No es un tema nuevo, no es un tema cómodo, pero una vez más por la soberana ineptitud y reaccionísmo de muchos, vuelve a ser un tema de actualidad. Ya sabéis como va esto: Juego violento y polémico que sale a la palestra, juego que recibe incontables críticas y es censurado por todos los costados. Siendo condenado incluso antes de salir.
Podría tirar a por lo fácil y hacer una pequeña reflexión sobre los juegos violentos. Pero hoy me gustaría diseccionar en profundidad algo que es tan claro y evidenciable, como complicado de abordar: Nuestra exagerada moralidad y puritanismo. Tendencia que nos ha convertido en Inquisidores a la moderna. Fieles Guardianes de lo moralmente aceptable en Internet que condenan y censuran productos que se desligan un poco de lo Políticamente Correcto. Un ejercicio de pedantería extrema que, en mi humilde opinión, está matando a la industria del videojuego.
Como habéis podido adivinar, el juego del que quiero hablar es Hatred. Cierto es que el objetivo del juego puede disgustar a muchos, y dejar muy intranquilos a muchos más. Pero de ahí, a censurarlo completamente y evitar por todos los medios de que salga a la luz hay un trecho muy importante. Y hasta hace poco estaban a punto de conseguirlo. Cuando salió la noticia de que probablemente iban a retirarlo de Steam Greenlight, para mí fue la gota que colmó el vaso.
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue: “¿Por qué cojones la peña se ha flipado tanto por algo que ya hizo Postal muchos años atrás?” El primer Postal jugablemente era el mismo concepto: El asesinato en masa sin mayor explicación. Y, que yo recuerde, ni Dios dijo nada, ni nadie se quejó, ni abogó por su censura o retirada de circulación. Así que, la pregunta del millón de pavos es ¿Qué ha cambiado? La respuesta es bien sencilla: La Tecnología.
De entre todas las explicaciones, la que encontré más plausible fue Internet. Cuando salió el primer Postal en 1997 Internet estaba lejos de ser lo que es ahora, un hervidero de actividad social en la que todo el mundo podía dar su opinión. Por no decir que en esos años era algo prácticamente desconocido para la mayor parte de la población. Y antes, si había un juego polémico, lo máximo a lo que aspiraba era al telenoticias sensacionalista matinal de turno y ahí se quedaba.
Ahora en cambio, 17 años después. Ese aura de sensacionalismo barato y polémica basura la tenemos al alcance de la mano. Un solo clic y podremos ponernos a protestar y desaprobar cualquier cosa gracias a las redes sociales. Dándonos el milagro de la inmediatez a nuestras estupideces: La tecnología cambia, nuestras gilipolleces no. Por lo que, gracias a las todopoderosas redes sociales, basta con que solo se anuncie un juego o pongan su tráiler para, tener una oleada de negatividad y una tormenta de mierda bestial en solo cuestión de segundos.
Aunque esto es solo la punta del iceberg. Tan solo es una de las múltiples razones que podrían explicar esta situación. Incluso diría que es la menos importante. Pues al haber de todo en la sociedad, hay de todo en las redes sociales. Por lo que un producto cultural tiene las mismas posibilidades de ser bien recibido o no. La causa principal es precisamente que se le da mayor voz y voto a ciertas opiniones más que otras.
Opiniones que culminan en otra modita de los cojones que últimamente, está azotando todas las esferas de nuestra cultura: Y es la modita de la “SobreCorrección Política” En donde todo el mundo por lo visto ahora es un Guardián declarado de la Moralidad y el puritanismo espiritual. Moda que todo aquel que necesite de un plus de popularidad instantánea, aprovecha ejerciendo de incorruptible baluarte de la rectitud moral. Y puede parecer trivial, pero es un arma poderosísima que puede cohibir y limitar nuestros derechos más fundamentales de libertad de expresión, nuestros gustos o preferencias, solo porque a algún gilipollas diga que «Le Hiere su sensibilidad»
¿No me creéis? Pues aquí tenéis la prueba del algodón: Basta con que Digáis o hagáis algo, y lo publiquéis en una red social, para que automáticamente te critique uno por tener, según su incuestionable criterio: “Un comportamiento deleznable y moralmente reprochable” Basta con publicar cualquier gilipollez, para que te salga un idiota diciendo que tu comentario es racista/sexista homófobo/heteropatriarcal. Lo que puede ser una simple e inocente broma, puede convertirse en un atentado contra una minoría social o una declaración de guerra entre sexos.
Los anglosajones los llaman “Social Justice Warriors”, nosotros los llamamos “Los Flanders del Internet” Pero de algún modo han conseguido adueñarse de las redes sociales. Esto ha llegado a tal punto, que con tan solo pegar una patada una piedra, te saldrá algún mierdas diciendo que has atentado contra la naturaleza… Y dejando de irme por las ramas, esto trastoca el mundo de los videojuegos muy severamente, pues están siendo observados con lupa por estos supuestos Guerreros de la Moralidad.
Tan solo hace falta la publicación de una portada, para encender las llamas de la más gilipollesca marea de SobreCorreción política del momento. El ejemplo de libro lo tenéis bien reciente, con la portada de Far Cry 4. Meses antes de salir, ya recibió críticas porque daba la casualidad de que uno de los rehenes que estaba sosteniendo una granada en el trono de Pagan Min (El Malo del juego) era de raza negra. ¡¿En serio?! Amos no me jodas… ¿Os quejáis porque uno de los rehenes era Negro? Menuda panda de mojigatos gilipollas. Claro, si diera la casualidad de que el rehén fuera blanco: ¡Pues Barra libre, carta blanca y ningún problema! ¿No? Jamás he visto un mayor ejercicio de hipocresía y doble moral tan descaradamente subnormal como este…
¿Veis a lo que me refiero? Cualquier gilipollez es válida para que la tomen con tu juego. Y por muy inconsistente y absurdo que sean sus argumentos, en las redes sociales ganarán una fuerza y un apoyo incontestables. Tanto que tendrás que tragar si quieres que te dejen en paz. Ubisoft al final pasó por el aro y tuvo que rediseñar la carátula. Y así ejemplos de esta absurda modita tenemos hasta el infinito. Que si el Nivel de Nada de Ruso del MW2, que si GTA V, que si lo de los Negros de RE5 y suma, suma y sigue… Claro, con todo este panorama, no me extraña nada que un juego de las características como Hatred se convirtiera en el nubarrón que inicie la tormenta de Mierda más grande jamás vista en la red. Si ya no te dejan ni sacar la carátula que deseas, mucho menos un juego que “Pueda herir sensibilidades” Con la que está cayendo, que no os extrañe que salga algún pirado diciendo: “Hatred mató a mi padre y violó a mi madre” y lo más triste es que le darán la razón.
Pero todavía es aún más triste, que las desarrolladoras de juegos traguen. Que los juegos a estas alturas tengan que censurarse, editarse o retirarse del mercado. Pero lo que verdaderamente me ha sacado de quicio es que se ha llegado hasta tal extremo con esto de la Corrección Política, que hasta se tenga que pedir disculpas o se tenga que buscar una justificación moral por dispararle a muñecos en un videojuego. Hay gente que todavía no se da cuenta de que ES UN PUTO VIDEOJUEGO.
Me jode sobremanera el doble rasero que tiene todo esto. Algo que bien ha evidenciado Hatred. Por lo visto ahora si realizamos asesinatos en masa de muñequitos poligonales que tienen pistolas en un juego, no tiene carga moral alguna. Puedes continuar tu matanza con toda la autoridad ética permitida. Pero si da el caso de que están desarmados y los matas sin más, entonces eres un cerdo psicópata que odias a la sociedad y dentro de nada te dedicarás a realizar matanzas en la vida real. Fijaros el poder que tiene el ponerles o no un arma a los muñecos de un videojuego.
Pero por mucho que insista en decir que es un puto videojuego, que no es real y que hacer una matanza de civiles inocentes en un juego, no nos convertirá en asesinos en potencia, sería como darme de cabezazos contra una pared: No llegaría a nada y lo único que conseguiría, sería un fuerte dolor de cabeza. Y todo por otra sencilla razón: La Industria de los videojuegos ha madurado, pero nosotros no. Bueno, con «Nosotros» no me refiero a nosotros los jugones. Los que hemos crecido con la Industria, hemos madurado junto a ella. Pero no se puede decir lo mismo del resto de la sociedad. Porque, por mucho que se esfuerce la industria, la sociedad seguirá concibiéndola como algo machista, sexista, homófobo, violento o como el instrumento de Satanás que corrompe a nuestros hijos.
Y aunque es una afirmación muy atrevida, esto se evidencia con toda la panda de Inquisidores de la Red que se están llevando todo el respaldo y votos del mundo. Que una sola persona proteste sobre en una red social sobre un juego sin ninguna razón y los desarrolladores se vean obligados a cambiarlo y encima pedir disculpas, es otro de los tristes reflejos de nuestra realidad. Y lo que me hace gracia es que en lugar de escuchar a críticas constructivas de fans sobre el juego, los desarrolladores hagan caso a esta panda de gilipollas guardianes de la supuesta fe… Por mucho que queden distantes aquellos años de polémica por los Manhunt, los primeros GTAs o el más reciente MW2, la sociedad seguirá siendo igual de gilipollas y reaccionária que antes. Nunca escarmentarán y nunca aprenderán.
Y si atiendes siempre a eso, jamás podrás hacer nada. Como bien dice la filosofía popular: “Si no quieres que te critiquen: No pienses nada, no digas nada y no hagas Nada” Por lo que la solución de esta coyuntura es bien sencilla: Mandarles a tomar por culo. Los desarrolladores deberían pasar de toda esta mierda, dejar de intentar agradar a todas las minorías, sexos e ideologías posibles, y hacer el juego que les salga de los cojones. ¿Qué les disgusta a X o a Y? ¡Pues que les den por culo y no lo compren! Jamás había tenido tanta vigencia la frase: “Si algo no te gusta, pues no lo pruebes” Pero no, tienen que seguir insistiendo con todas sus ansias para impdir que todos los demás ejerzan su libre derecho a jugar a lo que quieran.
Pero claro, esto no es más que otra falacia. Porque como ahora las desarrolladoras están más preocupadas en conseguir las máximas previsiones de ventas, tenderán a agradar al máximo de público posible. En otras palabras, chuparle la polla a todo el mundo para conseguir que le compre todo el mundo. Cuando en realidad lo que consiguen es degenerar la imagen de su propio juego tanto que se convierte en una sombra de lo que prometieron en su día. Que no os extrañe que coma esto siga así, Hatred acabe convirtiéndose en el “Agradable Mundo de My Little Pony: Las Crines de Los Sueños”
Por eso os insto a vosotros como consumidores, que no os dejéis avasallar por estos supuestos defensores de la integridad Moral y no os sintáis culpables por lo que compréis o juguéis. Yo cuando salga Hatred lo jugaré y lo disfrutaré, como he jugado y disfrutado de los Postal, los GTA y Los Manhunt sabiendo de sobra que no me voy a convertir en un ser antisocial que matará a todo aquél que se le cruce por delante. Porque, a diferencia de estos hipócritas, He Madurado.
Bueno, y esto es todo por hoy. Espero que os haya dado de qué pensar esta parrafada de reflexión. Hacedme saber lo que opináis de esto en los comentarios. Un Saludo a todos.