Otra serie de animación para adultos, otra obra maestra que ha conseguido romperme todos los esquemas. No sé qué demonios ha ocurrido en estos últimos años con este tipo de animación, pero cada serie que veo, serie que consigue tener algo que me fascina increíblemente. Pero ¿Qué es ese algo que ha conseguido sorprender a miles de personas y fans en tan solo 2 temporadas? ¿Qué es ese elemento que a más de uno le ha hecho pensar que estamos ante la mejor serie de animación para adultos de la historia?
Buenas razones han sido las que han conseguido que se ganara el eterno respeto de todos sus espectadores y, por consiguiente, el eterno coñazo de todos mis amigos implorándome constantemente que me la viera. Pero tenían razón, la tenían toda. Hay ciertas ocasiones en las que, una serie es tan indiscutiblemente buena, que el público es unánime y tienes que prestarle toda tu atención. Y os ruego que esta vez vosotros hagáis lo mismo conmigo, porque os pienso detallar a continuación todas las razones por las que esta serie es una pasada:
Como precedente deciros que, hasta hace bien poco, tenía un concepto muy equivocado sobre lo que era la animación para adultos. Pensaba que en la mayoría de las ocasiones este tipo de animación se basaba en series que se centraban en humor escatológico, reburro, de caca-culo pedo-pis y sin soltar nada más profundo o introspectivo que realmente merezca la pena, más allá de ver como se realiza la próxima salvajada políticamente incorrecta solo porque sí. De hecho y por lo que me contaron algunos colegas de confianza, muchas series de adultos no pasan más allá de eso. Pero gracias a Archer y, especialmente la serie que nos ocupa, jamás me he alegrado tanto de estar equivocado. Porque Rick & Morty es todo eso y más. Todo el humor escatológico y rebestia sin ninguna clase de mesura, pero también una serie que llega a profundizar sobre temas serios, reflexivos, políticos y filosóficos con extraordinaria precisión y soltura. Y eso para mí es un logro difícilmente alcanzable pero indudablemente loable.
A priori pensaba que lo único que estaba enfrente de mí, no era más que una parodia escatológica de Doc Brown y Marty McFly de Regreso al Futuro, como una especie de versión retorcida de todas esas películas alucinantes de ciencia ficción que utilizaba ese punto de partida para soltar toda clase de humor negro y desternillantes barbaridades pero sin dar pié a nada más que la simple comedia y las referencias culturales. A fin de cuentas eso eran los primeros capítulos. Un Parque Jurásico en el organismo de un mendigo moribundo, Un Padre con una obsesión enfermiza con el Titanic, una dimensión de gente reducida a masas sanguinolentas y horribles llamada “La Dimensión Cronemberg”…
Que no hay nada malo en solo limitarse a eso, que ya de por si el humor bestia y los guiñazos culturales fueron una de las cosas que más me enamoró de Archer. Tampoco ayudaba mucho el hecho que el dibujo y la animación eran excesivamente simplones. Pero luego la serie a bote pronto decide dar un paso más allá, un paso agigantado en el que con cada nuevo capítulo nos trae a la palestra preguntas filosóficas y existenciales, cuestiones políticas, reflexiones sobre el progreso, la ciencia, la religión… Y te acabas diciendo a ti mismo: ¡SU PUTA MADRE! Repentinamente una serie que no parecía avanzar más allá de la parodia negra, se convierte en una declaración de intenciones que profundiza y te hace reflexionar sobre temas complejos y sobretodo, adultos.
ESO ES UNA SERIE PARA ADULTOS. Aquella que sabe traer temas adultos y nos invita a reflexionar sobre ellos. Cada capítulo es una mina de oro. Cada uno consigue hacerte pensar sobre temas diversos y complejos y encima lo hace en menos de 21 minutos. Cuestiones tan densas como algo que estarías dando en una clase de ciencias políticas, filosofía o sociología, esta puta serie te las trae y las aborda en menos de lo que dura una partidilla de Conquista en el Battlefield. No se vosotros pero a mí esto me parece increíble. Pero más increíble me resulta que en cada capítulo pueda tratar un tema distinto tan interesante como de rabiosa actualidad y nunca pecar de cansancio, redundancia o sobreexplotación temática. Cada capítulo es una declaración de intenciones sobre temas dispares que invitan a la concienciación y nunca se quedan obsoletos ni demasiado trillados.
Son muchos los temas que aborda, pero uno de los más prominentes que siempre está presente en mayor o menor medida en cada capítulo, es la filosofía existencialista. Más concretamente el nihilismo existencial. La temática más férrea de toda la serie siempre es dejarnos bien clarito el sinsentido y absurdez de nuestra propia existencia. Mis capítulos preferidos en esencia son una patada en los cojones al sentido de la vida que solo el mismísimo Albert Camus sabría replicar. No en vano mi favorito de todos es el Capítulo de los Meesseeks. Unos hombrecillos azules que son creados con el propósito de ayudar a conseguir lo que pida el usuario que los ha invocado. Una vez que lo consiguen, estos mueren. Pero cuando no lograr mejorar el Golf del Inepto padre de Morty estos no consiguen lograr su propósito y no pueden morir. Y en consecuencia enloquecen al entrar en una crisis existencial en la que no le encuentran propósito ni significación a su vida. ES JODIDAMENTE DEMENCIAL Y GENIAL ESTE CAPITULO.
Y por si todavía no nos había quedado clara la filosofía de la serie, en otro capítulo Rick y Morty la lían tal pardísima que consiguen destruir la Tierra, toda la raza humana y a ellos en el proceso. Por lo que la única forma de salvarse es ir a otro universo paralelo o realidad alternativa donde no la habrían cagado. Y los Rick Morty de ese universo tendrán que lidiar con el hecho de que han enterrado a ellos mismos en el patio de atrás. El discurso consiguiente que dice Morty a su hermana sobre que somos accidentes que nacemos sin motivo, vivimos sin propósito y no pertenecemos a nada es tan jodidamente brutal y certero que da puto miedo el solo pensarlo. La siguiente frase ya solo te confirma el tono existencial de la misma serie: “No pienses en que estas desayunando a 10m de tu propio cadáver putrefacto. Olvídalo, vamos a ver la Tele” De la negación existencial y el nihilismo total al “Olvídalo” de tu existencia.
Y esas brutales y estremecedoras reflexiones sobre la existencia humana no son ni la punta del iceberg sobre todos los temas que nos invita a pensar la serie. Otro de los puntazos de la serie es su ácida y especialmente certera crítica hacia la Religión. El capítulo más representativo de esta temática (Pero no el único que lo aborda) es el de la visita de las cabezas gigantes voladoras a la Tierra. Una soberana y pertinente hostia hacia la irracionalidad de la religión. En lugar de que la gente se pregunté el por qué y la razón científica que se esconde detrás de la repentina visita de cabezas gigantes a la órbita terrestre, empiezan a adorarlas como Dioses sin cuestionárselo ni un solo segundo y elaboran una Religión que llega a tales extremos de tolerar los sacrificios humanos fundamentándose en un montón de gilipolleces inventadas. No sé cómo se salieron con la suya y no les acabaron censurando ese capítulo, porque da demasiado en el clavo a la hora de describir muchas religiones actuales. Por no hablar de que siempre, a través de la boca de Rick, la serie te deja bien claro que las religiones, las tradiciones y la cultura no dejan de ser una serie de acciones estúpidas y ridículas repetidas hasta la extenuación. Con discursos así, me quedé con callos en las manos al no parar de aplaudir
Y no contenta con no dejar títere con cabeza en cuestiones filosóficas y religiosas, también se atreve a tocar muchos de los importantísimos temas que han focalizado muchas de las redes sociales actualmente pero que tan bien se han empeñado en desvirtuar y llenar de mierda. Cuestiones como el feminismo y la libertad de expresión. Con solo ver el capítulo en el que Rick y Morty aterrizan en un planeta dominado por una sociedad matriarcal, se callarían muchas bocas de los giliprogres y los policías de la corrección política para que vieran los problemas de intentar buscar igualdad pisoteando los derechos del sexo contrario más por ánsias de venganza que por verdadera igualdad. Y todo ello dando un genial guiñazo a una de mis películas favoritas y la mayor reraz/paja mental ida de olla de ciencia-ficción que vais a ver en vuestra vida: Zardoz. Ya con solo ese capítulo es la serie de la década.
Aunque su mayor logro, aparte de todo su increíble compendio de reflexiones filosóficas/políticas/religiosas o existenciales que esconde, es que la serie en sí misma es toda una declaración política de intenciones apoyando la libertad de expresión y la libertad creativa. Un testamento en pro de la libertad artística, de opinión y de creencias. Pero sobretodo, un soberano hostión a toda la sobrecorreción política y lloricas de intenet que se abanderan en lo ofensivo como carta blanca para censurar contenidos. El discurso de Morty a Summer es una perla que deja bien claro que un verdadero autor debería preocuparse antes de su obra y de hacerla como quiera, que de herir delicadas sensibilidades y verse criticado y/o censurado por grupos de presión. Un artista debería pensar en su creación, no en lo que piensen los demás. OLE, OLE Y OLÉ por defender esto. Y más aún con los tiempos que corren.
Y aunque suprimiéramos de la propia serie y dejáramos de lado todos los subtemas, comentarios y demás mensajes reflexivos, seguiría siendo una serie perfecta. Porque toda ella es una tremenda explosión de creatividad e imaginación desbordantes. Cada capítulo es una andanza diferente en donde se va un peldaño más allá de los límites de la imaginación o de la narrativa convencional. Valiéndose tanto de la ciencia, como de la ciencia-Ficción, toda la serie es una piscina de posibilidades donde los protagonistas pisan realidades, planetas y universos diferentes o ya directamente desintegran los límites de lo quántico. Aquí tan pronto Rick y Morty acaban en un planeta en donde todos son culos o donde perros pasean personas, van a un consejero matrimonial interestelar para sus padres, o ya directamente joden la realidad y la convierten en varias realidades posibles futuribles y acaban en la dimensión de incerteza de Schrödinger ( Otro de mis capítulos favoritos)
Incluso los capítulos que mejor han valorado los fans (Los capítulos de la tele por cable interestelar) se basan totalmente en pura improvisación por los creadores de la serie que van soltando ideas y gilipolleces según avanza el propio capítulo. Un derroche de libertad creativa e imaginación sin límites que con razón ha cautivado a sus fans. Es por ello que deberíamos alabar esta serie con todo nuestro entusiasmo. Porque no tiene ninguna clase de barrera autoimpuesta que la delimite, ni en el plano narrativo, ni creativo, y ni mucho menos en ámbitos de comentario político, sociales o filosóficos.
Para concluir tan solo puedo deciros que esta serie es todo. Sé que es una vaga conclusión, pero a fin de cuentas es todo lo que le podría pedir a una serie y más de lo que se me hubiera ocurrido pedirla: Buen Humor, personajes desternillantes, una imaginación y creatividades desbordantes, dinamismo narrativo y experimentación en cada capítulo, comentarios y subtemas filosóficos, políticos y sociológicos que invitan siempre a la profunda reflexión. ¿Qué más se puede pedir? Por lo que ya no sé a estas alturas cómo deciros que os la tenéis que ver esta serie, más allá de deciros: “TIOS OS TENEÍS QUE VER ESTA SERIE!” Así que si, al final me he convertido en justo lo que me quejaba al comienzo de la crítica: En un fan tan abrumado por el alucine de la serie que no para de decirte que te la tienes que ver. Pero, es que, con toda seguridad y certeza, os puedo decir que… ¡TIOS, OS LA TENÉIS QUE VER!