Se ve que en los últimos años hemos llegado a una moda en el que se empiezan a adaptar series de televisión basándose en películas clásicas de culto. Cuando me enteré de que iban a adaptar la obra magna de los hermanos Coen a la pequeña pantalla, yo era uno de los primeros en decir que sería un tropiezo que no conseguiría llegar al nivel de genialidad que la película homónima y desvirtuaría mucho el buen recuerdo que teníamos de ella. JODER QUE EQUIVOCADO QUE ESTABA.
Parece que siempre llego a olvidarme del increíble nivelazo que hemos alcanzado en series dramáticas en los últimos años. Pues bien, ahí están series como Fargo, para recordarme que las series pueden llegar a ser tan increíblemente cojonudas que llegan a superar por completo el material original en el que se basaron. No, no lo habéis leído mal. Lo he insinuado y ahora os lo repito más claro: Fargo es tan buena que incluso llega a ser infinitas veces mejor que la película de los Cohen. Con solo 2 temporadas de 10 escasos capítulos, esta cabrona ha sido capaz de cautivarme incluso más que una de las mejores películas de 2 de los mejores directores de todos los tiempos. SI, ASÍ DE BUENA QUE ES. Si queréis saber por qué, tirad apara abajo:
2 Temporadas. 2 mundos completamente diferentes. 2 obras maestras cargadas con increíbles historias, magníficos personajes y una narrativa y ambientación sensacionales. Pero también al mismo tiempo con sus propios simbolismos, sus propias filosofías, perspectivas y modo de presentarnos el mundo. ¿Cómo coño se consigue que una serie basada en una película de culto pueda ser tan cercana a dicha película y a la vez ser tan distinta en todos los sentidos? Pues mirad, no lo sé. A día de hoy, 3 días desde que acabé la 2ª temporada, no tengo ni puta idea. Pero lo ha hecho, Noah Hadley ha conseguido captar toda la esencia de los hermanos Coen y al mismo tiempo hacer de Fargo una serie única y personal, con sus propias cuestiones e interpretaciones.
Ambas temporadas cuentan con todos los elementos más prominentes del mejor cine de los Coen: Personajes tan raros como fascinantes, humor negro seco y rebestia mezclado con el drama más desgarrador y enredos estúpidos que acaban en desastrosas consecuencias. Pero lo mejor que hace esta serie para apoyarse y superar el estilo de los cineastas de Minnesota es sin duda el plasmar a la perfección su seña de identidad más característica: Su filosofía del absurdo y del sinsentido, su nihilismo existencial. Ese aura de inexplicable de todas las esperpénticas situaciones que se suceden. De que el único sentido que se puede encontrar en ellas es que no tiene ningún sentido. Y esto se desarrolla de forma muy prominente y genial en los últimos de la segunda temporada.
«Oh, ¿Que vas a hacer? ¿Matarme con un Martillo?»
Pero la serie va más allá de ser un desarrollo del trabajo de los Coen. Cada una de las temporadas tiene algo que la hace única y fascinante. Historias diferentes, con personajes diferentes en épocas diferentes. Y sobre todo una temática y filosofía también diferentes. Es como si fuera igual que el trabajo de los Coen….Pero diferente. Comparte mucho de la pareja de directores, pero a la vez es de lo más originales que he visto en mucho tiempo. Igual…Pero distinto. Una historia distinta, pero enmarcada en el mismo universo temático de los directores. Voy a pasar de explicarlo más porque no podría hacerlo mejor ni aunque quisiera. Asi que mejor os digo ya lo que opino de ambas temporadas en concreto.
La primera es la mejor en mi honesta opinión. Para mi tiene la mejor historia, la mejor ambientación y sobre todo, los mejores personajes apoyados en actorazos de renombre que sacan sin lugar a dudas las mejores interpretaciones de su carrera. En esta temporada logran captar toda la esencia de la Fargo de los Coen, añadiéndole una historia completamente original. Se vuelve a esa ambientación de pueblecito aislado donde la nieve no es elemento común, sino que es otro protagonista de la historia más, un personaje silencioso que influencia constantemente la vida de los protagonistas. Se vuelve a ese extraño pero a la vez fascinante contraste entre la bondad y casi candidez de los personajes del pueblo y la violencia más extrema y brutal. Ese aire de crimen de la botica de la abuela o violencia con calidez hogareña que tan raro y original quedaba en el film de los Coen.
Pero los personajes son sin duda el punto pivotal donde se apoya esta serie. Con los mejores actores del momento brindándote sus mejores interpretaciones hasta la fecha. Para empezar tenemos al mismísimo Martin Freeman (Sherlock, El Hobbit) interpretando a Lester Nygaard. Una suerte del personaje que Wiiliam H. Macy interpretaba en la original pero con otra historia y orígenes. Freeman interpreta a un marido calzonazos y sumiso que ha sido constantemente pisoteado durante el resto de su vida. Pero cuyas frustraciones terminarán por hacerle explotar y convertirle en un depredador desalmado con máscara de bonachón. Un lobo con piel de cordero. Luego tenemos a Molly Solverson (Interpretada por Alliso Tolman) una reinterpretación del personaje de Frances McDorman pero igual de genialmente trasladado. Una policía estatal de Dakota del Norte que, a pesar de su imagen de chica tontita pero agradable, se esconde una detective tenaz e incansable capaz de resolver el caso más complicado de su carrera.
Incluso hasta los personajes secundarios son de los más interesantes y originales que he visto en la pequeña pantalla. Me declaro fan absoluto del “Señor Tuercas” y el “Señor Números” Dos matones a sueldo que solo se comunican por señas al ser uno de ellos sordomudo, pero que no dejan de ser asesinos implacables. Aunque de entre todos ellos, solo hay un personaje que consigue llevarse todo el show a casa con él. Solo uno consigue ser la mera razón por la que te has quedado enganchado a la pantalla y pendiente de un hilo: LORNE MALVO. Interpretado por Billy Bob Thornton es, en términos prácticos, uno de los villanos más carismáticos, complejos, enigmáticos e interesantes que ha dado las series de televisión hasta el momento.
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Para Distinguir a los Depredadores
Billy Bob ThornTon DA PUTO MIEDO. Su personaje es un asesino psicópata frio al que no le importa matar, embaucar y manipular a media Dakota del Norte con tal de conseguir sus propios objetivos. Un asesino tan despiadado e imparable, que muchas de las veces crees que no es un hombre sino un ente sobrenatural e imparable que viene a aniquilar a toda la población del pueblo. La parca embutida con un abrigo de piel y disimulada con una cálida sonrisa. Porque esa es otra de las más que interesantes facciones de este personaje: Es un ente camaleónico que puede adoptar cualquier personalidad con extrema facilidad y así mantener engañada a toda la población. Y al mismo tiempo es uno de los personajes más carismáticos y reflexivos con el que me he topado en una serie. Marcándose las frases más antológicas y lapidárias que te harán pensar con profundidad en más de una ocasión. Todo ello mientras tratas de que no te de un infarto por la fría y descorazonada interpretación que le da el veterano actor. De los mejores y más complejos antagonistas que las series de televisión hayan podido parir.
La segunda temporada, aunque no es mi favorita, no desmerece mis respetos lo más mínimo. Porque resulta ser la que rompe con todo los marcos establecidos. Es la que se toma mayores libertades y mayores reaños en cambiarlo absolutamente todo. La que ya de por si nos demuestra que estamos ante una obra completamente original y de autor que no se basa en nada ni quiere adaptar nada. La premisa de la segunda temporada es la misma, varios asesinatos. Al principio puede parecer muy simplona por ser una simple guerra de bandas, pero el marco de esta segunda temporada esconde muchos enredos y subterfugios complejos entre los personajes que una vez más, hace que la serie brille con esplendor.
Para mí la segunda temporada es la que tiene más huevos. Porque es la que se atreve a cambiarlo todo. La ambientación, la época (Se traslada a finales de los años 70) la filosofía y los personajes. Hasta la puta narrativa y estilo cinematográfico dan un giro de 180 grados aquí. Algo que fue lo que más me impresionó de esta. Tanta es su obsesión por no estancarse en un estilo determinado, que muchas veces la historia se va contando con estilos narrativos y cinematográficos totalmente dispares. Estas viendo un capitulo que discurre de la forma natural, para de repente ver otro en el que se cuenta con un narrador omnisciente a modo de crónica de programa de sucesos criminales. Y luego saltas a otro que se cuenta como si estuvieras en una antigua serie de televisión de los 60.
La cinematografía y el modo de rodaje sufren también este cambio tan diametral. Se nos ponen escenas superpuestas las unas con otras muy al estilo “24” se nos irradia a lo bestia de geniales canciones de funk y rock de los años 70 como si fuera una de las primeras películas de Tarantino. O incluso ya directamente los últimos capítulos se marcan un Tarantino en toda regla, saltándose la línea temporal y su orden y presentándonos flashback y flashfowards. Siendo lo que más valoro de este venazo narrativo el que algunos de los capítulos son un boom multiperspectivo. En el que se nos muestran los mismos acontecimientos pero vistos desde l perspectiva de distintos personajes. Estas partes son magistrales y consiguen darle una frescura la narrativa que las catapulta a un nivel encomiable.
Y parece que centrándome en la narrativa y su estilo cinematográfico me estoy olvidando de los personajes. Pero no es así, al igual que en la primera temporada tenemos un genial reparto con actores veteranos tanto de la pequeña como de la gran pantalla que se marcan tremendas interpretaciones. Y secundarios acojonantes con todas las letras que en muchas ocasiones nos brindan escenas con una tensión tan espesa que se podría cortar con un cuchillo. Solo diré ante esto una cosa: EL INDIO. PUTO Y JODIDO INDIO. Otro antagonista increíble que piensas que en la jodida encarnación del mismísimo satanás. Un antagonista silencioso, con convicciones, al que tampoco le importa convertir medio pueblo en una carnicería si eso le impide conseguir sus objetivos. Este cabrón roba las escenas de una forma brutal sin ni siquiera decir más de 2 palabras. Escenas cuya tensión no tiene nada que envidiar a las de otros antagonistas de los Coen como el personaje de Anton Chigurh en No es País para Viejos. El único problema de que no me llegará tanto a mí era bien sencillo: Lorne Malvo vino antes.
Pero si hay algo que comparten ambas temporadas por muy dispares que sean, es su filosofía y modo de ver el mundo. Tanto la primera como la segunda te hacen plantearte cual es la verdadera condición del ser humano. Si somos seres pacíficos por naturaleza, o si en cambio somos depredadores ávidos por matar a cualquiera escondidos bajo una máscara de falsa socialización y convivencia fingida. ¿Y si somos lobos con piel de cordero? ¿Qué ocurriría si bajo esa bondad y candidez se encontrara un animal deseoso de aplastar como cucarachas a cualquiera que se le interponga en su camino? Eso es lo que plantea Fargo. De que solo hace falta una simple chispa, un pequeño catalizador para que hasta en la localidad con la gente más buena, inocente y cándida del país saque el lado más brutal y animalístico del ser humano. Somos animales violentos por naturaleza, que solo han sido correctamente domesticados bajo la correa de la represión y la socialización.
Otro subtono reflexivo que parece con mayor prominencia en su segunda temporada es justo lo que caracteriza el cine de los Coen: Lo absurdamente cómico y sinsentido de la existencia humana. Muchas de las ocasiones planteadas en la serie son tan inexplicables y bizarras que la mejor explicación es no plantearse ninguna. De que no hay sentido ni direccionalidad en nuestra accidental existencia y que de la forma más gilipollesca y absurda podremos acabar en el hoyo. No hay nada especial en nuestra superflua y anodina existencia, cuando matan a un personaje, tan solo es un cadáver más al que no le importa a nadie más. Ni siquiera uno de los sucesos más estrafalários y fuera de contesto que ocurre en el final de la segunda temporada le dan mayor una importancia ni le buscan explicación. Un momento WTF?! Tan impresionante que no voy a mencionar porla salvaguarda de los spoilers, pero que los personajes le conceden el mismo interés como quien mire una piedra. Es como ver una serie sobre la filosofía de Alber Camus en donde por casualidad hay una secesión de asesinatos.
Por sus personajes, por su original narrativa, por Lorne Malvo y el Indio, por su ambientación, por su increíble estilo narrativo en la segunda temporada, por todo eso y más que seguramente me habré dejado por el camino, Fargo es una de las mejores series que he visto hasta el momento y una que jamás podría dejar de recomendar. De entre mi Top 10 personal estaría entre Breaking Bad, Sons of Anarchy y Twin Peaks. Y eso solo con 2 temporadas. No sé lo que Noah Hadley nos tendrá preparado para las siguientes, pero ya solo estas 2 es de lo mejor que os podéis ver en series actuales sin temor a equivocaros. Da igual que no hayáis visto la película original o que tengáis una estima desorbitada a esta. Si os gusta lo bueno, os gustará Fargo.