Ficha Técnica:
-Año: 2017
-País: Estados Unidos, Reino Unido
-Dirección: Edgar Wright
-Producción: Tim Bevan, Eric Fellner y Nira Park
-Guion: Edgar Wright
-Fotografía: Bil Pope
-Edición: Paul Machliss y Jonathan Amos
-Música:
-Reparto: Ansel Engort, Jamie Foxx, Jon Bernatal, John Hamm, Kevin Spacey, Lili James, Eiza Gonzalez
Edgar Wrigt es esa clase de tío que tiene una idea alucinante en la cabeza y, a pesar de que sea una idea escueta o limitada, sabe rodarla tan cojonudamente bien y con tan tanto estilo que consigue hacer que pinte aún más alucinante en la gran pantalla. Esa es justo la sensación que me dio tras ver Baby Driver. Estilo sobre sustancia. Una peli con una premisa tan insignificante y superficial, que gracias a un estilo único que impregna todo el film, consigue cautivarnos y salirse con la suya. Después de habernos regalado el cineasta británico una de las más desternillantes trilogías que se recuerdan, Wright cambia de marchas y nos trae una peli de persecuciones con carácter peculiar. ¿Pero es tan buena como la trilogía del Corneto, o es una cinta que se quedará derretida en cuanto le demos el primer lametazo? Salgamos de dudas con mi crítica:
Baby Driver es una peli de persecuciones a la antigua usanza, así de simple. Con todo lo genial que nos gusta de las cintas clásicas del género, y al mismo tiempo plagado también de todos los tópicos y clichés que tanto nos cansan de ellas. Pero lo que hace brillar de entre todas las demás es el estilo tan peculiar y característico que baña toda la cinta. Es una película rítmica. Si, seguramente eso no os habrá dicho una mierda así que lo diré un poco más claro. Es un musical de persecuciones. Una cinta donde la banda sonora y la música que le acompaña cobra tal protagonismo que se vuelve la fuerza energizante de esta y el vehículo que la mueve. La música como un elemento narrativo, la banda sonora como una forma de acción.
Pero antes de ahondar más este contrapunto tan característico que le ha añado Wright, me gustaría analizar lo que más me interesó a la hora de animarme a ver esta película ¿Es buena como cinta de atracos y persecuciones al uso? Para un colgado como yo que ha crecido viéndose Bullit una docena de veces, te diría que sí, absolutamente. Es un pasote que da en todas las notas adecuadas para no tener que envidiar nada a las grandes del género. Persecuciones trepidantes de verdad, con coches de verdad, haciendo filigranas y maniobras alucinantes de verdad, en ciudades de verdad. Eso es lo que diferencia una cinta de persecuciones de calidad de una de A todo Gas. Aquí se realizan persecuciones reales con su buenos especialistas detrás y no se recurre a utilizar un croma verde y cutrísimos efectos de CGI constantemente. En esta cinta no hay trampa ni croma, ves de primera mano ese derroche de presupuesto con coches auténticos a toda velocidad derrapando, chocando y volcando. ASÍ SI.
Pero algo que aunque yo adoro como el que más de esta clase de género, el cual yo suelo bautizar como género “Driver” o género “Conductor de Huidas” (Ya sabéis, Thriller y drama criminal + cientos de persecuciones) es algo que también puede resultar una amalgama de tópicos muy manidos y clichés demasiado sobreexplotados para el resto del público, o de aquellos que buscan algo diferente. Que no son de por sí nada malos, pero los hemos visto infinidad de veces en cintas parecidas. ¿Atracos convulsos y adrenalínicos? Fichado. ¿Protagonista callado y enigmático? Fichado. ¿El clásico psicótico del grupo de atracadores a lo Sr.Rubio/Weingro que echa todo el plan a perder? Fichado. ¿Chica que al ver al protagonista se le bajan las bragas instantáneamente? Fichado. Chica que se convierte en el motivo para el protagonista para retirarse y “Dejar el negocio”: RequeteFichado. Joder, de no ser por el título de esta crítica cualquiera os diría que os estoy describiendo la película Drive de Nicholas Winding Refn a la puta perfección!
Pero al igual que con la cinta protagonizada por Ryan Gosling, esta se libra de acabar en la quema precisamente porque trabaja bien con estos clichés y, más que un reciclaje o reutilización de estos, se siente como un sentido homenaje a estos. Enalteciendo dichos tropos gracias al estilo y personalidad tan característicos de la cinta. Ya sea con el estilo de Drive, o bien con el estilo de videoclip constante de Baby Driver es, en cierto modo un homenaje, para nada un fallo. De hecho quiero creer que la intención de Wright desde el principio ha sido la de parodiar estos tópicos reduciéndolos a su más insultante simpleza, para autoparodiar de alguna forma la sencillez y a la vez inexplicable fiabilidad que tienen para mover la narrativa en esta clase de historias. Y conociendo la filmografía de Wright, me da que esa ha sido su auténtico propósito.
Pero claro, al igual que mencioné con Scream, si se burlan de clichés sin tratar de cambiarlos o hacer algo con ellos al respecto, te siguen metiendo los mismos clichés y siguen cayendo en sus fallos. Es como un chiste sin remate, una burla de la que nadie se ríe. Pero como también he dicho antes, es el estilo de musical de persecuciones y videoclip con narrativa lo que rescata esta película de ser machacada sin piedad. Ese estilo de clip de la MTV con narrativa y filtros de molonería y alucine total por todas partes, es como un manto que cubre y enmascara todas las carencias de esta película que se concretan en un argumento escueto, abordado hasta la saciedad y en los huesos.
Entonces ¿Cómo consigue la música transformar una película de persecuciones normalilla en algo tan especial? Convirtiéndola en el motor de la acción y elemento narrativo. La película avanza solo con la música y sus escenas solo acontecen siguiendo su patrón rítmico. Esto es el mayor logro de la cinta. Todo en ella está dispuesto para que avance con el compás de la música y concuerde con su tempo. Las persecuciones se convierten en un baile sincronizado con la música, los tiroteos se tornan una danza de balas simbiótica con la melodía. Cada derrape, cada frenazo, cada golpe y cada tiro está perfectamente alienado con ritmo de la canción de cada escena. Esto hace que la banda sonora no actúe como un mero complemento de la película, sino que la banda sonora ES la película. La banda sonora es lo que da forma a la película, y es la película se va adaptando y desarrollando acorde al ritmo de su banda sonora.
Esto es lo que la hace ser radicalmente distinta a otra clase de películas. Mientras que desde siempre hemos tenido cintas que se valen de una buena selección de canciones para acompañar a muchas de sus escenas, en Baby Driver las canciones toman una parte activa en su ejecución. No son un complemento pasivo que adereza la acción, sino que estas energizan la acción, ritmo y narrativa de cada escena. Y todo esto lo consiguen valiéndose de la excusa argumental de que nuestro joven protagonista tiene una afección auditiva y tiene que escuchar música constantemente para calmarla. A ver, es una excusa un tanto cutre, pero coño está bien traída y da el pego. Cuando os dije antes que la película era como un musical de persecuciones o un videoclip narrativo, ahora comprendéis sobradamente por qué.
Lamentablemente, aunque la selección de canciones de la cinta está muy bien escogida, para mí solo han conseguido resonar en mi cabeza 3 o 4 contadas. Pero esto no es problema de las canciones en sí o de la película, porque que te lleguen a gustar los temas o no, eso es enteramente subjetivo y depende de los gustos de cada uno. Pero me da en la nariz de que no soy el único que de entre la enorme lista de canciones que sonaban en la película, solo un par de ellas habrán sido recordadas por la mayoría. No me malinterpretéis, el buen gusto de Wright a la hora de seleccionar canciones molonas y que bañen a la película de un manto de alucine total es tan acertado como el del propio James Gunn en Guardianes o el de Tarantino en toda su filmografía. Pero aun así, no me acaban de cuajar del todo. En fin, os dejo con las que considero las mejores:
Otro punto a favor de la película que sería criminal dejar pasar es el fantástico elenco de actorazos que la protagoniza. En muy pocas ocasiones una película puede presumir de tener intérpretes de la talla de Kevin Spacey, John Hamm, Jamie Foxx y John Berntal y muchos menos aún de coincidir en una sola película. Y cada uno de ellos brinda una interpretación increíble, que si bien para algunos otros es casi anecdótica su aparición, se le acaba recordando muy gratamente. En especial Spacey, Hamm y Foxx. Que el primero, haga lo que haga en cualquier película, se saca la polla sin apenas esfuerzo. Y Hamm y Foxx aunque tengan que lidiar con los ya revistos clichés de atracador profesional pero farlopero para el primero, y atracador psicótico e imprevisible para el segundo, consigue traernos unas interpretaciones creíbles y memorables.
Pero eso yo creo fehacientemente que también es mérito del guion. Confeccionado también por Wright, para tener tan pocos diálogos entre personajes en favor de su banda sonora, los pocos que tiene, consiguen sacarte frases antológicas que cimentan a la perfección en pocas líneas la personalidad y mentalidad de cada uno de los personajes. De entre todas me quedo con los diálogos del personaje de Jaime Foxx antes de cada atraco. Son técnicas de neutralización y anulación de responsabilidad previo al acto delictivo que te diría cualquier manual de criminología. Ojalá se pudiera decir lo mismo de nuestro joven protagonista, que tratando de abrazar el arco de prota silencioso, enigmático y duro, acaba resultando un personaje letárgico, catatónico y casi sugiriendo como dicen algunos de los personajes secundarios que tiene alguna especie de tara mental. Pero es bueno saber que solo se da esto al principio y que conforme avanza la cinta, el protagonista tiene su buena cuota de diálogos con frases que cimentan su personalidad.
¿Y qué más puedo decir de Baby Driver como conclusión? Que es una genial cinta de persecuciones y atracos tan buena como las de antes, cuyo concepto de utilizar la banda sonora como fuerza motora de su acción y narrativa, la convierten en una película original y distintiva, pero no se puede decir mucho más. No aspira a ser la quintaesencia del cine moderno (No como muchos en RottenTomatoes pregonan…) ni tampoco lo pretende. Es una cinta de acción divertida, bien dirigida, que nos trae algo nuevo a la palestra, y que a fin de cuentas ese concepto nuevo es lo que la rescata de la mediocridad. Para mí ha sido una película Guay, decente y con personalidad, pero nada más. ¿La recordaremos tanto como Drive,Ronin, Bullit u otras grandes del género? Ni de puta coña. ¿Es tan buena como las usuales de Wright o como la trilogía del Corneto? Solo el tiempo nos lo dirá. Pero os aseguró que quienes jamás os lo dirán son las webs de críticas que polarizan películas endiosándolas salvajemente o lapidándolas sin piedad.