Una idea que tenía desde hace mucho tiempo, pero que no barajaba la posibilidad de llevarla a cabo era la de profundizar un poco en mis gustos cinematográficos. Pero no sabía cómo encararlo. Pero entonces caí en la cuenta de que lo que más define el gusto personal de alguien, es el estilo personal de otro alguien.
A todos nos pueden gustar X película o tal saga, pero lo que de verdad establece nuestros gustos en el cine es el método tan personal, singular y determinado que un director traslada en cada una de sus películas.Por ello me gustaría dedicar una pequeña reseña a cada uno de mis directores de cine favoritos. Hoy comenzamos por el que considero el padre del thriller criminal y drama policial moderno: Michael Mann.
Michael Mann, nacido en Chicago en 1943, en es uno de esos pocos directores que de verdad entiende la cruda realidad del crimen organizado en nuestros días y sabe trasladarla con maestría a cada una de sus películas. Pero al mismo tiempo sabe darle un toque singular que le da estilo y un aire seductor. No en vano, es el creador de una de las mejores series policíacas que ha salido de la pequeña pantalla: Corrupción en Miami. La cual es el ejemplo máximo de todos los elementos más característicos del cineasta.
Un viaje en primera clase directo al crimen organizado en Miami, con todos los submundos delictivos y los procedimientos policiales para detenerlos, presentados con escueto detalle. Pero igualmente presentados con un toque Sexy y cautivador, al adornarlo con todo lo que estaba más de moda en la época. Desde la vestimenta, la música, el modo de vida… Cochazos deportivos, lujo desproporcionado, música pop y trajes de color crema… La moda y el estilo de la serie prácticamente eran una precisa radiografía de los 80.
Mann conocía perfectamente la época que se encontraba y sabía que no había mejor manera de aderezar y ambientar su drama policial que con lo que más se escuchaba, vestía y más se popularizaba del momento. Si querías representar algo, tenías que escoger lo más representativo del momento. Y eso nos lo dejó bien claro en su remake modernizado de su famosa serie que llevó a cines en 2006. Remake en donde todo cambiaba y se modernizaba. Desde la música, la moda, las costumbres hasta el procedimiento policial y el crimen organizado. Pero cuyo espíritu tan característico seguía inmaculado. Ya que, de igual forma, lo acicalaba con todo lo más “IN” del momento para darle un estilo que hacía tan suyo que es prácticamente intransferible de la película.
Otro de los elementos clave del director son la representación y caracterización de sus protagonistas. Hombres solitarios, pero decididos. Con un fuerte e inquebrantable código moral propio que anteponen ante cualquier cosa. Desde sus relaciones personales hasta incluso la ley. Por eso antepongo, lo de “Propio” en su código moral. Ya que siempre son antihéroes cuyas únicas reglas que acatan son las que se dictan ellos mismos.
Atracadores con principios, asesinos con convicciones. Eso es justo lo que mejor definiría a sus protagonistas. Los ejemplos que mejor esclarecen esto son Neil McCauley (Robert De Niro) de Heat y Vincent (Tom Cruise) de Collateral. Mientras que Vincent es un asesino a sueldo que llega a justificar su trabajo con fría retórica, diciendo que es otra forma más de ganarse la vida y que matar a alguien no es algo más que pisotear un insecto pero de mayor tamaño, McCauley llega a ser el más interesante. Tiene unas reglas muy estrictas de trabajo: Golpes limpios, rápidos y sin bajas. No llamar la atención y no correr riesgos innecesarios. Pero sobretodo, su regla de oro siempre es: Librarse de todo aquello que le importa y dejar atrás todo lo que le ata sin vacilación, si con eso puede librarse de la cárcel o del cadalso: “No admitas nada en tu vida, que no puedas dejar en 30 Segundos si la pasma te pisa los talones”
Y por otra parte, otra marca clásica del director es el desdibujado de la recta línea de la moralidad que tienen los héroes en sus películas. En la mayoría de sus cintas vemos como el bueno de turno, no resulta ser tan bueno como a priori pensábamos. Y llega a corromperse y traicionar sus propios principios con tal de conseguir lo que perseguía. Héroes de supuesta moral inquebrantable que resultan ser meros hipócritas y personas horribles. Un gran ejemplo es el Teniente Hanna (Al Pacino) de Heat. Un tipo más duro que un clavo en un ataúd que es una pesadilla para los criminales, pero violento, de métodos brutales que pasa completamente de su familia y cuya vida es un absoluto desastre. Un hombre que se ha convertido en lo que perseguía. O el Sonny Crockett (Colin Farrell) del remake de Miami vice. Que tontea tanto con el submundo criminal que le rodea al estar de incógnito, que casi olvida en qué lado de la ley está y para quien trabaja. Héroes que poco a poco descienden en lo más profundo de la decadencia moral y se convierten en una imagen distorsionada de su ser.
Pero sin duda alguna, lo que mejor define el estilo de toda la filmografía de este director es tan solo una palabra: “Ultrarrealísmo” Y es que ¿Nunca habéis notado, especialmente en sus últimas películas, la sensación de que todo está filmado con una definición, detalle y fluidez enormes? ¿Como si sus películas fueran en HD? Eso es por el estilo de rodar del director. Ya que Mann, está obsesionado con representar absolutamente todo con el máximo detalle posible. Y para conseguir esto se vale de las técnicas de filmación más vanguardistas, con cámaras de procesado digital que le dan a la cinta una profundidad y detalle asombrosos.
Podría decirse que Mann, es como la putilla gráfica del mundo de cine. La Crytek de HollyWood. Ahora mismo, película que rueda, película que por seguro filmará con cámaras digitales la leche de tecnológicas para conseguir ese efecto Ultrarealista que tanto le caracteriza. Y es que lo hace tan condenadamente bien, que hasta en filmes en los que a priori este efecto no quedaría bien, como podría ser con Enemigos Públicos (Ese realismo HD en una pelí ambientada en los años 20 como que no…) casa de una forma tan espectacular que no podríamos concebir la película sin ello.Pero ya esa tendencia al realismo más crudo y visceral se notaba mucho antes de que a Mann le diera el venazo por la filmación digital. Y es que el cineasta ha trasladado este estilo con técnicas que van mucho más allá de lo meramente visual. ¿Por qué creéis que se recuerda tanto el atraco de Heat? ¿Por su increíble e ininterrumpido tiroteo de más de 15 minutos? Puede, pero otra de las razones de porque es tan espeluznantemente espectacular, es porque Mann, a última hora, decidió no introducir efectos de audio o video en postproducción.
Ni efectos de tiros pasados por un estudio, ni de gritos, ni explosiones. De manera que todo el estruendo de las armas, todo el caos y destrucción que acaecía en la escena, era lo que estaba ocurriendo de verdad en el rodaje. Desde el sonido de los rifles disparando y su fogonazo, pasando los gritos de los civiles hasta las sirenas de los coches de policía, todo era real. La misma crudeza y autenticidad, tal y como hubiera pasado en la vida misma. Una de las mejores decisiones de la carrera de este director que se mantendría en todas sus películas.
Pero su realismo no se queda ahí. Ya que, en todas sus películas ambientadas en el mundillo del crimen, el director hace un exhaustivo trabajo de investigación con profesionales de la policía y delincuentes rehabilitados para mostrar con escrupuloso detalle que todos los procedimientos tanto de las fuerzas del orden, como las de los criminales sean exactamente iguales a la realidad. Tanto es así que es hasta podría calificarse de “Peligrosamente Real” Ya que muchas de sus escenas lo son hasta tal punto que inspiraron crímenes posteriores. Como el tiroteo de Heat, que inspiró al año siguiente a unos atracadores a hacer lo mismo, resultando en un tiroteo en North Hollywood.
En definitiva, un magnifico director que en su género se siente como en casa, brindándonos un estilo cinematográfico vanguardista con un enorme atractivo visual, mientras que nos presenta magnificas historias del mundo criminal y policíaco con personajes complicados, profundos y moralmente difusos. Todo ello adornado al mismo tiempo con lo mejor de la música, la moda y las costumbres de su época que le otorgan un estilo y clase propios. Si todavía no habéis visto ninguna de sus producciones antes mencionadas, os animo encarecidamente a ello.
Bueno, y esto es todo por hoy. A ver si me animo y continúo con esto como una nueva sección. Tengo muchos directores favoritos y mucho más de que hablar. Y si a vosotros os gusta, estaré encantado de continuar. Un Saludo a todos.