Mis Placeres Culpables: The Phantom

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phantom

 

Ficha Técnica:

-País de Orígen: EEUU

-Año: 1996

-Dirección: Simon Wincer

-Producción: Alan Ladd Jr y Robert Evans

-Guion: Jeffrey Boam

-Música: David Newman

-Fotografia: David Burr

-Edición: O Nicholas Brown y Brian H. Carroll

-Reparto: Billy Zane,  Treat Williams, Krsity Swanson, Catherine Zeta Jones, James Remar y Patric McGoohan

 

Las pelis de superhéroes nunca han sido cosa de estos últimos años. Ya desde 1978 pudimos disfrutar de la primera película de Superman, y Batman tuvo su primera aproximación a la gran pantalla en 1989. Pero en los 90 pasaron mierdas muy pero que muy extrañas. En lugar de centrarse en trasladar al cine los superhéroes más populares y conocidos, tal y como se ha ido haciendo hasta la saciedad en estos años, las productoras decidieron dedicarle películas a superhéroes tan viejunos y olvidados que ni su padre les conocía. Este era el caso de películas como The Shadow, The Rocketeer y, la que nos ocupa The Phantom. Superhéroes de los años 30 y 40 que ni de coña habían gozado del éxito y reconocimiento de otros superhéroes más importantes.

Eran los segundones de la edad más primigenia de los comics. Así que imaginaros lo bien sepultados en la profunda fosa del olvido que estarían. Pero por lo visto algún genio de los cojones pensó que sería una magnífica idea dedicarles su propia película 60 putos años después, esperando que la gente se acordase o siguiera teniendo interés por estos superhéroes. Obviamente no fue así y el batacazo comercial que se dieron estas películas fue antológico. Pero ¿Eran malas estas películas? Ni por asomo. Eran pelis entretenidas que, si bien no tenían un superhéroe reconocido, eran divertidísimas de ver. Y Phantom era el mejor ejemplo de ello.

 

 

¿Por qué es un Placer Culpable este film? Bueno, el que te encante una película que versa sobre un superhéroe sin superpoderes embutido en un ridículo traje morado, no es algo que suelas proclamar con orgullo… Y admitámoslo, la película abraza tanto el estilo del comic original de los años 30 que resulta casposa y ridicula en algunos instantes. Es una película que salió en muy mal momento y muy tarde, concretamente 60 años tarde. Joder es que ahora, por mucho que te lo plantees, no puedes tomarte en serio a un tío que combate el crimen en un espantoso traje morado. Pero más allá de eso, tenemos una película de aventuras y acción genialmente conseguida, con grandes valores de producción, magníficos actores e interpretación y una delicia de ver. Es de esa clase de películas que aunque la premisa no es muy sería, se ha hecho con tanto tesón que te apasiona igualmente.

 

La película se enmarca en la misma época en la que nació el comic y se centra en el propio Superhéroe. Eso está muy bien pero ¿Quién cojones es Phantom? ¿Y de qué va su rollo? The Phantom es un justiciero criado por las tribus bengalíes que juró combatir la piratería, el crimen y toda forma de injusticia al morir sus padres en un abordaje por piratas cerca de la India. Pero en lugar de tirar por la típica historia de orígenes y darte la brasa con ello durante toda la peli, directamente pasa a la acción con una historia nueva para el personaje. Te despacha sus orígenes a los 10 primeros minutos y va directamente al grano. Me gusta esa táctica. Que uno ya está un poco hasta los cojones de tanto Batman Begins, Man of Steel y demás historias de orígenes. A mi ponme directamente el héroe a patear culos y olvídate de discursos trágicos sobre grandes poderes y grandes responsabilidades…

 

 

 

Eso es uno de los mejores aspectos que la peli te quiere ofrecer. La película va directa a la acción: A mostrarte trepidantes persecuciones, intensas peleas y rescates imposibles en variadas localizaciones. Tan pronto vemos a Phantom defendiéndose saqueadores en Bengala, como le vemos pateando culos de Mafiosos en la Nueva York de los años 30, o al final le vemos combatiendo contra piratas en una isla secreta en búsqueda de un tesoro maldito. ¡Coño, ahora lo veo claro! No es una peli de superhéroes, es una película de aventuras. Tiene todos los ingredientes del género: Acción, variadas localizaciones, buen ritmo, personaje carismático, momentazos de vértigo… Es una peli de Indiana Jones pero con Indiana vestido de morado y llevando una máscara. Esa es la sensación que te da en todo momento. Joder solo le faltaban los Nazis y ya lo habrían clavado.

 

Ese “Feel” de buen cine de aventuras, de viajes y de peligros tan a lo Indiana Jones es precisamente lo que hace grande esta película. Y no es un plagio de la fórmula ni nada por el estilo como cabría esperar en un principio, sino más bien un homenaje al personaje que la concibió. Porque si indagamos un poco, resulta que George Lucas y Steven Spielberg confesaron que para crear a Indiana Jones, se habían inspirado muchísimo en las historietas de estos personajes de comic. Por lo que el cine de aventuras es lo más idóneo que han podido hacer para trasladar al personaje a la gran pantalla. Y he de decir que le sienta casi tan bien como a la pelis del famoso Arqueólogo.

 

 

Otro aspecto digno de todas nuestras alabanzas es el elenco de actorazos y las magistrales interpretaciones que nos regalan. Billy Zane interpreta a Phantom y, tengo que confesar, que el cabrón aquí es descarada y condenadamente encantador. Si no fuera Etero me enamoraría locamente de el sin dudarlo. Zane encarna a un Phantom caballeresco y agradable de los que combaten el crimen con una sonrisa sin perder el buen sentido del humor. Un apuesto caballerete que infla de hostias al personal con estilo y además le consigue dar un puntillo de chulería bonachona que le sienta fenomenal. Es como si Billy Zane hubiera rescatado el superhéroe buenazo y encantador que solo podía encarnar Christopher Reeve en las 3 primeras de Superman.

 

Y hay que darle crédito a Zane porque francamente eso demuestra las grandes habilidades de interpretación que tiene este hombre. Pues no es nada fácil el convertir a un superhéroe en un superhéroe simpático con el que nos queramos identificar. Y para colmo un año después conseguiría que le odiásemos con toda nuestra pasión en Titanic interpretando a Calderon Hockley. Pasar de los más simpático al odio más visceral solo lo consiguen actorazos de verdad. Y nunca se le ha dado el crédito que se merece. Es una lástima que ahora el hombre esté relegado a hacer roñas de películas de serie B directas a DVD.

 

 

 

 

Luego tenemos a Treat Williams interpretando a Xander Drax. Un multimillonario hombre de negocios que cumple a rajatabla el rol del villano de turno que quiere dominar el mundo a base de controlar el mágico poder que guardan las piedras que Phantom juró proteger. Pero es la forma en la que lo interpreta Williams la que hace que le cojamos un cariño especial. El tío lo hace de una forma tan sobreactuada y tan histriónica que es absolutamente desternillante cada vez que le vemos en pantalla. El cabrón roba cada escena a base de ser el villano más exagerado y cómico que jamás hemos visto. Es como si Williams se hubiera transformado en Jim Carrey y le tocase representar al malo más cutre y absurdo de una peli de James Bond. Es oro puro cada vez que le vemos en escena. Se nota que se lo estaba pasando en grande cuando hizo el papel.

 

También tenemos a Catherine Zeta Jones y James Remar aunque lamentablemente en papeles muy secundarios y desaprovechados. Aspirando a solamente ser matones de Drax con poca presencia en pantalla, escaso diálogo y una caracterización que casi roza lo idiota. Siendo el culmen de la estupidez supina cuando el personaje de Zeta Jones cambia al bando de los buenos “Porque Si”. Bajo ninguna otra razón más lógica o plausible. Pero eso es más fallo del guión que de los propios actores y hay que reconocer que ambos hacen lo que pueden con lo poco que tienen.

 

 

 

Otro aspecto que conmueve de la película es su genial escenografía. No es tarea fácil representar una época pasada en una película actual, pero esta excede por todo lo alto al sacar lo mejorcito de los valores de producción de la época combinados. Desde efectos prácticos convencionales, CGI, pinturas sets y escenarios. A diferencia de otras películas actuales donde se representan los años 30-40, en esta no se tira de efectos por ordenador y pantalla verde para representarlo todo. Aquí tiraron la casa por la ventana para asegurarse la máxima fiabilidad posible. Desde utilizar vehículos de verdad sacados de museo. No solo coches de museos perfectamente funcionales sino barcos y trenes de verdad. Hasta hicieron volar en pleno rodaje un puto hidroavión de los años 30 nuevecito para darle más realismo.

 

Las partes de Nueva York están creadas completamente a bases de sets y decorados desarrollados expresamente para cada escena y con fondos de pinturas muy sutiles en las que hasta en la edición más pulida de Blu-Ray casi no notaría la diferencia. No repararon en gastos a la hora de asegurarse la mejor ambientación posible y se nota el gran cuidado y pasión por asegurarse el acercamiento más posible de la época. Desde diseños interiores con estilo “Art-decó”, hasta calles enteras representadas al dedillo con el look de los años 30. Una aproximación tan cercana hacia la época que solo ha podido conseguirse gracias a la combinación de efectos especiales convencionales, sets y decorados íntegros. Son estos efectos especiales hechos con tantísima dedicación, lo que les hace envejecer mil veces mejor que la representación hecha a base de ordenador. Comparad esta con el remake del Gran Gatsby, King Kong o Sky Captain. Os aseguro que salen perdiendo.

 

De entre todo lo demás, no puedo decir que sea una película mala si os digo la verdad. Más allá de ese momento estúpido que tiene el personaje de Zeta Jones, no hay nada malo o tremendamente criticable que se le pueda achacar a esta película. Lo único por lo que es culpable es de rescatar a un personaje de comic extremadamente antiguo y que nadie conocía. Bueno, probablemente también el horrible diseño del traje. No digo que lo hayan modernicen transformándolo en el traje de Batman de las del caballero oscuro, pero al menos no hacerlo tan jodidamente cantoso. Porque, admitámoslo, un tipo con un uniforme morado revoloteando en plena selva canta más que una puta en una Iglesia.

 

 

 

Pero quizá eso forme parte del encanto de la película. Lo extravagante y ridículo de algunas escenas combinado con los buenos valores de producción que tiene. El ser tan religiosamente fiel al estilo del comic original hace que tenga un puntillo estrafalario y ridículo que, junto con lo bien rodada que está, consigue una combinación perfecta entre buen hacer y vergüenza ajena que hace que la disfrutes todavía más. Eso yo creo que es la definición de libro de Placer Culpable: Una peli que disfrutas y te avergüenzas por igual. Algo que sabes que es ridículo, pero sabes que te entusiasma todavía más que sea tan ridículo. Eso es esta película: Bochornosa pero divertida, cutre pero a la vez muy bien rodada, casposa pero orgullosa de serlo.

 

Pero más allá de su factor “Campy o Cheesy” como les gusta decir a los anglosajones, tenéis una fascinante película de aventuras con un ritmo, valores de producción, efectos especiales, ambientación e interpretaciones fenomenales que merece la pena redescubrir. No es una mala película bajo ningún concepto. Como he dicho, el único pecado que cometió fue salir 60 años tarde. Cada vez que la ponen en la tele me lo paso como un criajo viéndola. Por lo que os animo que si alguna vez os tropezáis con ella por casualidad en la programación de la tele, os invito a verla desprejuicidamente. Y ya de paso también hacerlo con las antes mencionadas Rcoketeer y The Shadow. No serán la quinta esencia del cine, pero son pelis entretenidas que merecen un 2ª Oportunidad.

 

Y esto es todo por hoy. Espero que hayáis disfrutado de la crítica. Un Saludo a todos.

 

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