Pensaba que era una forma muy cutre de justificar la salida de un Saints Row en PS4. Coño, y en cierto modo lo es. Pensaba que era una forma muy vaga de alargar artificialmente contenido, y el fondo tengo toda la razón para pensar así. Pensaba que solo iba a ser una triste expansión con muy pocas horas de juego y, honestamente, esto tiene parte de cierto. Y sin embargo he acabado adorando esta expansión casi tanto como el resto de sus hermanos mayores por la misma y sencilla razón que siempre acaba encandilándome de un juego: Me lo pasé en grande con él. Tenía todas las papeletas para que no me le diera ni la más mínima importancia y en cambio ahora casi lo valoro como la mejor expansión que han sacado este año. Supongo que queréis saber las razones que explican este cambio tan radical de opiniones, si es así tirad para abajo:
No exagero cuando os digo que, a priori, todo lo que parecía esta expansión era una excusa tonta para sacar pasta con el mínimo esfuerzo y recursos reciclados de anteriores juegos. Es más, si lo miramos objetivamente es exactamente eso. El mundo abierto del Infierno no es más que la Steelport de Saints Row The Third reutilizada (Que ya van 2 las veces que la han reutilizado si contamos a Saints Row IV. Ya empieza a inflar bastante los cojones…) Y con unos retoques mínimos para justificar el cambio de ambientación como sustituir el agua por lava, cambiar los aliens por demonios, poner unos cuantos montículos levitantes por aquí y edificaciones satánicas por allá, para que aparente que estamos en otro sitio cuando ya estamos pisando las mismas calles por tercera vez.
Los poderes tampoco se libran de este reciclado extremo. Son exactamente los mismos que teníamos en Saints Row IV solo que con el nombre y algunos efectos cambiados. La única y mínima diferenciación entre estos y los de su predecesor son que en realidad de llamarse Superpoderes, se llaman “Poderes Arcanos” Así bajo la excusa de cambiarte el nombre, te justifican el meterte los mismos poderes de antes sin apenas cambiarlos ni lo más mínimo. La única diferenciación son algunos de sus efectos. En lugar de lanzar rayos congelantes, los lanzas de hormigón, en lugar de controlar mentalmente a los enemigos, convocas un ejército de duendes cuyo elenco de acciones es exactamente igual, en lugar de prender fuego a los enemigos y robarles la salud, aquí tienes salud vampírica (Que es básicamente lo mismo solo que con un fuego de color distinto para que veas el cambio tan enorme que eso implica!) O ya directamente algunos poderes ni te los cambian como el de pisotón que se mantiene intacto sin ninguna clase de novedad.
Ni siquiera las armas, habilidades, animaciones de los personajes y npcs, vehículos, estructuras o acabados del mapeado han sufrido ninguna clase de cambio o novedad significativa. Todo es un refrito. Pero no un refrito cualquiera, sino un refrito de otro refrito de otro refrito si llegamos a pensarlo bien. Porque Volition no ha hecho nada nuevo con la franquicia desde Saints Row The Third, dedicándose a reutilizar recursos de este desde entonces. Así que es perfectamente comprensible la decepción y el cabreo monumental que podrá suponer para algunos que lo miren desde un punto de vista más objetivo o que esperen algo nuevo de la franquicia. Digamos que en mi caso es un 50/50. Mirándolo sin sesgos y dejando al lado todo el cariño que tengo a la saga, esta expansión no se libraría de la quema por tal muestra de pereza. Pero por otra parte su genial sentido del humor, su filosofía tan meta y gamberra y su diversión tan malsana es lo que hace que un producto tan reciclado y refrito consiga salirse con la suya y llevarme al huerto.
Para empezar la historia es tan jodidamente absurda y genial como en los anteriores. Si ya en The Third y el IV se les iba la pinza a los de Volition, aquí han rizado el rizo. Después de volar la tierra en mil pedazos, follarse a una raza alienígena entera y joder una Matrix que tiene esclavizada a la humanidad, Los Saints no tienen mejor cosa que hacer que realizar una Ouija por Halloween. Esta llama la atención del mismísimo Satanás quien secuestra al jefe para casarle con su hija. Sin comerlo ni beberlo Johnny Gat se mete de lleno en el infierno para rescatarlo con el elaborado plan de entrar allí y pegarle un tiro en la cara. No sin antes que todo esto sea narrado por Jane Austen como si la más épica gesta se tratara. Y con un par de cojones estás en el infierno, desatando otro infierno para liberar al jefe.
Esto es lo que siempre me gustó de los Saints Row, especialmente a partir del 3, que no se toman en serio ni a sí mismos y no paran de hacer las coñas y sátiras tanto del propio juego como de la industria y la cultura popular de la forma más gamberra posible. Es por eso que en no más de una ocasión los protas demolerán la 4ª pared diciendo lo sospechosamente familiar que les parece el infierno a Steelport y por qué vuelven a encontrarse con personajes de las anteriores entregas y vuelven a hacer encarguitos para ellos. Hasta las cinemáticas vuelven a ser un cachondeo puro cuando transforman la historia en un estúpido musical y Johnny Gat está tan hasta la polla de eso que lo arruina negándose a cantar.
Aunque el cenit de la sátira y de la rotura de la 4ª Pared se alcanza cuando en un momento dado Johnny trata de entender las absurdas razones de que el argumento avance de forma tan inepta y acaba hablando con un guionista de Volition que le confiesa no tener ni puta idea de cómo cojones avanzar la trama. La filosofía y mentalidad alocada y cachonda de este juego, al igual que en los anteriores, es oro puro.
Pero de nada sirve tener una temática meta, absurda y satírica si no tienes una jugabilidad divertida que la acompañe. Afortunadamente, la fórmula jugable de Saints Row se mantiene tan deliciosamente entretenida como siempre, y tan divertido acaba siendo, que consigue hacerte olvidar que estás jugando un auténtico refrito. La ciudad será la misma, pero está repleta de actividades diseñadas por y para pasárnoslo teta. Algunas repiten como fraude al seguro y caos y otras son diseñadas específicamente para el juego y los nuevos poderes que hemos adquirido con este.
Pero el elemento que a todas las une es el mismo que les ha acompañado siempre en toda la saga: Toneladas de actividades por hacer y mierdas que destruir y completar que nos otorgan montones de horas de diversión. No todo se reduce a misiones secundarias, eso es solo la punta del iceberg, también podremos desde recoger clústeres para mejorar los poderes de nuestro personaje, recopilar coleccionables, mejorar las armas, realizar vuelo acrobático, surfeas en coches ardiendo, atracar furgones blindados para ganar pasta… La seña de identidad de la franquicia siempre ha sido ofrecernos inmensidad de cosas por hacer en el mapeado, y aquí se mantiene a la perfección. Esto consigue que a pesar de que la historia principal se acabe en unas 6 horas, tengas una rejugabilidad muy generosa que consigue alargarla hasta las 20 si quieres completar este sandbox al 100%.
Amén de que la historia a pesar de ser corta, es una pinzada de proporciones épicas. Cierto es que antes ya se rizo el rizo con la relocura que fue Saints Row IV. Pero en ese no podías codearte con William Shakespeare petándolo fuerte en la discoteca del Infierno mientras masacrabas a cientos de enemigos junto con Vlad el Empalador y Barbanegra al frente para acabar pegándole una paliza al mismísimo Satanás y convertirte en rey del averno solo por tus santísimos cojones. 6 Horas de locura máxima para disfrutar de cómo una vez más los de Volition se han sacado la polla lo más salvajemente.
Y respecto a los poderes, pueden que estos no se reduzcan más a reeskins de los anteriores bajo otro nombre, pero siguen siendo un pasote el utilizarlos. Nunca me verés quejándome de que sea repetitivo un juego en el que podamos correr a supervelocidad, trepar por edificios a voluntad, volar con total libertad y echar hasta rayas por el culo. Aunque lo verdaderamente genial sigue siendo el combinar estos poderes. Lanzar descargas pétreas para convertir a los enemigos en piedra y luego destrozarlos con un megapisotón que revienta todo el vecindario sigue siendo un wombo-combo la hostia de gratificante.
Pero lo mejor del paquete y lo más original del juego son las mecánicas de vuelo. Volar es una de las principales novedades de este juego. Y a diferencia de Saints Row IV donde todo lo que podías hacer era planear, aquí lo haces con alas de verdad. Y los controles de vuelo son tan precisos, pulidos y geniales que volar es una auténtica gozada. Es un gustazo surcar los cielos, batir las alas e ir de un lado para otro de forma tan rápida y fluida. Muchas veces me he quedado en el juego sin hacer nada solo para disfrutar de las mecánicas de vuelo. Y ya las actividades y misiones secundarias creadas especialmente para el vuelo no dejan sino redondear todavía más esta mecánica.
Y ya encima el factor locurote se potencia todavía más con las armas. Siguen estando las clásicas de toda la saga, pero aquí puedes encontrar 7 armas especiales basadas en los siete pecados capitales. La escopeta lujuria que hace que los enemigos quieran follarte al instante en que les disparas, la pistola del orgullo que se jacta y mofa de cada baja, las ametralladoras de la avaricia que te dan pasta cada vez que disparas. Aunque mi eterna favorita será el arma de la pereza. Un puto sillón reclinable con ametralladoras para poder masacrar a gusto sin levantar tu gordo culo del asiento. ¡Que cojones, ese no es mi favorito! El que se lleva el primer premio y posiblemente una futura reseña en La Armería es el puto Arca de la Alianza. Si habéis leído bien, aquí os dan el arca de la alianza como pistola que se traga las alamas de los enemigos y los convierte en proyectiles explosivos. Aquí te dan LA PUTA IRA DE DIOS COMO PISTOLA. Decidme si eso no es material de GOTY
En definitiva esta expansión recicla y reutiliza muchos de los elementos de sus anteriores juegos, nos da unas escasísimas novedades, pero en cambio nos garantiza horas de diversión y contenido con mayor sentido del humor y pinzadas estratosféricamente demenciales. Es más Saints Row y mucho mejor, con más chicha y más contenido por una miseria (O incluso gratis si lo pillaste en PSPlus) Y eso es justo lo que debería ser toda buena expansión. Un título que a pesar de reutilizar recursos, mapas y elementos del juego base, nos ofrece mucho más contenidos y horas de diversión por mucho menos de lo que cuesta un juego nuevo. Una expansión en toda regla para los que quieran más y se hayan quedado con ganas de más después del IV. Pero ahora en serio, espero que los de Volition se pongan las pilas para crear algo nuevo y original en la próxima entrega porque si llegan a reutilizar ya por 3ª Vez los mismos recursos del tercer juego es para mandarles a la mierda y con razón. Esta vez se han librado por sacar una expansión divertidísima, pero una y no más.