¿Habéis tenido un juego con el que habéis sido capaces de completarlo al 100% hasta 3 veces? Uno que os ha gustado gustando tanto que habéis sido capaces de darle más vueltas completas que el primer circuito del Mario Kart 64. Pues justo eso me ocurre con este juego. Es una mierda demasiado dura y adictiva como para intentarla dejar. Además, si habéis leído mi blog con asiduidad, bien sabéis que yo no soy un extraño con las más enfermizas obsesiones.
Este juego y yo tenemos nuestra historia. Primero lo regalaron con el PS Plus, le saqué el Platino. Un par de años después lo regalaron con Games With Gold, lo fundí hasta conseguir los 1000G. Y ahora, que lo encuentro baratejo en edición coleccionista para PS4 con una preciosa caja y un libro de arte incorporado… Mi enfermizo coleccionista con crónico Diógenes no puedo evitar decir: “¿Y POR QUÉ NO? Al menos ahora lo tendrás en físico para rendirle el culto que se merece desde tu ya abultada estantería.” Este es uno de esos juegos al que tienes que rendirle pleitesía. Si queréis saber cómo puede llegar a ser un juego tan cojonudo como para habérmelo rejugado 3 veces al completo en 3 ediciones distintas, seguid leyendo. Porque si queréis saber el porqué de mis obsesiones y trastornos, eso ya tendréis que consultar a un profesional…
Todos conocéis la historia de desarrollo de este juego. El que iba a ser hipotético True Crime: Hong Kong por problemas de desarrollo y cesión de licencias acabo convirtiéndose en un juego totalmente nuevo y alejado de la famosa franquicia de PS2, aunque reteniendo algunos elementos que le convertían en una especie de secuela espiritual. Pero es uno de los mejores ejemplos de lo que se puede hacer con una IP aparentemente difunta y reconvertirla en un juegazo original con todo su mérito. Yo como fanático de la franquicia y especialmente viniendo en calidad de colgado de todo lo que apestase a sandbox o clon de GTA no podía perderme la oportunidad de agenciármelo cuanto antes. Y creo que fue de mis mejores decisiones porque es, junto con los Saints Row, de los mejores sandbox de la generación pasada.
El argumento del juego se centra en Wei Shen. Un policía infiltrado en una de las Tríadas más peligrosas de Hong Kong con varios asuntos personales pendientes con la tríada rival, y que hará todo lo posible por arruinarla desde dentro. Pero las cosas son más complicadas de lo que parecen y aquellos a quienes consideraba criminales, los empieza a considerar amigos y aquellos representantes de la ley a los que consideraba de confianza empiezan a ser los verdaderos criminales. ¿Qué ocurre cuando la delgada línea de la ley se desdibuja? ¿Qué pasa cuando ya todo no es solo blanco y negro? ¿Qué es lo verdaderamente correcto? ¿Actuar honrando tus convicciones o actuar honrando a tu placa? Ese es uno de los puntillos más deliciosos que te dejan entrever la trama del juego. Que no hay una concepción maniqueísta de a ambos lados de la ley. Que en la calle lo que se hace por el bien común no suele ser lo correcto y que hacer lo correcto no suele beneficiar al bien común. Todo aquél que ha devorado thrillers policíacos HongKonienses como “Infernal Affairs” o “City on Fire” sabrá de sobra de lo que estoy hablando y se sentirá como en casa con esta trama.
Quitémonos de encima cuanto antes los aspectos gráficos y técnicos para poder hablar de lo que verdaderamente importa del juego. Pero al menos seamos objetivos al hacerlo. Sleeping Dogs nunca ha sido un portento visual en la pasada generación. A pesar de que lucía algunos aspectos bastante resultones como su increíble iluminación, los efectos climatológicos, (El ver Hong Kong de noche contrastando con las luces de neón de los carteles o el verla simplemente lloviendo es una pasada) el diseño de los vehículos, el nivel de detalle de la ciudad o hasta su encomiable nivel de distancia de dibujado, tiene otros puntos donde flojea bastante y se le notan sus carencias en demasía. En temas de animación facial y modelado de personajes, por poner un ejemplo, es tan pobre que casi parece que estemos jugando a un título de PS2 en determinadas ocasiones.
Pero para echar más sal en la herida en este apartado, la edición “Definitiva” es un absoluto desastre. Este supuesto remake para PS4 no incorpora ninguna novedad gráfica reseñable como bien evidencian otras reediciones para consolas de nueva generación. Ni han retocado los gráficos hacia resoluciones más amplias, ni tampoco se han molestado en mejorar su frecuencia de imágenes por segundo. Han tenido los enormes huevazos de darnos un remake que ni siquiera alcanza los 60 Frames por segundo. Las resoluciones me la traen floja, pero el negarse a darnos una reedición para consolas con hardware superior que no mejore la fluidez general del juego como bien han hecho todas las demás, es un acto de pereza injustificable y vergonzosa que merece más hondonadas de hostias que las que le han metido a Rocky Balboa en toda su carrera. Vamos a ver, explicadme esto: ¿De qué cojones sirve hacer un remake, SI NO RE-HACES NADA?!
Y eso no es lo mejor de todo. No solo no ofrece ninguna novedad a nivel gráfico o técnico sino que, para colmo, arrastra nuevos errores en este apartado. Con incomprensibles tirones y bajadas de frames en momentos puntuales de juego, que, aunque son puntuales, arruinan profundamente la experiencia. Y todavía más esperpénticas ralentizaciones en los menús principales, de pausa y de guardado. ¿Cómo coño se puede ralentizar un puto menú? Me estaré volviendo algo de putitta gráfica con el tema de las imágenes por segundo, lo admito. Pero también hay que admitir el descaro, pereza y falta de escrúpulos que tienen algunos cuando te dan un producto que, ya de por sí está capado a nivel técnico y encima se las arreglan para joderla todavía más. No digo que sea horrible o que se vuelva injugable. Pero es vergonzoso que te den un juego que, no solo no han hecho nada para mejorarlo, sino que encima han hecho menos por arreglarlo o mantenerlo.
Respecto al apartado sonoro lo cierto es que quedé bastante impresionado en su día y lo sigo estando ahora por la atención y cuidado que se ha dedicado en este aspecto. Son los pequeños detalles los que te acaban vendiendo el juego. Y aquí, cosas tan chorras como el sonido de las armas, puñetazos, derrapes, sirenas están cuidados hasta la exageración. Lo más sorprendente es el poder escuchar el sonido de los puñetazos y patadas conectado con los huesos de los enemigos. Ese sonido de “Kung-Fu Hostión” tan característico que escuchamos en las pelis de artes marciales lo introducen aquí de tal forma que en cada pelea te hacen sentir como el héroe de una película de artes marciales clásicas
Pero aspecto al que se le debe todo el reconocimiento es el diálogo de los personajes y NPCs. Que si, tendremos los típicos famosetes y actores reputados prestando sus voces a los protagonistas, pero lo que más me fascinó fue el grado de ultrarrealismo que se les dio a los diálogos de las gentes y viandantes que habitan este Hong Kong virtual. Siendo una de las principales ciudades de China, no te podrías esperar que todo Cristo hable un perfecto inglés británico.
Y eso es lo fascinante del juego. Durante la aventura te encuentras con gente que habla Chino y hasta Cantones de forma fluida y natural. Eso es lo que te da una inmersión y credibilidad total del mundo en el que estás jugando. De que estas en mitad de una ciudad extranjera donde no hay un solo idioma imperante. Algo que otros sandbox como Assasin’s Creed fallan en emular al ver como todo el mundo habla el mismo idioma. También el juego cuenta con varias emisoras de radio con temazos de música pop, rock, electrónica y heavy de todas las épocas que se agradece mucho. Dándole un ligero toque a la Radio de GTA: Vice City que si bien solo se aproxima en emular, es un gustazo de escuchar.
Y ya voy directo al apartado jugable y la razón por la que tan desesperadamente estoy tratando de venderos este juego. Siendo un sandbox, en esta época en la que ya empezamos a ver una sobresaturación del género ¿Por qué debería interesarnos este en particular? Porque es el sandbox más atípico que podéis jugar. Más que un mero clón de la fórmula de GTA es algo más como un popurrí extraño de 3 géneros jugables asentados en la base de GTA que da como resultado un juego original, variado y divertidísimo. Si los True Crime siempre te los vendían como una experiencia de conducción, tiroteos y peleas cuerpo a cuerpo todo en uno, los de United Front Games tomaron buena nota de esto y se aseguraron de profundizar debidamente en cada uno de estos ámbitos y asentarlos sobre una base de mundo abierto.
Como sistema de combate tenemos el del típico beat ‘em up. La acción en tercera persona de un shooter de coberturas con bullet time, y las posibilidades de mundo abierto que te puede ofrecer un GTA de los clásicos. Cada una de estas partes por sí sola no parece muy original, pero metes todo esto en un solo paquete y tienes una fórmula única de sandbox que llamará tu interés por jugar y con el que te divertirás jugando. Luego añádele ligeros toques de progresión de jugador, una variada personalización, recompensas, y habilidades que desbloquear, y ya tienes algo que mantendrá tu interés por jugar. Incorpora un poco de lo mejor de cada género y lo mete recauchutado en un sandbox rebosante de contenido. Pero vamos por partes.
El sistema de combates cuerpo a cuerpo es un copia pega de los Batman Arkham. De lo único que te tienes que preocupar es de atollinar con cuadrado y de contratatollinar con triángulo, pero eso solo al comienzo. No dejéis que un juego que toma prestada bases de Arkham os engañe con una falsa idea de un sistema cuerpo a cuerpo básico y poco inspirado, pues aquí tenemos material de Beat ‘em Up del bueno y de los de antaño. Porque cuando vas avanzando en la aventura, adquieres nuevos movimientos, nuevas llaves, nuevas ejecuciones hasta que al final tienes un repertorio de hostiones tan grande que ni Chuk Norris en toda su carrera. Y lo bonito del tema es que todas se realizan de la forma más sencilla. Combinando o mantenido cuadrado o el botón círculo para realizar golpes y llaves respectivamente. Siendo algunas de ellas brutales como llaves que pueden partir brazos y piernas o combos de golpes bien largo que pueden propinar increíbles somantas de hostias a tus rivales.
Y lo mejor de este sistema es que el juego siempre nos anima a utilizar el entorno como arma. Cabinas de teléfono, postes eléctricos, ventiladores, putos peces espada…. Todo se puede utilizar para realizar sádicas ejecuciones a los enemigos. También puedes coger cualquier objeto del lugar y utilizarlo como arma contundente. Desde puñales, porras y demás estándares del juego, hasta poder robarle putos paraguas y bolsos a señoras y arremeterles en la cara con ellos. Y todo ello mientras haces combinaciones de golpes kilométricos y distintos con solo pulsar cuadrado y círculo y sin que se rompa el flujo del combate. Esto siempre me recordó al The Warriors: Realizar combos profundos y variados a base de machacar cuadrado como un cabrón y utilizar todos los objetos y el entorno a tu alrededor para machacarle la cabeza a los enemigos.
Un sistema de combate tipo machacabotones pero variado que, a prior parece simple, pero que va profundizando y evolucionando según vamos jugando. Y Dicho “Feeling” de jugar a The Warriors se alimenta cada vez más al ver que en los primeros compases de la aventura (Casi todo el primer tercio del juego) no haces más que pelearte con otras bandas a hostia limpia. Te da la sensación de que estas en un Beat’ Em Up de mundo abierto o una especie de Final Figh de 3D que da la casualidad de que también es un Grand Theft Auto. Luego por lo que se refiere a los tiroteos, no dejan de ser las mísmas mecánicas que la de todos los típicos shooters de coberturas pero con la peculiaridad de que podemos activar un breve bullet time cada vez que saltamos de la cobertura. Pero es la forma en la que las fases de acción están presentadas lo que las resalta del resto. Con increíbles setpieces que te recordarán a las mejores escenas de acción de las pelis de John Woo. La parte del tiroteo en el Hospital es GOTY y recordará a muchos a l famoso tiroteo en “Hervidero” No son nada originales, pero son funcionales, divertidos y saben cómo vendértelos al incluirlos en las situaciones más espectaculares
Respecto a la conducción, el manejo de los coches es todo lo arcade que se podía esperar de un juego tipo GTA. Ya sabéis, el coger el equivalente chino al Seat Panda HongKonés y manejarlo como si fuera un Lamborgini Miura. Pero lo que verdaderamente mola son las habilidades que te dejan hacer cuando los manejas. Desde disparar a las ruedas de un coche en plena persecución para ver cómo se da la más espectacular de los accidente, hasta saltar de coche en coche y robarlos en marcha marcándote un Rico Rodriguez. Disparar en marcha, robar a lo Just Cause… Que si, es corta y pega de los más alucinante que le han implementado los sandbox de los últimos años. Pero no por ello deja de ser menos alucinante.
Pero su auténtico valor reside en su comprensión de su concepción de sandbox. Desde las misiones principales, hasta las toneladas métricas de secundarias, tienes cantidades industriales de cosas por hacer a cada cual más demencial. Las misiones principales captan a la perfección ese equilibrio tan delicioso que tiene GTA V de misiones chorra y desternillantes junto con misiones serias y dramáticas por el otro. Aquí tan pronto estas persiguiendo en lancha a un traidor que ha asesinado a un ser querido, como te estás colando en el interior de una casa para destrozarle los muebles a su dueño y joderle su “Fen Sui” Esa puta misión es un descojone…
Y una de los elementos más singulares del juego es que, al ser un policía infiltrado, las misiones principales de la historia se intercalan con misiones de la policía. En las que te piden resolver casos abiertos como investigar y dar caza a un asesino en serie, correr en una serie de carreras callejeras para investigar una trama de carreras amañadas, desvelar un complot de tráfico de órganos o capturar a un secuestrador de mujeres. Y estas misiones están muy bien planteadas porque intercalan misiones de investigación y recopilación de pruebas (Aunque no es LA Noire, todo ello está guionizado y va casi en piloto automático) con misiones de tiroteos, peleas y conducción habituales. No es un juego de investigación ni por asomo, pero no está de más ese cambio de perspectiva en estas misiones. Y luego ya si tienes la Definitive Edition te meten avisos policiales callejeros a responder como en los Tue Crime originales. En los que tendrás que enfundarte un traje Swat e impedir atracos, huidas, o negociar con plomo situaciones con rehenes.
Pero, como he dicho. Lo que mejor sabe hacer este sandbox es comprender que es un sandbox. ¿Y cómo lo hace? Ofreciéndonos cantidades inmensas de contenido. Toneladas de secundarias que van desde carreras callejeras de coches y motos a lo NFS (Si un Sandbox urbano, no tiene carreras callejeras algo le falta) participar en clubes de la lucha, misiones de extorsionador y cobrador de morosos, redadas de drogas en las que apalizar e identificar al traficante, misiones de ladrón de coches, hacer favores, contrarrelojes de parkour, destruir convoyes de bandas enemigas, robar furgones blindados… Sacarle el 100% al juego nos va a llevar lo suyo, pero sin dejar de ser divertidísimo en ningún momento.
Tanto es así que incluso hasta las actividades más anodinas de recogida de coleccionables tienen su utilidad. Si encuentras y rezas en los santuarios te subirá la salud máxima, la cajas fuertes ocultas te dan pasta, y encontrar estatuillas de Jade te da para aprender nuevos golpes y llaves cuerpo a cuerpo. Y si todavía no estás contento con eso, hasta las actividades más chorras de GTAIV también están disponibles como quedar con novias o ir al Karaoque. La verdad es que encuentro algo deliciosamente irónico en in atropellando gente con la novia en el coche para luego acabar cantando “Girls that wanna have Fun”
Subes de nivel el personaje, con 3 árboles de habilidades distintos (Policía, Triada y Cuerpo a cuerpo) con el que da al juego un sentido de progresión y avance muy diferenciado. Al comienzo parece que no sabes más de 3 movimientos de lucha y no eres más que un matoncillo de tres al cuarto con salud de tísico, pero luego acabas siendo un jodido bruce lee que rompe piernas, cuellos y costillas con solo el dedo meñique y un héroe de acción que salta en coches en marcha y realiza tiroteos en super slow mo. Y también comparte ese sentido de progresión que tenías en otros sandbox criminales como El Padrino o los Scarface. De que vas ganando dinero y prestigio. De que ya puedes comprarte coches más rápidos, trajes de diseño más caros y casoplones más ostentosos. De que ya no eres un matoncillo y te has convertido en el capo de tutti cappi. A Dai Lo en este caso
Y la ciudad tiene algo que muchos otros sandbox no han conseguido recrear: La sensación de que está viva. De que estas en un entorno viviente y con sus gentes haciendo su vida. Cuando pasas por las calles los viandantes se paran a hablar con otros, leen el periódico, hablan por el móvil, piden un taxi, incluso sacan un paraguas cuando hay lluvia. Son esos pequeños detalles que ayudan a darle una enorme credibilidad y realismo a la ciudad y que solo pueden conseguir portentos técnicos como GTA V.
Y si ya encima contamos con la Definitive Edition tenemos 3 packs de expansiones. El año de la Serpiente (Una continuación canónica de la historia Principal), Pesadilla en Noth Point, que viene a ser la expansión de zombies de rigor. Y mi favorita: El Torneo del Zodíaco. Un sentido homenaje a las pelis setenteras de kung-fu (Con efectos cutres de granulado de película y música disco y funky incluidos) donde al igual que Bruce Lee tenemos que participar en un peligroso torneo de artes marciales en una isla supersecreta con los mejores luchadores del mundo. Añádele también todos los packs de vehículos, trajes, misiones extras, skins y habilidades de los DLCs y tienes un paquetazo inmenso de juego.
En definitiva. Un sandbox atípico, que incorpora lo más típico de cada género jugable para darle una vuelta de tuerca y darnos un juego completísimo, divertido, varido y muy singular con el que pasarlo teta hasta completarlo al 100%. Si no sois muy exigentes con los gráficos os recomendaría pillaros directamente la Definitive Edition. Aunque las versiones de anterior generación con solo el juego base, también rebosan contenido. O mejor aún, pillaros la edición definitiva en PC y así disfrutaréis de los mejor en calidad gráfica y lo mejor en contenido en sandbox. Sea en cual sea la edición en la que os lo juguéis, es un sandbox cojonudísimo que la gente ha sabido valorar con los años y que puede mirar de frente y con orgullo a los mejores exponentes de su género. Su buscais un sandbox divertido con el que hacer el cabra como antaño y los Saints Row os han dejado con hambra, con Sleeping Dogs os vaís a empachar:
NOTA: 8,5