen a VEINTICINCO EUROS y en tapa blanda.
Está bien, el cómic es un medio que puede ser visto infinitas veces desde el punto que quieras, a diferencia del cine (aunque con sus peros), pero pagar DOS EUROS CINCUENTA por un cómic de 30 páginas es un robo a mano armada. Dentro de diez números tendré al equivalente a una reedición en tapa dura en cuanto a tamaño, SALVO POR LA EXCEPCIÓN DE QUE SERÁ EN TAPA BLANDA Y QUE ME COSTARÁ 25 EURAZOS. SÓLO WATCHMEN CUESTA ESA SALVAJADA Y PORQUE ESTÁ CONSIDERADO «EL» CÓMIC.
Sinceramente… No sé cómo va el percal en las demás líneas. Cuánto cuesta ahora un cómic de grapa de Spider-man es algo que desconozco, pero sinceramente, me alegro de haberme bajado de éste carro.
Una cosilla. Ayer me puse al día con Berserk (puto barco de los cojones), todo ello por Internet. Y sinceramente, me sabe mal, porque habría pagado los diez euros que cuesta cada tomo, los cuales tienen una cantidad insana de páginas y encima te incluyen un póster doble. Habría pagado los diez euros de cada uno de los treinta y pico números que la componen.
Replantearos, compañías de cómics, que igual el problema no es el público. Igual el problema es el medio y su idea de comercio.