THE ROOM: Crónica del acontecimiento cinematográfico de la década

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¿Cuál ha sido para vosotros el punto más álgido de vuestra vida? ¿Sacaros la carrera, obtener éxito laboral, conquistar el amor de vuestra vida tal vez? ¡PUTAS MIERDAS! Asistir de invitado a una de las peores películas de la historia jamás rodadas en uno de los cines más prestigiosos de vuestra ciudad. Eso es el verdadero culmen de la existencia de una persona. Puede sonar un poco triste (Es que lo es) pero entenderéis el porqué de mi absoluta felicidad en cuanto leáis esta reseña.

The Room. ¡El Ciudadano Kane de las películas malas, El Plan 9 del Espacio Exterior del Siglo XXI, la magnificencia de la mugre cinematográfica! Muchos conocéis la leyenda, pero muy pocos habéis tenido la suerte de experimentarla de primera mano. Imaginaros el poder ver tal desfachatez por la cara e increparla a placer en el palco más cómodo del cine más lujoso de Madrid como todo un señor. Eso amigos míos, es lo más parecido a la felicidad. Si queréis saber más, acompañadme en esta pequeño periplo a la cutrez supina.

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LA MAYOR CONGREGACIÓN DE ENTUSIASTAS DE LA MUGRE DE LA HISTORIA

 

Cine Callao, 9:30 de la Noche. Gracias a un sorteo de entradas, un buen amigo mio y yo nos disponíamos a ser testigos del mayor atentado de la historia del cine, pero la noche no hizo más que mejorar y, lo que en un principio iba a ser un estreno cutre y solitario, acabó convirtiéndose en toda una fiesta y al mismo tiempo en uno de los acontecimientos más bizarros y geniales que nuestra corta vida podía asimilar en aquel momento.

 

De repente la sala se iba llenando de gente de todas las edades que compartía exactamente nuestra misma pasión: Disfrutar de la Peor película de la historia. Poco a poco la sala se iba llenando de entusiastas del cine casposo, dejando claro que esto iba más allá de un simple estreno en el que unos cuantos chalados se reunían para disfrutar de su placer culpable favorito. Y en efecto, era un evento por todo lo alto organizado por la única web que tendría los huevos y el mal gusto de llevar una cosa así a tal escala: Eran los magníficos chalados de Cinecutre.com, la más famosa Web especializada en reseñar películas de esta singular categoría.

 

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LA PRESENTACIÓN CON EL AVALADO EXPERTO EN LA PELÍCULA

SABE DIOS LO TRASTORNADO QUE ESTARÁ EL POBRE HOMBRE…

 

Esta panda de geniales esnifadores de caspa era la que estaba detrás de todo el evento. Pero evento era quedarse muy corto para definir aquél acontecimiento, pues fue el más maravilloso, extraño y divertido que he visto en toda mi vida. Columnistas y redactores de la web, junto con fanáticos de y entusiastas de esta se reunieron para rendir tributo al incomprendido profeta del celuloide Tommy Wiseau. Era una auténtica fiesta para pasárselo en grande organizada por cortesía de CineCutre.Com Una juerga en honor a los mayores despropósitos de la historia del cine, pero con un aura de profesionalismo inusitado que quedaba extrañamente bien.

 

Para empezar, antes de ver la película se nos hacía una presentación en el que uno de los redactores y columnistas más veteranos de la web, considerado como “El Experto” en la película (Su puta madre el grado de pinzamiento que tendrá este chaval…) nos daba una charla sobre la película, su historia, curiosidades del rodaje, etc… Y todo ello mientras llevaba orgulloso una camiseta de propio Tommy Wiseau gritando sus famosas palabras “You’re tearing me Apart Lisa!” Ese tío en cuanto subió al escenario se convirtió en nuestro héroe personal, porque nos dio el más descojonante meeting donde nos narraba todo lo que rodeaba acerca de esta gran leyenda viva del cine moderno.

 

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LA DEBACLE DABA COMIENZO

 

De las curiosidades que más se me grabaron a fuego fueron las de su propio director, Tommy Wiseau. Contaba nuestro querido y pinzado redactor que Wiseau era tan jodidamente extravagante que a pesar de ser norteamericano de pura cepa, de lo poco que se le entendía a este tío tan raro, muchos le consideraban chino, japonés, hasta alienígena (De ahí la inspiración de ese maravilloso juego en flash donde a Wiseau le abducían alienígenas)

 

Y no pocas manías aún más extrañas evidenciaba nuestro chalado director. Nuestro columnista contaba que una de las más excéntricas que tenía era irse cada mañana al restaurante más caro de Los Angeles y darle la murga al maître diciéndole nombres aleatorios y random hasta que colaba uno y conseguía una mesa. O hasta que al maître se le hinchaban los cojones como 2 zepelines y resignado le dejaba entrar. Sus manías raras no terminaban ahí, pues en cuanto llegaba a la mesa, ordenaba airadamente un vaso de agua hirviendo. Si daba el caso de que no estaba en el exacto punto de ebullición, se lo arrojaba a la cara de la camarera. Pero si daba el caso de que estaba correctamente hervido, lo miraba un par de segundos… Y se marchaba. Si es que, ¡Los excéntricos de hoy, son los genios del mañana!

 

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O HAY DANNY, PUTO NIÑATO PSICÓPATA!

 

También nos contaron curiosidades del rodaje de esta catástrofe aún más hilarantes. Como la genial idea que tuvo Wiseau de poner un croma y utilizar ordenador para recrear el exterior de San Francisco en un tejado. CUANDO PRECISAMENTE TENÍAN UN TEJADO EN PLENA PUTA SAN FRANCISCO PARA RODAR! Sin olvidarnos ya del conocido como “Clásico de las Cucharas” Otra idea de nuestro visionario director en la que pensaba que la mejor manera de decorar cada escenario y ornamentar cada escena era llenándolo todo de cucharas. ¡Si, de putas Cucharas! ¿Quieres que tu escena tenga un mayor dramatismo? ¡AÑADELE CUCHARAS! Tommy Wiseau damas y caballeros, genio incomprendido…

 

Y todo esto me lleva a lo más genial que se los ocurrió a los redactores de cinecutre: LAS REGLAS PARA INTERPRETAR THE ROOM. Una serie de sencillos requisitos que teníamos que llevar a cabo para reírnos todavía aún más con la mierda de cinta. Las Tablas de Piedra con los mandamientos de todo buen entusiasta de la cutrez suprema. Ahí van:

N1: OH HAY DANY!: Cada vez que Danny, el niñato subnormal y pervertido mirón de la pareja protagónica saliera en escena, deberíamos saludarle todo los del público con un sonoro: Oh Hay Danny!

 

2: GO, GO, GO!: Cada vez que hubiera otra insulsa y anodina toma de los exteriores de la calles de San Francisco, todos deberíamos gritar GO, GO, GO! Para que la película avanzase a alguna escena que aportase algo a la trama. Trama… ¿Con The Room? ¿Qué cojones acabo de decir? Bueno, sigamos…

 

3: SPOOOOOOOOOON!!!!!!: Cada vez que alguno del público divisara alguna cuchara en escena. Deberíamos gritar SPOOOON! Y arrojar una cuchara directamente hacia la pantalla. Cordialmente los redactores de cinecutre nos proporcionaron cucharas de plástica para servir a tal noble empresa

 

4: EL AMORE!: Cada vez que viéramos una escena de sexo sin sentido y copiada fotograma a fotograma de la anterior, todos teníamos que cogernos de la mano y cantar al unísono la canción de amor que se nos ocurriera. LOVE ALWAYS WINS

 

5: TE DOY MI CÁNCER: Cada vez que apareciera en escena la “Abuelita del Cáncer” (La cual hablaré más adelante) y le diera a su hija uno de sus besitos de esquimal raros en la nariz, debíamos expresar lo inmaduros que somos y decir “HOLA HIJA, TE PASO MI CÁNCER”

 

6: PELOTEO: Cada vez que nos encontrásemos con una escena en la que los protagonistas empezaban a jugar a la pelota por ninguna razón en particular y 0 sentido, los redactores nos pasaban pelotas de playa y tendríamos que jugar con ellas por toda la sala. Solo os diré una cosa: ERA UNA PUTA FIESTA!

 

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THE MONEY SHOT

 

Y finalmente, lo que considero la decisión más maravillosa que se podía haber tomado en dichas circunstancias: ¡BARRA LIBRE! ¿Que qué significaba eso? Que teníamos carta blanca y luz verde para decir todo lo que pensábamos durante la peli. Es decir, TENIAMOS BARRA LIBRE PARA INSULTAR, INCREPAR, GRITAR Y LAPIDAR A LA PELÍCULA TODO CUANTO QUERÍAMOS! La maravillosa sinfonía de Bilis que acaecía con todo el puto mundo gritando a los cuatro costados las desfachateces que veíamos en pantalla era lo más parecido a una victoria popular. Un Sentimiento compartido. ¡Una emoción pública!

 

Por vez primera en el cine, nos podíamos poner a gritar y realizar los comentarios más rebestias en mitad de la película con total libertad y autoridad moral para ello! El dar rienda suelta a tu más hiriente rabia dirigida hacia una película y el ver que decenas de personas te acompañan con ello, era algo catártico, casi hasta terapéutico. El ver que un montón de gente te acompañaba cálidamente en tu cruzada de furia e ira homicida contra la película era una alianza infranqueable que podía mover fronteras. Fue una noche mágica…

 

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ESE MOMENTO VIEOLENTO EN DONDE TU ABUELA TE DICE QUE SE MUERE DE CÁNCER, PERO SIGUE TAN FELIZ QUE NO LO VUELVE A MENCIONAR EN TODA LA PELICULA…

 

Y centrándonos un poco más en la película en sí, teníamos un batiburrillo de atrocidades cinematográficas que destripar con toda nuestra maldad. Ahh, ¿Por dónde empezar? Por las maravillosas facciones inexpresivas de Wiseau dignas del “Premio Steven Seagal a la inexpresividad suprema” O por contraparte, ¿Por la cara de póquer eterna y muecas desternillantes que hace durante leves instantes de la cinta haciéndole parecer un pez fuera del agua luchando por conseguir aire? Si tuviéramos que ceñirnos en el subespécimen de Wiseau no acabaríamos nunca.

 

Muchas de las escenas que divisamos en la película ya se han convertido en clásicos imperecederos de la historia del cine. La escena en la que Tommy se folla el ombligo de su novia, el fotograma del millón de dólares donde nos enseñan el culo del afamado director alienígena de la forma más gratuita posible. La clásica y entrañable “Abuelita del cáncer” Que a bote pronto en una conversación tan mundana y arbitraria como las demás, menciona que tiene cáncer de mama, pero ya o vuelve a sacar el tema más y sigue tan feliz y risueña como un colegial. Son esa clase de escenas absurdas, sin completo sentido y desternillantemente horribles las que a uno le acarician el alma…

 

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TAL EXPRESIVIDAD HACE QUE LA EXCELENCIA INTERPRETATIVA ALCANCE UN NUEVO CÉNIT

 

Y me estoy dejando muchos más momentazos culmen del cine, como la conversación absurdamente apresurada e idiotesca de la floristería, el amigo psiquiatra que solo aparece durante 5 minutos para decir alguna mierda profunda que no lo es, para luego no volver a saber más de su existencia. Las veces que la novia de Wiseau se tira a todo bicho viviente con polla haciendo que su coño tenga más leche que la fábrica de Pascual entera, el tío que se parece a Mark Ruffalo y que solo está ahí para soltar un consejo de mierda que no llega a ninguna parte. Y mientras tanto la gente comentando lo jodidamente gilipollesca que es la película y lo increíblemente puta que es la novia de Wiseau. A veces cuando estas rodeado de tan bellísimas atrocidades fílmicas, alcanzas un estado de plenitud en el que no le pides nada más a la vida…

 

En fin, creo que con esto he cubierto el día más extraño y fascinante de toda mi vida. Os dejo para que reflexionéis sobre cómo perder el tiempo de otras formas más sanas. Y si me están leyendo los de Cinecutre.Com ¡Un abrazo bien fuerte y gracias por esa pedazo experiencia!

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