(Antes de que sigas leyendo, déjame decir algo: Silent Hill 2 es de los mejores videojuegos que he jugado, una obra maestra. Si no lo has jugado, ni se te ocurra acobardarte porque sea de miedo. Cómpralo y pásatelo)
Silent Hill me pareció un juego tan absolutamente redondo que no concebía ni una segunda parte. Nada puede superarlo. Es sencillamente una de esas cosas que hay que jugar.
Cuán equivocado estaba.
Silent Hill 2 (el cual cogí con mucho escepticismo) es una puta obra maestra. De las gordas. De esos juegos. Digo sin miedo a equivocarme que ocupa mi personal podio de los mejores juegos de la historia junto con Metal Gear Solid 3. Así que así está el patio.
Silent Hill 2 es un juego único, y único será su análisis. Volvemos al pueblo después de tantos años, después del primero. Se ha roto el silencio, como reza la caratula del mismo.
Silent Hill (tanto pueblo como juego) ya no es lo que conocíamos. Silent Hill está en silencio. Ya no es una pesadilla. Silent Hill es la pesadilla de los culpables. Silent Hill es el hogar del pecado y el castigo.
Y James Sunderland acoge al pecado y aguarda el castigo.
Silent Hill (entendamos a partir de ahora que, a no ser que se indique lo contrario, me refiero tanto a juego como a lugar) definitivamente dista mucho que vimos en aquella primera entrega. Yamaoka es partícipe de ello con una banda sonora que es mucho menos cargada que en la primera. El ambiente de Silent Hil 2 es distinto. La alarma ya no indica que el mal te va a estallar en la cara. Ahora el mal lo llevas tú, y lo vas sacando poco a poco.
Tengo un problema con esta entrada, y es que este juego es demasiado bueno como para repetir cosas que ya he dicho en otras entradas, así que voy a intentar decir cosas nuevas. Silent Hill 2 es la razón por la que defiendo los videojuegos ante otros medios. Silent Hill 2 es la obra creativa más terrorífica que me he echado a la cara. Silent Hill 2 juega en sus términos, con un estudio tan centrado en su medio y consciente de lo capaz que puede dar que dan el que posiblemente sea el mejor videojuego que ha parido ésta industria.
«Aquí antes había un agujero. Ahora ha desaparecido»
Es el mayor ejemplo de obra artística centrada y aprovechada por un equipo de artistas que he visto nunca. Silent Hill sabe cuándo mostrar a un personaje. Cuándo mostrar a un enemigo. Cuándo revelar cierto aspecto. Este maldito juego es tan partícipe de todos los elementos que lo integran que juega contigo. Pero en éste caso, esto cobra doble matiz. Que Silent Hill 2 juegue contigo es brillante porque a) encaja en su trama b) es el enfoque idóneo de un título de terror.
James Sunderland es posiblemente uno de los personajes más curiosos de empatizar. Primero porque el juego tiene varios finales, por lo tanto, dependiendo de cómo actúes en el mismo, James llegará a un clímax o a otro (y los finales están mucho mejor hechos que en el uno. Ya no se desbloquean por «explorar más» y hacer «x cosa». Ahora se desbloquean según tus acciones). Segundo porque empatizas demasiado bien con James. Todo el mundo se puede poner en su situación, y lo mejor de Silent Hill es que es llevar el juego en términos de interacción a la máxima potencia.
El punto de guardado, excelentísimo recurso que representa el subconsciente de James.
¿Hasta que punto te identificas con la actitud de James ante el asesinato de su esposa? ¿Tienes una visión distinta de qué función ejerce Pyramid Head con otra persona? ¿Has investigado las calles y los sitios secretos de Silent Hill para averiguar más detalles de la trama, como por ejemplo la enfermera que cuidó a Mary y el acosador que tenía?
El juego es, literalmente, descender a Silent Hill y recorrer tu propia psique. ¿Cuánto te adentrarás en ella, cuánto descubrirás? ¿Volverás a descender?
Simbolismo.
Es de las mejores tramas que he visto nunca porque pese a no tener mayor complicación que la que es (el asesinato de Mary, la mujer de James, y su posterior negación, la cual acaba aceptando mediante Silent Hill) tiene infinidad de puntos de vista, matices, y simbolismo. Silent Hill 2 es simbolismo.
Esto está estrechamente relacionado con el terror psicológico, elemento principal del juego. Silent Hill 2 es bastante ambiguo a la hora de tratar todos los temas que trata (no en vano el Team Silent asegura inspirarse en el terror de Kubrick y Lynch), ya que se apoya fuertemente en gran cantidad de simbolismos. Os pondré algunos ejemplos de elementos que trata: represión sexual, violación, sexualidad…
«I’m not your Mary»
El simbolismo es frecuente en todo el viaje. Mismamente, Silent Hill es una representación simbólica del purgatorio terrenal. No es casual tampoco el aspecto de los enemigos. A primera vista puede parecer que los enemigos son menores y de aspecto similar, pero ésto de nuevo juega un papel en la trama. Los enemigos suelen representar la sexualidad o frustración de la misma de James cuando su esposa estaba enferma. En sí, que haya enfermeras acosando a James no es casual, es el fetichismo tópico de la enfermera. También Maria es un elemento simbólico ya que surge del deseo reprimido de James.
No nos olvidemos del aspecto técnico del juego. En lo sonoro, éste es el mejor que he visto ¿nunca? en un videojuego. Yamaoka realiza un trabajo soberbio, y como deja entrever, conoce plenamente su función en el juego. El juego le debe tanto a la banda sonora que sin él la calidad sería notablemente inferior. Pero eso no se queda ahí. Yamaoka llegó a crear hasta más de cincuenta sonidos distintos para las pisadas de James.
«Un silencio es a veces el mejor sonido»
Akira Yamaoka
Respecto a lo técnico, el juego cumple ya 14 años y tiene uno de los apartados más impresionantes que he visto en una PS2. Es algo evidente que todo nace fruto de la dedicación del equipo, ya que Sato Takayoshi decidió prescindir de la captura de captación de movimiento de la cara para que en el juego pudiese plasmar todos los músculos implicados en ciertos gestos.
Lo mejor de todo es que Silent Hill 2 está desarrollado por un equipo de cincuenta personas, cincuenta creativos que dieron al mundo ésta maravilla.
En éste análisis no hay conclusiones, todo lo dicho lo es en sí mismo. Silent Hill 2 es una obra maestra de los videojuegos y hay que estar ciego para no verlo y para no jugarlo.